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"La vida en una cancha"

"Luis Patiño, un mazatleco en la élite mundial del tenis"

"El tenista recorre el mundo en busca de superar la pequeña gran diferencia que permite estar entre los mejores"
06/05/2018

Ariel Noriega

El tenista mazatleco Luis Patiño devuelve sin dificultad un revés del argentino Juan Martín del Potro. La pelota supera la red en su viaje de ida vuelta, una y otra vez, un espectador novato no vería grandes diferencias entre un jugador y otro.

Pero solo es un entrenamiento y las primeras diferencias entre ellos están afuera de la cancha, en el ranking mundial.

Mientras el tenista argentino es el número 6 del mundo, el mazatleco lucha por escalar posiciones desde un lejano 800.

Dedicado al 100 por ciento al tenis, Patiño ha dejado su Mazatlán para recorrer el mundo en busca de los puntos que reparte la Asociación de Tenistas Profesionales, sueña con los grandes premios y ha sacrificado todo por encontrar un lugar entre los grandes.

Después de años de entrenamientos interminables, Patiño revela la diferencia clave que lo separa de los primeros puestos.

“Cuando juegas con ellos te das cuenta que mientras tú vas en tercera, ellos van en cuarta o quinta”, explica.

Jugar a la máxima velocidad, sin errores, de manera constante, ganando lo más posible, mientras recorre el mundo, es la vida de un niño mazatleco que se hizo grande en las canchas de tenis.

 

Su historia

Luis Patiño nació en Guadalajara, pero creció y se hizo jugador de tenis en Mazatlán, donde reside su familia y a donde regresa cada vez que necesita descansar y recuperarse.

El éxito en el tenis, como en casi cualquier otro deporte, está marcado por las circunstancias.

La carrera deportiva de Luis le debe mucho a la llegada a Mazatlán del francés Alain Lemaitre, el entrenador que lo convertiría en un jugador profesional.

“Cuando él llegó yo ya era campeón nacional de 10, pero él me cambió la mentalidad, me convenció de que podía llegar a ser muy bueno. Yo creo que si no hubiera sido por él me hubiera quedado perdido en el camino”, asegura.

Luis se refiere a la enorme cantidad de tenistas mexicanos que muestran facultades en su infancia, pero que no encuentran un desarrollo deportivo y sus carreras se diluyen en la juventud.

Acostumbrado a ver carreras que se pierden por falta de academias de calidad en México, el primer consejo que da el tenista a los niños mazatlecos que quieren hacer carrera es muy duro.

“Primero que sean realistas, si quieren ser buenos de verdad se tienen que ir de Mazatlán lo más pronto posible, si en México no hay nivel, en Mazatlán menos”.

Luis explica que en México se juega poco tenis y cuando llegas a los niveles de alto rendimiento prácticamente no hay nada, así que se vio obligado a emigrar a Mérida, Yucatán, donde actualmente se encuentra la academia de Lamaitre.

Gracias al apoyo de su familia, Luis modificó su vida, tiene 10 años sin asistir a una escuela tradicional, sus estudios los realiza en escuela abierta o en línea y la mayor parte de su tiempo está de viaje.

 

Un negocio duro

Un jugador se encuentra completamente solo en una cancha de tenis, no le está permitida la presencia de su entrenador, no hay ayuda, solo frente a su contrario, los jueces y los recogebolas.

La soledad de un jugador de tenis en un juego es una perfecta metáfora de su carrera deportiva, su familia lo acompañó cuando niño, lo apoyan en algunos eventos importantes, pero la mayor parte del tiempo camina por su cuenta.

“Es un trabajo bastante duro, lo llegas a odiar o lo llegas a amar”.

El tenis de alto rendimiento es un “negocio” donde te acostumbras a administrar las derrotas.

“Un jugador de tenis va a perder cada semana, no hay un solo jugador que gane semana tras semana, todas las semanas vas a perder ya sea en primera ronda o en segunda ronda”.

Para darnos una idea del ritmo de vida de Luis hay que saber que el 19 de marzo jugó en Antalya, Turquía; el 7 abril la Copa Davis en la Ciudad de México, el 16 de abril en Guadalajara y el 23 de abril en León.

“Tienes que avanzar lo más que puedas, para ganar lo más que puedas de puntos, para seguir adelante”.

Ganar significa dos cosas: puntos en el ranking y dinero. Así que viajar por el mundo, desenfundar la raqueta y jugar es un trabajo que se hace incluso enfermo.

“El tenista vive con dolor, no es como en el futbol que te lastimas y pides un cambio, aquí hay que llegar hasta el final”.

Y el final lo marca la edad, tiene 24 años, le quedan otros 10 a buen nivel, así que hay que llegar a la siguiente ciudad, después de todo el espacio de una cancha de tenis es universal, como si nunca se hubiera movido del mismo sitio, desde cuando era un niño y ya era campeón.

 

El premio

Si hubiera una selección nacional mexicana en el tenis, Luis Patiño estaría ahí.

Actualmente nos representa en la Copa Davis y es uno de los tres mexicanos ubicados dentro de los mejores mil jugadores de la ATP.  

El escaso número de mexicanos rankeados entre los mejores nos da una idea de la dificultad de destacar en el tenis mundial y del reducido apoyo que tiene este deporte en nuestro País.

El domingo 08 de abril, México se enfrentó a Perú en la Ciudad de México, un día antes los enfrentamientos habían deparado un 1-1, el país perdedor quedaría estancado en el grupo 2, el ganador iría contra Uruguay en busca de ascender al grupo 1.  

Luis se enfrentó al peruano Juan Varillas por el punto definitivo, cualquiera podría decir que la localía le daba cierta ventaja al mexicano, pero el público mexicano puede ser un factor en contra.

“En México, el tenis no es un deporte que la gente siga mucho, entonces puede ser un arma de doble filo, o te puede servir mucho o te puede afectar”, explica.

No hay concentración que soporte a un público incapaz de guardar silencio, los juegos en México pueden terminar en una algarabía propia del futbol, pero no de un deporte que exige momentos de absoluto silencio.  

A pesar del ruido y los consejos no pedidos, Luis consigue vencer al peruano en tres sets, convirtiendo el Club Deportivo La Asunción en una locura y consiguiendo el boleto para que México siga adelante.

Pocos en las gradas están enterados de que Luis jugó enfermo de la garganta y que poco después tendría que regresar a Mazatlán a recuperarse de problemas estomacales.

El precio por vivir en el mundo del tenis es muy alto, la felicidad de ganar un torneo de Copa Davis es un gran premio, pero detrás de cada triunfo hay una historia de un joven que decidió dejar todo atrás para soñar con los grandes premios.

 

Ranking de la ATP

Singles 812
Dobles 583
 

El mejor ranking en su carrera

 

Singles 649
Dobles 239

 

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