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"Columna"

"La Fórmula de la Felicidad: ¡Las pequeñas grandes victorias!"

"El coach Óscar García Osuna invita a reflexionar sobre la emociones"
LA FÓRMULA DE LA FELICIDAD
24/06/2019

Un día de horas de vuelo, de esos momentos donde las alturas invitan a la reflexión de lo que has vivido en un día más, pero más importante aún, lo que has tocado con tu mensaje, con tus acciones, con tus propios hechos.

Falta tiempo todavía para llegar al hotel y poner el cuerpo en modo descanso, sin embargo, creo que traigo sobrecargada la batería de energía positiva. Me pregunto la razón y en un instante me “cae el veinte”. Cambio la pregunta porque modifiqué el contexto de esta, sustituyo la razón por algo más sencillo de responder: ¿qué hice hoy que me hace sentir tan pleno, tan humano, tan agradecido con la vida y con esta vocación que seleccioné?

Mi respuesta surge casi en automático: toqué el alma de más de 80 seres humanos, más del 50 por ciento de ellos menor a 25 años; escuché el palpitar inquieto de su corazón, toqué el sudor de sus manos y sentí los cambios en la ductilidad de su piel ante el tremendo reto de navegar desde sus emociones para conocer y reconocer sus fortalezas de carácter; afrontar el qué creo con lo que es, como punto de partida.

Surco los aires con el sentimiento de que recibí algo, un regalo, una oportunidad, un cumplido o quizás un poco de suerte. Creo que va más allá, no solo a mi respuesta inmediata, por la oportunidad que se me brinda de compartir mi historia con estos jóvenes que inician el verdadero caminar de su vida, con todo el muro a vencer que nos ofrece el día a día.

Está también el recuerdo de que, durante el traslado al sitio de encuentro, pasé por la desviación para Akumal, lugar donde Martin Seligman, junto con otro grupo de expertos, pone en la conversación la idea de lo que hoy se conoce como Psicología Positiva, hace apenas 20 años, para enfocarnos más en lo que sí funciona que en el no y los pensamientos de afectiva negativa.

Experimento como si fuera ayer cuando en mi clase del máster, el experto en gratitud afirmaba, con la seguridad que solo el respaldo de investigaciones serias y profundas nos pueden provocar. La gratitud, literalmente, reconfigura el cerebro. El solo hecho de tomar una simple hoja de papel y escribir un agradecimiento a otra persona con el aprecio de lo que ha hecho por nosotros, nos desarrolla sensibilidad neuronal para un pensamiento más positivo. Lo anterior nos da la esperanza de que, mientras más practiquemos el agradecimiento, podemos sentir que se incrementa nuestro nivel de bienestar.

Robert Emmons, el experto investigador de la gratitud, nos repite constantemente que “una definición clínica de la gratitud es la apreciación de lo que es valioso y significativo para uno mismo”. Es un convencido de que no necesitamos cosas enormes y llenas de brillo para crear gratitud en nuestra vida; podemos practicarla con las pequeñas grandes cosas de la vida, dando valor a las muchas victorias que día a día logramos.

Una vez aprendida la lección, el reto es cultivar ese sentimiento y mantenerlo vivo dentro de nosotros, con ello tendremos una herramienta muy valiosa, que podemos usar para remodelar activamente las vías de pensamiento de nuestro cerebro. ¿Cómo podemos convertirla en un ritual, en un hábito?

La primera práctica que me enseñaron es una de las más populares y conocidas dentro de las herramientas de psicología positiva y se conoce como: el diario de gratitud. Consiste en tomar un cuaderno y convertirlo en nuestro diario. donde podamos escribir por la mañana al levantarnos y por la tarde antes de acostarnos, las cosas que experimentamos y por las cuales nos sentimos muy agradecidos. Puede ser que al principio resulte retador, podemos escoger solo hacerlo antes de ir a dormir, hasta que hagamos de él un ritual diario que nos permita después practicarlo, al menos, dos veces durante el día.

Recurro a mi cuaderno verde y leo lo que he escrito de mis experiencias en los últimos días; me siento conmovido con mis pequeñas grandes victorias, ya entendí al responsable de la sobrecarga de energía positiva. Sé y estoy convencido de que muchas veces nos gana el cansancio, nos retan los cuestionamientos de uno mismo y del resto del equipo, llámese familia o trabajo, pero siempre llega esa voz interna que te recuerda el sentido, tu propósito, el para qué estás aquí.

Se dice que la gratitud es la memoria del corazón y desde ese lugar quiero agradecer a todos lo que me han formado con sus enseñanzas y más con su ejemplo. En esta ocasión tan especial, mi agradecimiento consciente para una empresa ejemplar, Green Company, por la oportunidad de tocar tantas vidas en tan poco tiempo, y a mi pequeño gran equipo, CoachMe, por tantas horas de esfuerzo para validar los resultados de las pruebas. No hay nada más satisfactorio que irse a dormir con un corazón colmado, lleno de esperanza.

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