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"La mejor colección de pintura sinaloense"

"Abren en Mazatlán la ‘Expo Premio Antonio López Sáenz 1996-2005’"

Héctor Guardado

 

Quizá no fue el objetivo del Premio Antonio López Sáenz el crear la colección más importante de obras de pintores del Estado cuando se pensó en estimular a los creadores sinaloenses con un galardón y convertirlo en una plataforma que les permitiera consolidar sus carreras, pero eso es uno de los grandes logros de este certamen.

El jueves se inauguró en la Galería del Teatro Ángela Peralta de Mazatlán una exposición deslumbrante porque le revela al público la calidad de las obras que crean artistas sinaloenses.

Cubre un periodo de 10 años en los que el Instituto de Cultura adquirió las obras que obtuvieron los dos primeros lugares de este premio. En total son 20 cuadros de una factura incuestionable. 

Estuvo para inaugurar el Cronista de la Ciudad, Enrique Vega Ayala, quien habló de la importancia que tiene este premio en la plástica sinaloense y regional, porque desde 2012 la convocatoria del Premio dejó de ser estatal para convertirse en un certamen de la región del Noroeste de la República. Entre los presentes estuvieron los pintores mazatlecos Carlos Z, Miguel Flores y Arturo de la Vega.

Es precisamente parte del periodo en que fue exclusivo de Sinaloa, 1996-2005, el que se está mostrando en la galería y al revisar cada una de las obras el espectador se sentirá orgulloso de ser sinaloense, por la calidad de los artistas que tiene este Estado y que están en esta exposición representados.

Se siente en la factura de cada pieza el compromiso con la plástica, con la expresión, con la originalidad y con la universalidad.

Esta muestra hace evidente que uno de los tesoros materiales que tiene en su haber el Instituto de Cultura de Mazatlán es la colección de obras ganadoras del Premio Antonio López Sáenz.

El secreto con el que se creó esta aura para el galardón es la selección del jurado que ha escogido las obras ganadoras, entre los que se recuerdan a la crítica de arte Raquel Tibol, al pintor José Luis Cuevas, al curador Carlos Ashida, al investigador de artes visuales Luis Carlos Emerich, entre una larga lista de personalidades de la plástica mexicana que asumieron con honestidad el compromiso de impulsar el trabajo profesional de los artistas sinaloenses. La prueba de la transparencia de su trabajo está expuesta ahí.

Las obras

La muestra abre con la primera obra galardonada, La X incógnita, de César Escobar. Su composición tiene un gran equilibrio, reconforta la mirada con esa armonía en la que la letra X es la protagonista. Realizada sobre el humilde papel de estraza con, crayolas, pastel, acrílicos, es una obra que explota en energía y colores frente a la vista del espectador.

Eduardo Sánchez ofrece en su obra ganadora en 1997, Ciudades en ruinas, una obra que deslumbra por su factura, la delicadeza para lograr texturas y degradados de color en una obra abstracta de gran fuerza que remite a lo terrenal.

Lenin Márquez obtuvo en tres ocasiones el premio, dos segundos lugares y un primero. Su obra se circunscribe dentro de la corriente del neomexicanismo, que dominó la escena plástica en los años 90 del Siglo 20.

El artista sinaloense consiguió una propuesta original partiendo de símbolos que le dan identidad a los sinaloenses. Imposible que los nacidos en esta tierra no se sientan aludidos por esas imágenes trasladadas al lienzo con una belleza que conmueve.

Ricardo Corrales ofreció una polémica obra en el año 2001, Perras cogidas, en la que las transparencias logradas con sus acrílicos consiguen una fuerza que impacta y además arrancan una sonrisa con el humor plasmado en su propuesta pictórica.

Lucila Santiago es sin lugar a dudas una de las mejores pintoras con que cuenta Sinaloa y junto con Carlos Z. y Manuel Carlock, de los mejores de Mazatlán. Ella está representada en el premio con dos cuadros; obtuvo dos segundos lugares durante ese periodo. 

La pintora tiene una gran capacidad para sintetizar el universo en un cuadro, el equilibrio de sus composiciones abstractas y su profundo conocimiento del color logran crear la sensación de estar frente a la armonía.

Deslumbrante también es la obra Equipal, de Luis Rochín, que con un contundente amarillo y una propuesta de gran formato seduce al ojo; una sensación similar produce Simbad el mar, de Vicente Espinoza, que cautivó el ojo del jurado en 2008.

Ives Gregoire es un joven artista que le otorga contemporaneidad conceptual al conjunto del premio. La técnica que domina es el instrumento para crear una atmósfera misteriosa y actual a su pintura. 

En la muestra se ve uno de los primeros cuadros en los que Carlos Z mostró su enorme talento, para el mazatleco, el Premio López Sáenz fue una plataforma que lo colocó en su propio imaginario como lo que es, un artista visual que escribe su nombre con mayúsculas.

En total, son 20 obras que vale la pena revisar detenidamente. Es una oportunidad para que el público tenga contacto con obras de calidad, para que el ojo aprenda en esos cuadros las cualidades que le dan el aura de la calidad a una pintura.

PARA SABER

La expo “Premio Antonio López Saenz 1996-2005” va a estar expuesta hasta el 30 de septiembre en la Galería del Teatro Ángela Peralta de Mazatlán.

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