"Las comparsas, 'el vicio' de una maestra"

Fernando Espinoza

Para Naysin Espinosa dedicarse a crear de comparsas es como una droga que la tiene “enviciada” desde hace una década. Participar en el Carnaval no le da a ganar dinero, pero si le produce muchas satisfacciones.

En el 2008, la pasión ‘carnavalera’ de esta maestra de artes la llevó a participar por primera vez con una comparsa de concurso, en aquel año, recuerda que las puntuaciones no le favorecieron, y quedó junto a su equipo en los últimos lugares, algo que lejos de desanimarla, le puso una “espinita” para buscar el primer lugar.

Dos años después, en 2010, conquistó el triunfo, pero probar el sabor del triunfo la enamoró a tal grado de esta actividad que en esta edición de la gran fiesta mazatleca cumplirá 10 años “al hilo” dándole ritmo a los desfiles de carros alegóricos.

“Se vuelve un vicio, año con año, ‘maestra otra vez el Carnaval’, tengo gente que tiene hasta 25 años y sigue saliendo, tengo una muchacha que ya está casada, que tiene un hijo y ‘mi amor cuídame al niño yo sigo saliendo en Carnaval’ entonces es el amor a la fiesta”, explica Naysin, haciendo un recuento de los 10 años que tiene participando en carnaval.

Naysin y su comparsa se preparan para el desfile

Amigos y rivales

Participar en una comparsa hace que Naysin pertenezca a grupo, el grupo de “los comparseros”, quienes cada año compiten por un lugar, por destacar, ser el mejor ante la mirada del jurado, y del público, el amor por la fiesta los une, pero ¿qué los separa?

“Todos somos amigos y rivales: pasa el carnaval y todos somos tan amigos como antes, y es Carnaval y ni te hablo, hasta cambias de ensayos porque somos competencia, y la competencia quieras o no causa esas envidias, y esos celos, a veces profesionales”.

Naysin tiene demuestra mucha seguridad al hablar, domina al dedillo el tema, no solo por tener 10 años en este “negocio”; sino porque lo ama.

Explica que existen dos tipos de comparseros; los que tienen sus academias de baile, ellos en teoría tienen a gente que trabaja todo el año, y el otro tipo es como ella, quienes solo preparan al grupo de gente para Carnaval, sin importar si tienen habilidades o no, si su aparecía física es estética, menos su situación económica, todos son bienvenidos.

Día de desfile

A los ‘comparseros’ los mueve la pasión. Naysin cataloga el Domingo de Carnaval como un ritual, en el que aunque todo esté planeado, el frío y la falta de baños los pueden traicionar, además de muchos factores que como “viciosa” del carnaval tiene que lidiar.

“Los apasionados nos esperamos hasta que sacan el carro alegórico que va antes de ti... Uno que ya ‘vicioso’ vas y hasta que ves el carro, porque hay ocasiones que tu ambientación o la utilería que tu traes no concuerda con el carro y dices ‘Chin, tengo de las doce a las tres para cambiar y hacer algo que quede ad-hoc’”.

Al lugar de inicio llegan a las 14:00 horas, ha decorar la auriga, checar el sonido, y preparar la utilería.

El año de la ‘corredera’

El año que Naysin y su comparsa conquistaron el primer lugar quedó muy grabado en sus memorias, y no por el premio económico, sino porque casi son aplastados por una avalancha de gente que al sonido de supuestos balazos corrieron despavoridos en todas las direcciones para ponerse a salvo.

“Estábamos en Martes de Carnaval, cuando menos piensas escuchamos un ruido de esos estilo de la película del Armageddon y shalala, y volteamos, y vimos que el Rey de la Alegría, que era ‘El Centenario’, se cae, y todos ‘Mataron al Rey de la Alegría’, fue una ‘corredera’, la gente corriendo yo lo único que hice junte a mi gente, les dije ‘no se vayan’, nos abrazamos y nos tiramos al piso”, recuerda.

La comparsa siguió con su actividad, pese a que mucha gente se fue, y algunas reinas hasta se bajaron de las alegorías, ellos llegaron bailando hasta el final del desfile, en la Avenida Alemán. Naysin considera que eso les dio el triunfo.

Gokú, su tema del año pasado

La comparsa de Naysin ya no tiene como objetivo principal obtener el premio, si bien es cierto que la maestra reconoce que a nadie le caen mal 50 mil pesos, también considera que el premio al final de cuentas no cubre ni la producción de una comparsa.

“Los 50 mil pesos del premio al final de cuentas ni te sirve para la producción, porque si quieres un buen vestuario, un buen vestuario te cuesta por arriba de mil pesos”, señala al recordar los vestuarios que han utilizado en las diferentes ediciones, la anterior se basó en la serie Dragon Ball Z, el tema fue “Gokú y las esferas del dragón”.

“Una pluma de faisán te cuesta 200 pesos, y tu vestuario trae 5 plumas en la cabeza, decides no ponerle esas plumas, le voy a modificar, y a veces en el jurado te toca que hay de todo, como en las elecciones (para reina). A mi el año pasado me tocó, me dicen; ‘Sabes que tu comparsa estaba muy padre pero tu tema nada que ver con Carnaval’, y yo, ‘señora que era de dragones el carnaval”, y me dice ‘pero nada que ver tu tema’, pero a mi me lo dan (lo asigna Cultura)”, relata.

La maestra de arte considera que para crear una comparsa tienes que investigar, documentarte de cada detalle del tema, vestuario y música. Peor al final de cuentas todo esfuerzo es nada si no eres un vicioso del carnaval.