"La única parte que no nos esculcan son las venas: mineros de Cosalá en paro laboral"
LOS BRACEROS, Cosalá._ A José Manuel ya lo corrieron una vez y regresó. Y lo hizo más por mañoso que por bueno, porque lo recalca con orgullo: nunca me he dejado de esos cabrones.
Viste su overol de trabajo y a su espalda, a un par de metros de la entrada del complejo de la mina San Rafael, hay medio millar de cascos y orejeras que sus compañeros han colgado de unas cruces de madera que están enterradas en el sueño.
Eso, según ellos aseguran, representa que ya están muertos. Que así es como creen que los ve el patrón de la mina.
La mayor descripción fue cuando alguien, micrófono en mano, preguntó cuántos de los presentes tenían contaminación de plomo en la sangre y la mano fue levantada por más de la mitad.
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Por eso, desde el domingo 26 de enero, más de 200 trabajadores de la mina, la planta y otras áreas del mismo complejo, se declararon en paro laboral, por los abusos que han sufrido por parte de la firma Americas Gold and Silver.
El paro se fraguó luego de una serie de acciones de exigencia de cumplimiento de sus prestaciones.
Yasser Beltrán, uno de los representantes del sindicato minero en el estado, recordó que enviaron un documento para solicitar explicación a Javier Villarreal Gámez, dirigente nacional del sindicato, que supuestamente tenía contacto dinero con los dueños de la mina.
En este documento preguntaban, entre otras cosas, por el pago mínimo de incapacidad con primas mínimas del Seguro Social para trabajadores lesionados.
“No contesta este documento, estábamos en época de Navidad, pedimos explicación de recibos de pago, porque tenemos compañeros que se han accidentado y les llegaban 300 pesos mensuales, 500 pesos mensuales... no coinciden lo que dice el recibo y el Seguro Social”, recalcó.
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La otra pregunta era sobre la situación de los mineros quienes habían sido diagnosticados con plomo en la sangre.
“Cuando hicimos la investigación, a nosotros nos dice Javier, a través de un comunicado oficial, firmado, diciendo, que la gente que tenía plomo en la sangre, todavía no llegaba al límite que se permite para mandarlos a descansar”, señaló.
Por situaciones como esta, los mineros se sientan con el derecho del paro, pues sienten que sus derechos laborales han sido violados.
José Manuel, uno de los veteranos en el lugar, asegura que en la mina sí hay contaminantes que han afectado la salud de los trabajadores.
“.... son la misma humadera de algunos camiones que tenemos estacionados por aquí, que están en sistemas muy veteranos, que ya son camiones de modelos viejos, no se hacen los análisis de esmog para entrar... hay polvo, humaredas, los gases de las mismas explosiones que se hacen de los voladores”, señaló.
Las jornadas, según recordó José Manuel, se extienden hasta por 10 horas y media en el lugar.
“Por tan poco dinero... y las horas de comida no se respetan. Si empiezas a abrir el lonchecito y alcanzas un taquito, con eso es con lo que se va uno a trabajar”, lamentó.
De esta mina, que tiene una profundidad de casi dos kilómetros de profundidad y 12 años de explotación, la empresa con inversionistas extranjeros extrae plata, zinc, plomo, cobre y oro.
¿Plomo también? Pregunta un reportero.
“En la mina y en el cuerpo”, dice José Manuel y hay risas en el lugar.
“La única parte que no nos esculcan son las venas, señores... es lo único que no nos han esculcado, y es donde llevamos 'el más mínimo', que por ahí dijo un laboratorio”.
José Manuel se refirió a que en muchos de los casos, cuando se han realizado estudios a los trabajadores, la empresa ha respondido que los niveles de plomo que hay en la sangre analizada no es suficiente para enviarlos a casa, que aún están debajo de margen legal.
“¿Cuánta gente tenemos contaminada aquí de plomo y están en riesgo? Levanten la mano y compañeros”, gritó Yesser Beltrán, del sindicato minero en el estado de Sinaloa.
Después de la pregunta, casi un centenar de trabajadores levantaron la mano.
“Plomo todos traemos, pero hay unos que están más graves que otros”, agregó José Manuel.
Alguien no se anima a decirlo en voz alta, pero dice casi para sí que esto provoca leucemia.
Una lavadora en 12 años
Rigoberto es un empleado que tiene una experiencia de 12 años en la mina San Rafael.
Se encarga de temas eléctricos y muchas veces termina su trabajo lleno de aceite, porque tiene que atender las descomposturas de la maquinaria pesada.
“Oye, que se quemó un motor, ¿para cambiar ese motor?, ¿como te cuidas con esos overoles? Salimos negros, oiga. ¿Qué hacemos? Tenemos una regaderita, nada más con agua helada, ¿quién se va a querer bañar con agua helada?”, reniega Rigoberto.
“Los overoles aquí los dejamos, oiga, aquí lavamos. Yo tengo 12 años en este empresa y apenas hace dos años nos pusieron una lavadora, lavamos más aquí que en la casa, para no contaminar tanto a nuestra familia”.
Luego, Rigoberto vuelve a renegar porque recuerda que sólo les dan un uniforme al año y hay veces tienen que pelearlos, porque según en la empresa, hay veces, dicen no tener presupuesto para eso.
