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"DÍA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE"

"La enfermedad del pequeño Alejandro impulsa su manda desde hace 7 años"

"Los abuelos Valdés, Flor y Jesús, escoltaron orgullosos a sus dos nietos, para llevar ofrendas a la Virgen de Guadalupe"

CULIACÁN._ El día de la virgen de Guadalupe reúne una miscelánea de personas e historias.

Historias de dolor, agradecimiento, pero sobre todo de fe.

Entre la multitud se encontraban los abuelos Valdés: Flor y Jesús, que escoltaban orgullosos a sus dos nietos. Los cuatro vestidos de manta.

Su ritual de vestimenta y visita a la Lomita el Día de la Virgen es parte de una tradición familiar que data de siete años atrás.

Y el motivo que impulsó el peregrinaje que protagonizan se encuentra con ellos: su nieto Javier Alejandro, de 8 años de edad.

En 2012, Alejandro sufrió una intervención quirúrgica mayor. El pequeño de tan solo 1 año de edad fue víctima de neumonía, enfermedad que logró impedirle respirar correctamente.

“Tenía llenos de agua los pulmones y llevaba el 10 por ciento de vida cuando ingresó al seguro”, recuerda su abuela, Flor Padilla.

“Ahí en vivo el doctor le abrió para que pudiera respirar. Nos tocó un buen pediatra”, agradece.

El pequeño duró aproximadamente 30 días internado. La familia Valdés asegura que fue uno de los capítulos más difíciles para ellos; sin embargo la Guadalupana fue un símbolo de esperanza y fuerza durante este periodo.

“Mi mamá, Trinidad Olguín, nos inculcó que viniéramos a venerar a la Virgen de Guadalupe, ella hace 6 años falleció”, comenta Jesús Valdés.

Los padres de Alejandro fueron quienes tomaron la iniciativa de prometerle a la morenita del Tepeyac acudir a verla cada aniversario, y ahora los abuelos se han sumado a la ofrenda.

“Venimos a darle las gracias, le dejamos un ramito de flores y veladoras”, explica Jesús.

La promesa no quedará saldada hasta que den de alta a Alejandro, ya que aún presenta problemas respiratorios, secuela de su intervención hace años.

Su abuela explica que a pesar de no ser dado de alta, el pequeño lleva una vida normal.

“Ya le va creciendo su pulmón, ya corre, ya juega, ya todo”, comenta.

“Me gusta jugar a las escondidas, a las atrapadas. No dejo de jugar”, interviene Alejandro.

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