"LAS AGUAMITAS: Habitar en un ‘pueblo olvidado’"

" El Piter" y "El Macuarro" ya escarbaron más de un metro y medio; la fosa ya casi está lista para que le apliquen el recubrimiento de concreto que tienen planeado.

Ellos son hermanos y se dedican a la pesca, como les ha obligado el hecho de nacer y crecer en un lugar como Las Aguamitas, un campo pesquero situado en uno de los recodos costeros del municipio de Navolato.

La Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Navolato tiene contabilizadas 417 hogares en Las Aguamitas que no cuentan con los

servicios de drenaje.

Sin embargo, la falta de servicios básicos para los asentamientos humanos, como el drenaje y el agua potable, también les ha obligado a ser diestros para otras cosas, como la albañilería.

La fosa séptica, que construyen en la propiedad de otra de sus hermanas, tendrá dimensiones muy parecidas a las de un cuarto pequeño de 2 por 4 metros, pero bajo tierra. Y su costo estimado es de más de 7 mil pesos.

En la casa de enfrente, Martina, de 52 años, recién construyó la segunda fosa.

Según estimó, la primera duró casi una década antes de que el azolve les obligara a contratar hasta tres servicios por mes para drenarla y luego dejarla inservible.

Hoy, con la nueva fosa, ella y su familia se prepararon para la Semana Mayor y la visita de turismo y todo lo que eso trae.

El problema de La Aguamitas es que no cuenta con todos los servicios básicos: los únicos que hay, de agua potable y electricidad son deficientes, y el de drenaje no existe.

Conforme uno se adentra en el pueblo, puede darse cuenta que está parado sobre un sistema de medianos y pequeños esteros que inundan con las mareas los patios de muchos terrenos de sus habitantes.

Algunos acondicionaron en sus patios traseros pequeños muelles o usan terrenos en común para dejar bien amarradas sus pangas, para cuando la marea permita dar una vuelta por esos callejones marinos de mangle y arena que los lleva hasta el Pacífico.

En algunas zonas, Las Aguamitas se ha desarrollado en un terreno ladeado, una subida gigante que corre de poniente a oriente, por lo que hay una zona, la alta, en donde pueden construir fosas y otra, la baja, en la que es poco probable por el salitre y el exceso de agua de mar en el subsuelo.

"El Macuarro" y "El Píter" han tenido que robarle terreno a una parte seca del estero, aclaran que no cortaron ni maltrataron el manglar, sólo han rellenado con tierra de barrial que la detiene unas pilas de cinco o seis neumáticos viejos e inservibles.

Su idea es que la fosa no vaya a colapsar y que el agua residual vaya a terminar al estero, como sí pasa con otras decenas de familias que viven a la orilla.

De hecho, los tubos de PVC llevan la descarga directa de los excusados y lavabos al mar.

Los vecinos saben que esto puede causar problemas ecológicos, pero no tienen otra opción, porque no pueden construir fosas en zonas blandas, ni tampoco recursos económicos para cambiar de residencia.

La falta de servicios obliga a los habitantes de Las Aguamitas a construir fosas sépticas.

Sin servicios de drenaje

La Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Navolato tiene contabilizadas 417 hogares en Las Aguamitas que no cuentan con los servicios de drenaje, lo que afecta directamente a mil 629 personas.

Los números ubican a este campo pesquero como el segundo con mayor número de personas afectadas, detrás de Dautillos, que tiene registradas 512 casas y 2 mil 109 personas con la afectación.

Navolato es el municipio más joven de Sinaloa y logró su independencia de Culiacán en agosto de 1982.

Está ubicado en toda la franja costera del centro del estado y la riqueza de su sus tierras y la suerte de su ubicación lo ha convertido en un proveedor importante del campo mexicano y de la pesca.

Sin embargo, los números de la propia Japan señalan que de los más de 135 mil habitantes que se encuentran censados en su territorio, más de 33 mil 400 no cuentan con servicios de agua potable o drenaje, lo que representa un 24.6 por ciento.

Pero este problema no es sólo de un municipio, pues en Sinaloa en 2014, el porcentaje de viviendas sin drenaje en el estado llegó a 8.5 por ciento según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, que lo ubicó en el número 11 a nivel país.

En el Balance y prospectiva del desarrollo social en Sinaloa 2018, el indicador de municipios con el mayor porcentaje de viviendas sin drenaje es Navolato, con 20.6 por ciento, y luego aparece Guasave con 13.2 por ciento; Ahome con 5.2 por ciento y Culiacán con 3.7 por ciento.

La Comisión Estatal de Agua Potable y Alcantarillado de Sinaloa informó que en el estado, al 2010, existían 5 mil 795 localidades con algunas fallas de servicios de agua y alcantarillados, de las cuales 4 mil 329 carecen de agua potable y 5 mil 147 carecen de alcantarillado.

La afectación para habitantes en la falta de agua potable es para más de 209 mil 500 personas, que representa en 7.5 de la población del estado y más de 465 mil 700 sin alcantarillado, que representan el 16.8 por ciento.

No se hallaron números específicos más actuales.

Los habitantes han perdido la cuenta de las veces que los candidatos han ido a su pueblo a pedirle el voto con la promesa de llevarles servicios de drenaje.

Puro pedir el voto y nada

Martina ha perdido la cuenta de las veces que los candidatos han ido a su pueblo a pedirle el voto con la promesa de llevarles servicios de drenaje.

Tiene 52 años. A los 20 se casó con un pescador y decidió quedarse a vivir en el pueblo. Vive en una esquina de la zona que da la bienvenida.

La parte de enfrente de su casa da a la única calle pavimentada del lugar y a veces cuelga en un tendedor una decena de filetes de mantarraya que embarraron de sal para curarlos y venderlos.

El espacio más grande de su propiedad, al frente, lo seccionó para múltiples utilidades.

Una de ellas fue la construcción de las fosas, ya lleva dos, y un aljibe donde almacena el agua. "Como aquí es salitroso, lueguito se llena, entonces mandamos a traer al que desagua la fosa", recalca.

Luego recordó que a veces se llena más pronto de lo que se calculan y tienen que soportar los malos olores y privarse de usar el baño por un tiempo.

El contratar le máquina que da los servicios de desazolve les cuesta hasta 350 pesos por viaje, pero en su familia tuvo la suerte de tener un amigo que presta el servicio y a veces le sale gratis.

La fosa que construyeron salió poco más de 4 mil pesos: está cimentada, sostenida por blocks y tiene techo de concreto con un tubo de PVC que evita que los gases se queden demasiado tiempo y perjudiquen la construcción.

Ella explica que es igual como si fuera pequeño cuarto, pero más grande. "Está hondita esta fosa", expresó.

"Ya teníamos como unos nueve años que no se nos llenaba, y ahorita como ya está todo transminado, ahorita se llena seguido y ese el problema y más el problema es en Las Aguamitas (así le dicen a la parte del fondo del pueblo), más allá.

Es más salitroso y ahí sí no dura ni el mes cuando ya se llena". Martina aseguró que desde que tiene uso de razón siempre careció de servicio de drenaje.

"Sí habían dicho que iban a meter drenaje, cada gobierno dice 'vamos a meter drenaje'... y nosotros 'ay, pues qué bueno, vamos a pagar drenaje', y nada, así sigue igual", señaló. El pueblo, ubicado en el extremo surponiente del municipio, también tiene problemas con el servicio de agua potable.

"No hemos tenido problemas cuando hace frío, cuando ya hace calor empieza a escasearse el agua. Ahorita cuando viene Semana Santa más escasea", explicó.

"Yo sí tengo agua, pero los vecinos que viven más arriba no tienen agua, porque no tiene presión el agua".

En el momento en que Martina respondió las preguntas, no había agua.

En su aljibe tiene conectado una bomba y a su vez una serie de tubos y mangueras que sirven para proveer de agua en el resto de su propiedad.

La casa y sus cuartos. Las Aguamitas no aparece en la lista de poblados que no tiene agua potable, pero sufre sus carencias.

Según la Japan, en Navolato hay 148 los pueblos que no cuentan con este servicio, y suman 630 casas y afectación para más de 2 mil 500 personas.

Dominga ha visto cómo nadie las veces que son necesarias cambiar de lugar una fosa. Mientras, la parte "usada" pierde su utilidad.

El suelo se reblandece y es imposible construir algo sólido.

Por ello recuerda que cuando era pequeña, hace 60 años, y Las Aguamitas no era un pueblo tan grande se sentaban en una cubeta a la que colocaban bolsas de plástico y la orina y las heces las aventaban al monte. "Ahí en la curvita", recordó.

Hoy de 68 años, Dominga dijo que siempre fue una discusión con su esposo, quien era pescador, sobre la contaminación que el humano provocaba.

Ella vivió con su esposo en esa zona vieja de Las Aguamitas y también construyeron fosas.

Cuando se llenaban, su marido la ampliaba con tres paladas por cada lado del cubo que forma la fosa para hacer más espacios, pero antes de derrumbar las paredes se aseguraba de cubrir por encima con una lona para que los olores fétidos no escaparan y se metieran a las casas de los vecinos.

"Le digo yo a mi esposo: esa es una contaminación que estamos haciendo, por el pescado, nosotros vivimos del pescado y nosotros mismos estamos dando eso.

Es más, yo ahora el pescado no como", lamentó. Dominga señaló que hay personas que viven en las orillas y que los tubos de sus drenajes terminan en los esteros.

En el lugar, existen dos cooperativas de pescadores. Una de ellas es "La Barra de la Tonina" y la más grande, la David Porter que tiene casi 270 socios.

Juan Andrés Valdez Reyes, quien recientemente cumplió un año en la Presidencia de la cooperativa, siente que este problema ha ido creciendo junto con la población, por ello la importancia de llevar los servicios a esas zonas.

"Es un problema grande que ha existido toda la vida, porque en algunas partes, las partes altas es donde se pueden hacer lo que le llamamos fosas y el problema con las personas que han rellenado sus terrenos a la orilla del agua, ellos no tienen la manera de hacer una fosa, pues lo que hacen es que meten tubería hacia el monte", explicó.

"Es un problema, lo mismo con el agua". En al cooperativa, dijo, deben gestionar apoyos de viajes de agua para llenar su aljibe de casi 20 mil litros, pues en una jornada normal, el agua no llega comodebiera.

"Nos cobran un servicio del agua que realmente no lo tenemos”, renegó.

Los momentos en que más hay agua es cuando la usa el menor número de personas, como cuando llueve o en la madrugada. "... y entonces ya tiene presión, yo creo", dijo.

El aljibe que abarca gran parte del patio trasero del edificio de la cooperativa, se termine en una jornada.

El pescado hay que limpiarlo y lavar a su vez el área de trabajo, que se vaya la sangre, los desechos y las escamas, y la babaza que suelta el camarón.

"Tiene que estar lavado todo el tiempo, por las moscas, por higiene. Sí nos hacen falta los servicios esos", recalcó. "... ya somos muchos aquí, de hecho ya no cabemos en el campo, todos andamos buscando la manera de rellenar un terrenito, para hacer un cuartito así, porque pues está creciendo y todo eso pues es más contaminación".

Valdez Reyes dijo que pese a las descargas directa del agua sin tratar, no han detectado algún problema de contaminación, sin embargo cree que por el crecimiento eso se pueda dar y afectar a el ecosistema.

Las sospechas de Juan Andrés no están muy lejos de la realidad.

En 2013, un grupo de científicos encabezados por el doctor Francisco Delgado Vargas, profesor investigador y jefe de la Unidad de Investigaciones de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Sinaloa, realizó un estudio sobre la contaminación en un dren del campo agrícola la Colonia Michoacana, también en el municipio de Navolato

135,000

Habitantes tiene Navolato

33,400

No cuentan con agua potable y drenaje

24.6%

De la población de Navolato está sin servicios

417

Hogares hay en Las Aguamitas sin drenage

1,629

Personas se ven afectadas directamente