"Presentan el libro ‘Debe ser un malentendido"
Debe ser un malentendido es un libro conmovedor, la música que va imponiendo la poesía de Coral Bracho es determinante para avanzar con un ritmo acompasado en las ideas y las emociones que el alzheimer puede provocar en un ser humano, que lo observa y también del que lo padece.
En el cuarto día de la FeliUAS, el público tuvo acercamiento emotivo a una enfermedad que crece en porcentajes entre las población del mundo. La enfermedad de la memoria fue padecida por la madre de la poeta y la experiencia de acompañar a un ser querido en ese trayecto de su vida.
En el camino desconocido de su enfermedad detonó la creación de un poemario, en el que están plasmadas sus observaciones, sus intuiciones de poeta, pero también las frases de la enferma y sus ideas desestructuradas.
“Este libro es parte de mi experiencia con el alzheimer que tuvo mi mamá. Me interesó hacer un libro así, sobre todo por lo deslumbrante que fue percibir cómo funcionaba su cabeza, cómo era su relación con el mundo, que fue mucho más rica de lo que acostumbramos a pensar”, compartió.
“Creemos que las personas que tienen demencia senil o alzheimer ya no entienden y es mas fácil decirles que lo que dicen no pasó o que no es cierto, y generalmente los enfermos se angustian con esas respuestas, aunque no tienen la misma manera de percibir el mundo que tenemos nosotros, tienen otra y es muy rica”.
Armar la memoria del Alzheimer
El editor Frank Meza acompaño a la poeta en el foro principal de la FeliUAS, mencionó que en el libro se ve a una escritora que atiende a una inteligencia poética de cómo escribir este libro de la enfermedad del olvido.
“Está armado con muchos poemas cortos, que están estimulados por diferentes momentos, como lo que pasaba todos los días; en otros, el detonante del poema son frases que mi mamá decía. Algunos escritos están redactados a través de mis intuiciones, sobre como creo que se siente estar en una situación asi, otros más los escribí a partir de mis observaciones y en el poemario están reunidos de acuerdo a su origen”, mencionó la autora.
“Ella descubría el mundo diariamente, pero no como lo hacen los niños, sino desde otro ángulo; sus convicciones éticas no se movían, lo esencial se mantenía, que es hermoso y que es importante. Ella decía que el amor era lo más importante y al mismo tiempo, ya no podía reconocer los pájaros, lo que se desmoronaba en su memoria más fácilmente fueron los objetos, las cosas materiales”.
Un poema de ‘Observaciones’
El libro revela, entre lineas, su tensión poética, que es la relación entre el paciente y quién atiende, además de qué observa el paciente. Este libro es la relación última con un enfermo.
“Ese pájaro que baja a picotear el asfalto muy cerca de su piel es algo que jamás ha visto, no hay con qué compararlo, nada que lo emparente con aquel gato o que comparta con ese arbusto; todos son habitantes inesperados, contundentes presencias del espacio que de momento compartimos con ellos. No hay reinos que los reúnan o los separen en sus precisos territorios ni palabras donde se empalmen. Este que ahora agita las alas y brica entre la hierva y el polvo y es único”, explica.
“Lo que me llevó a escribir el libro fue tratar de compartir una visión de la riqueza y complejidad que puede tener una relación entre alguien que cuida un enfermo así y el enfermo, y lo importante que es no mostrar actitudes de rechazo o que los pongan en duda, cuando realmente lo que necesitan es lo contrario”.
GALARDÓN
Coral Bracho fue Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1981 por su poemario “El ser que va a morir”.
TRAYECTORIA
n Desde 1994 forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
n Ha sido becaria de la Fundación John Simon Guggenheim.
n Colaboró como redactora en el Colegio de México para el Diccionario Fundamental del Español de México.
n “Por Ese espacio, ese jardín”, obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia en 2003.
n En 2007, obtuvo el reconocimiento del Programa de Aliento a la Obra Literaria de la Fundación para las Letras Mexicanas