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"Pese a la pandemia, don Gregorio no ha dejado de laborar afuera de una tienda comercial, en Escuinapa"

"El adulto mayor se gana la vida bien protegido cuidando motos, bicicletas y hasta ‘criaturas’ afuera de la tienda"

ESCUINAPA. _ Cuidar bicicletas, motos, mandado y hasta “criaturas” afuera de una tienda de cadena comercial, es un trabajo que con gusto hace Gregorio Franco Alvarado, aun en tiempo de pandemias.

El adulto mayor decidió no parar sus labores afuera de una tienda que pertenece a una cadena comercial, pero su trabajo cambio para hacerlo de manera más responsable.

“Me dedico a cuidar de todo, motos, bicicletas, motos, ‘criaturas’, llegan y me dicen ahí le encargo, ‘abuelo, ‘tata’, tío’, me gusta mi trabajo, pero si me cuido”, expresa.

El Covid-19 como a todas las personas es algo que le ha generado cierta incertidumbre, sobre todo por su edad, son ya 76 años los que tiene y parece que es a la población que más ha afectado en el municipio.

Dejar de trabajar para él no fue una opción, pues como jardinero jubilado del Ayuntamiento, es poco el dinero que le llega, así que tiene que trabajar.

Así que en tiempos de Covid-19 no ha titubeado en extremar sus cuidados personales, con cubre-bocas, guantes y mascarilla de plástico es como desde hace 3 meses atiende a las personas.

“Empecé mi vida (laboral) como policía con Chuy Toño (Jesús Antonio Aguilar Íñiguez) y termine como Jardinero, ahora me va bien aquí, pero me tengo que cuidar” señala.

Cuando se jubiló, se fue a casa, pero considera que todavía era tiempo de ser activo, de ir a buscar ganarse el pan de cada día, de acuerdo a su edad, sobre todo después de haber pasado una enfermedad que por un tiempo lo inmovilizo.

A don Gregorio no le molesta ninguno de los artículos que tiene que usar para impedir que el Covid-19 llegue a su cuerpo, pese a la sensación térmica de más de 40 grados que se tienen, no deja de usar cubre-bocas, la máscara, los guantes y su ropa de manga larga.

Son 6 años que está trabajando fuera de esa tienda, ningún día ha fallado, Dios le ha dado salud para seguir siendo activo y a él la sabiduría para entender que los tiempos cambian, que es un adulto mayor vulnerable al virus, por lo que cuidarse es la opción, pues vida quiere para seguir trabajando, indica.

La máscara facial fue un regalo de uno de las personas a las que les da servicio, lo hizo con el corazón, buscando protegerlo y es algo que agradece, indica.

En su trabajo le va bien, puede ganar de 300 a 400 pesos, lo que le sirve para apoyar en la despensa y para pagar los servicios que requieren su esposa María Nieves Castro Romero y él.

“Me siento más fuerte que cuando no trabajaba, me gusta estar aquí”, puntualiza, mientras acomoda cartones para evitar que los asientos de motos y bicicletas se calienten.

 

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