"Padecen padres de familia la educación a distancia y sin recursos"

"Desde jardín de niños hasta universidad, papás de El Habal denuncian que les cobran, a pesar de que las escuelas están cerradas"

EL HABAL._ Padres de familia de esta comunidad están enojados con las clases a distancia, se quejaron de que sus hijos, en todos los niveles, no van a aprender igual que si estuvieran en el aula.

El ciclo escolar 2020-2021 inició a distancia debido a que la pandemia de SARS-CoV-2 no cede y el número de contagios en todo el País impiden la convivencia social.

“Les cobran mensualidades, inscripción, todo les cobran, yo tengo un hijo en la universidad, y según les dan clases en línea, pero las clases en línea no tienen chiste, nada más les dejan trabajos y los tiene que presentar, es todo, y ya les están cobrando inscripción y mensualidad”, declaró Miriam.

Su hijo estudia en la Universidad Pedagógica de Sinaloa, y ella le pidió que este año no se inscriba, pero Alberto no quiere perder un año, a pesar de las dificultades para estudiar.

“Me parece que no aprenden igual, no es lo mismo que te digan este trabajo vas a hacer, a que les estén explicando, además, no tienen horarios fijos, toman una clase a las 9:00 horas, otra a las 15:00 horas, a la hora que se le acomoda al maestro, y a mí no se me hace justo, deberían por lo menos cobrarles solo la mitad”, reclama.

Y al gasto de inscripciones y mensualidades, dijo, se suma el gasto en Internet, que hoy es indispensable para que los estudiantes tomen clases a distancia, pero también falla mucho, precisamente porque todos lo quieren usar al mismo tiempo.

La madre de familia indicó que, a pesar de todas esas dificultades, los maestros no son empáticos, pues sin importarles si pueden o no acceder al Internet, les imponen una hora para entregar trabajos y si no lo hacen, no les dan calificación.

“Ahora piden teléfonos, tablets, computadoras, Y el que no tiene, ¿qué hace?”, expresó la abuela de un alumno de segundo grado de secundaria que, a pesar de la hora, no estaba conectado a la clase a distancia, pues no tiene servicio de Internet.

En El Habal, dijo la abuela, hay muchas personas que no tienen posibilidad de pagar recargas, porque no les va a durar para todo el ciclo escolar.

Y una madre, que prefirió retirarse cuando empezó la entrevista, sí fue clara con lo que expresó desde el portal de su casa.

“Ya terminé la clase por televisión con mi hijo, pero me parece absurdo que las clases sean a distancia mientras que sí se permitió que las playas estuvieran abiertas, ¿por qué esa incongruencia? ¡Qué ya abran las escuelas!”, demandó.

“Ahorita todas las mamás están enojadas, es la verdad, en la secundaria estaban condicionando la entrega de libros escolares al pago de cuotas, ¡pero los libros son gratuitos! ¿Y para qué cuotas, si nadie está yendo a la escuela?”, cuestionó una madre que prefirió no dar su nombre para evitar alguna represalia.

Y efectivamente, el edificio de la Escuela Secundaria Sofía Félix de Ramos, enclavada en El Habal está desierto.

Las puertas de acceso están abiertas, pero no hay nadie en el interior.

No hay huellas de basura, pero tampoco de que alguien esté cuidando el inmueble.

El Jardín de Niños Estefanía Castañeda luce más abandonado. La basura se acumula y las hojas de los árboles lo hacen parecer aún más solo, como si tuviera años sin niños corriendo por los patios y corredores.

En El Habal, los alumnos luchan por aprender, y los padres se desesperan ante la educación a distancia.

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