"Lo salvan los boleros"
Leda Garrido
Un comienzo desentonado, precedido por una coronación accidentada, no fue ron suficientes para echar abajo el concierto de Cristian Castro, quien apoyado por miles de seguidores mazatlecos, logró salir triunfante de un concierto de casi dos horas.
Acompañado de su grupo musical, coristas y dos bailarinas rubias, el cantante apareció primero con una especie de túnica, que le daba un aire entre caballero medieval y corsario.
Las notas de su éxito No podrás empezaron a calentar el ambiente, más no la voz de Cristian, quien tocando la guitarra eléctrica inició un enfrentamiento contra la velocidad de la música y fallas de sonido, en un popurrí que incluyó Nunca voy a olvidarte, Para ti, Por amarte así y Agua nueva.
Después inició su primer intercambio con el público, poniendo a consideración los nuevos arreglos de sus canciones y dedicando unas palabras a la Reina del Carnaval, Karla I, y princesas.
Lloviendo estrellas dio continuación al espectáculo, que aunque dejaba aún mucho qué desear, contó con un público extremadamente receptivo, que respondió desde el principio con aplausos.
Un pequeño corte de tres minutos, con acompañamiento musical del grupo, permitió a Cristian regresar vestido de blanco, pero con una desconcertante banda en la cabeza. Todo quedó en segundo término con su interpretación del bolero Vuélveme a querer, que definió que el mejor estilo del cantante es el bolero.
Ahí inició la desbandada-acercamiento de fans. Hombres y mujeres por igual, invadieron los pasillos del área de campo y la fiesta subió de temperatura.
Tal como lo hizo en los Premios Oye!, el artista presumió sus orígenes sinaloenses, por sus bisabuelos maternos, lo que según él lo hizo entender parte de su carácter.
Los primeros acordes de Cuando me miras así elevaron el ambiente y Amor, de su autoría, le dio a Cristian "otra oportunidad" de mejorar su espectáculo y mover no sólo al público, sino también a la Reina y las princesas, que no dudaron en levantar también los brazos, como él lo pidió, e incluso las reinitas subieron al escenario.
"¿Ustedes quieren ser algún día Reinas", les preguntó el cantante para enseguida sorprenderse ante su error, "¡Ya son Reinas!", dijo a la Reinita Infantil y a las dos pequeñas soberanas de la poesía de este y el año pasado.
Una y otra vez jugó con el tema del casamiento. Una de ellas le sirvió para presentar al Mariachi Continental y cantar pícaramente Yo no me caso compadre.
El homenaje a José José
Un nuevo receso le permitió regresar en mangas de camisa, con moño, tirantes y pantalón negro. La nave del olvido marcó el inicio de su homenaje a José José, luego vinieron Amor, amor, Gavilán o paloma, Si me dejas ahora, Lo que un día fue no será, Volcán, Lo pasado, pasado. Pidió "un aplauso para el amor", y se lo dieron. La cuenta estaba saldada.
El triste contrastó con Buenos días amor, que hizo levantarse al público de sus sillas e incluso moverse de sus sitios, pues Cristian bajó hacia ellos y todos querían tocarlo.
Otro cambio de atuendo, más informal, camiseta negra y pantalón de mezclilla.
"Para todos los que como yo se quieren volver a casar, ¿para qué?, pero queremos", bromeó para seguirse con No hace falta.
Mañana, mañana, de Juan Gabriel, marcó el inicio de la despedida, misma que aprovecharon el Rey, las Reinitas y Reinas homenajeadas para partir discretamente rumbo al Combate Naval.
"Vamos a pintar todo de un solo color", invitó Cristian provocando gritos.
"¿De qué partido es el Presidente?", preguntó poniendo cara de "la regué".
Azul marcó el punto fuerte de la noche para que Cristian se subiera a besar a la Reina en la mano y en la mejilla. La primera despedida.
Los aplausos y el esperado grito de "¡Otra!" lo hicieron regresar al escenario con Lloran las rosas.
"Gracias por dejarme traer el look de Rosa salvaje (por la banda en la cabeza). ¿Dónde están mis pollitas?", cuestionó recibiendo gritos y aplausos de un público ya de pie.
La canción de su infancia, Gallito feliz, tomó los acordes iniciales de Living la vida loca, de Ricky Martin, para erigirse como un himno roquero, por encima de su letra.
CORONACIÓN ACCIDENTADA
n El momento justo de posar la corona en las sienes de Karla I, Reina del Carnaval, tuvo dos grandes ausencias: fuegos artificiales y "Los papaquis".
n Fallas técnicas provocaron que no se echara a andar la pirotecnia. Reina y princesas se mostraron tranquilas y saludando.
n Los dragones chinos reaparecieron en el escenario, ante un público a la expectativa.
n La voz de Raúl Rico, narrador del espectáculo y director del Instituto de Cultura compartió: "A veces la nao de China también se inunda, ¡que vengan los cohetes!", pasó un minuto y llegaron los fuegos artificiales... sin "Papaquis".
DANZA
Música y danzas del lejano Oriente conformaron una atractiva propuesta coreográfica bajo la dirección de Guillermo Carrillo y Zoila Fernández.
HOMENAJE
Previo a la coronación de Karla I, se le rindió un homenaje póstumo a Isela Wong, a 50 años de haber ganado la máxima corona.