"Por la pandemia, trasladan la tradición de Día de Muertos a los hogares de Culiacán"
La memoria de 17 personas fallecidas resguarda la sala de estar de Lorely y su familia, mientras que un arco de flores de papel enmarca la ofrenda.
La llama de las veladoras se refleja en los cristales de las fotografías, creando una danza naranja que hace juego con el cempasúchil que rodea el altar.
En medio de la pandemia por coronavirus que obliga a mantenerse recluido, y en consecuencia la prohibición de las autoridades municipales para acudir a panteones a celebrar el Día de Muertos, las ofrendas se hicieron presentes en las casas de los culiacanenses, tal es el caso de la familia Flores Millán.
"Es una conmemoración para las personas que no están. Muchas personas de nuestro altar no las conocí, pero eso es lo bonito", relata Lorely al explicar la construcción del altar a los muertos que instaló junto con su madre.
Sirven como homenaje a su memoria
Por decisión del Gobierno de Culiacán, los panteones municipales y privados se han cerrado durante este año en vísperas de aquellos días que suelen aglomerar personas: Día de las Madres, del Padre, y de Los Angelitos.

Ahora, de manera histórica, este Día de Muertos no se podrá celebrarlo en los camposantos.
Desde el 30 de octubre y hasta el 4 de noviembre, los cementerios estarán cerrados y se permitirán únicamente inhumaciones.
Hace ya 8 meses de aquel 28 de febrero en el que el coronavirus llegó a Sinaloa. El primer caso registrado en la entidad se trató de un paciente que se contagió en Italia, convirtiéndose en el segundo caso activo de Covid-19 en el País.
El virus es transmitido de persona a persona.
El brote de contagios fue declarado como pandemia el 13 de marzo por la Organización Mundial de la Salud. Desde entonces se han aplicado medidas preventivas dispuestas por autoridades de salud de los tres niveles de Gobierno, el uso del cubrebocas y el distanciamiento social son los pilares de estas estrategias.
Clases no presenciales, supermercados que limitan el acceso a una persona por familia, y espacios cerrados para evitar reunir a un alto numero de personas, se han mantenido como las principales medidas para combatir a una enfermedad que ha cobrado la vida de mil 292 personas en 248 días tan solo en la capital sinaloense, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud estatal.
La familia Flores Millán ha sufrido grandes pérdidas de seres queridos que quedan evidenciadas en el altar, incluso pasaron por fallecimientos a consecuencia de la pandemia.
"Mi mamá siempre pone las fotos, eran bien pocas antes, pero ahora desafortunadamente tenemos más muertos en la familia. Optamos por hacerlo más grande porque pensamos "Ya no nos van a caber"", relata.
"Mi abuela, no sabemos si falleció por Covid, pero yo creo que sí. La operaron de una pierna y todo salió bien, pero después de la alta se empezó a poner mal. En la autopsia resultó con secuelas de Covid, yo creo que influyó en que no pudiera lograr la recuperación".
Delia Esperanza Sánchez, abuela de Lorely, murió el 10 de octubre a los 80 años. Hoy su recuerdo fue depositado en la ofrenda de su familia.
La celebración de Día de Muertos fue declarada en el 2008 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y se presume como una de las tradiciones prehispánicas más representativas de México,
Lorely confía en que la tradición se dignifica al celebrarla, sin importar el lugar o la forma.
"No me siento mal por no ir. Ahorita tenemos que cuidar a los vivos, más que a los muertos.
Se les está conmemorando. Este año es de pausas y cambios. La tradición va a seguir pero tiene que modificarse", dice.