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"Presentará Carlos Z su obra en el Masin para celebrar 20 años en el arte"

"El artista mazatleco compartirá la exposición Híbridos, una historia de trazos y colores"

MAZATLÁN._ Una historia de trazos de conceptos que surgen de la curiosidad, de querer entender y comunicarse con el mundo a través de colores y composiciones muestra un mazatleco de cepa nacido entre el estero y el malecón.

Sus pies traen tatuada la sal desde que nació, las dos décadas que Carlos Z ha dedicado a las artes visuales serán celebradas por el Masin con la exposición Híbridos, el próximo 7 de febrero.

“No es una retrospectiva, un artista, en el presente, está haciendo la obra que resume todo lo que ha trabajando, lo que ha aprendido, lo que lo inquieta, lo que palpita en su vista y en sus emociones y que es producto de la historia de su vida. En Híbridos están obras del pasado cercano, las más representativas, pero sobre todo está el presente, en el que el océano tiene una presencia contundente”.

La diversidad define su exposición

Los artistas del Siglo 21 son muy inquietos, no se quedan en una sola técnica como sucedía hace un par de décadas, experimentan con diferentes formas, lenguajes y disciplinas.

“Voy a exhibir 24 piezas en diferentes técnicas, formatos, disciplinas y conceptos, los espectadores van a encontrar dibujo, gráfica, vídeo instalación, diseño gráfico, escultura, pintura, ilustración, arte objeto, ensambles, neofrescos, fotografía”, detalló.

“Inicié en el 2009 y las ideas, los intereses te van llevando a abordar ciertos conceptos, todas las obras se desarrollan alrededor de un tema, lo que yo busco es que sea sincero, espontáneo, no me gustan los panfletos, no creo en ellos, por eso cuando he tocado el tema de la contaminación como en la instalación que hice de llantas, Terrenal, mi reflexión es sobre cómo el petróleo y sus derivados plásticos están en todas partes destruyendo el ambiente en donde vivimos y nuestro interior, pero no pongo ninguna imagen ni palabras sobre eso, todo esta en la forma, en los materiales, en las técnicas, ellas son las que contienen el mensaje”.

Aceptó que es un tema apocalíptico en el que muchos están pensando porque los medios de información están llenos de eso.

“Mi primera motivación para hacer este trabajo, que llaman artístico, es jugar con el espacio, esa actitud es importante para que se vuelva placentera la labor, siempre me propongo algo que tiene que ver con transformar las ideas y lo material, el reto de crear algo nuevo a partir de materiales que terminan siendo herramientas para transformar”, dijo.

“En las obras tridimensionales busco trastocar la definición de escultura jugando con el espacio, trabajo los íconos con los que me identifico porque representan parte de lo que soy”.

Así surgió su original primer sello que apareció en la exposición Transistores, del 2008, en la que Carlos Z se apropia de un ícono prehispánico, las cabezas monumentales de la cultura Olmeca, los transformó, los hizo mutar decontruyéndolos de donde surge algo personal.

“En Híbridos está toda mi experiencia de 20 años, el objetivo de manipular tantos materiales, técnicas, conceptos es crear un lenguaje personal, es el resultado de 20 años de experiencias, es una compilación de experiencias, para mi es una pieza que representa mi quehacer, pero también la manera en que me desahogo”.

Una pieza de gran formato

Carlos tiene planeado para Híbridos crear una pieza de gran formato que se va a crear especialmente para el espacio de la exposición, será en cierto sentido efímera porque solamente va a existir mientras esté montada la exposición.

La diversidad en Carlos Z.

“Mi propuesta es muy diversa porque soy muy curioso, quiero saber cómo se hace, quiero saber cómo se expresa, qué se siente trabajar con diferentes recursos y lenguajes. Comencé con la pintura, me enfoqué en eso, quise resolverla para hacerla mía, surgió la curiosidad por los ensambles y me introduje en eso hasta que lo resolví”, comentó.

“La fotografía siempre ha estado presente en mi trabajo, desde que empecé, en mis primeras obras se ve. La primera exposición individual se llamó Hologramas, fue en el año 2000, luego vino Dual en el 2002, después montamos Supermaket 2006, siguió el montaje de Los Transistores en el 2009 que fue un proyecto con el que gané una beca del Foeca.”, recordó.

Esa expo fue el parteaguas, porque se evidenció un interés por trabajar con la tridimensionalidad, desde su primera expo se vio esa inquietud, no totalmente consciente pero sí insinuado en algunas de sus obras.

Fueron los talleres con el maestro Luis Felipe Ortega, en el Museo de Arte de Mazatlán, lo que definió ese camino en el que ha prosperado su propuesta.

“Quiero que en este aniversario 20 me quiten definitivamente el calificativo de pintor, porque considero que soy un artista simplemente, alguien con inquietudes sobre la expresión a través del espacio, el color y la forma”, solicitó.

“Soy autodidacta, me formé profesionalmente como diseñador gráfico con el maestro Luis Felipe Ortega (representó a México en la Bienal de Venecia de hace dos años). Esos cursos hicieron que me cuestionara muchas cosas, por ejemplo seguir haciendo únicamente gráfica, eran inquietudes que yo traía, pero no se manifestaban de manera contundente hasta que este maestro detonó en mí una serie de cuestionamientos”.

“Sus cursos hicieron que me enfocara en cosas en las que me reconozco que son parte de mi vida emocional, el mar que ha sido muy importante en mi vida, desde niño he vivido cerca del océano y gran parte de mi vida la he pasado ahí jugando, paseando, nadando”, comentó.

“Así surgió la serie de fauna marina, esos cursos me ayudaron a estar siempre abierto a experimentar, a no sentir que ya llegué y que voy a hacer solamente de una manera las cosas. Consolidé mi concepto de que el arte es libertad y se vale de todo siempre y cuando tengas un lenguaje, una forma original de decir, una estructura de ideas y material que le da sentido a lo que haces”.

“El espectador que se enfrenta a mis piezas tiene que recurrir a la extrañeza, está bien que se saquen de onda, que se hagan preguntas, las respuestas se las va a dar su propia experiencia”.

Pieza in situ

A Carlos Z lo espera un gran muro de 15 metros de largo y 3 de ancho, aproximadamente, en el que va a pintar la obra monumental de Híbridos, es una obra efímera porque va a existir mientras esté la exposición montada en el Masin, después va a desaparecer.

“El tema de esta obra va a ser lo marino porque creo que eso me representa, habla de mí, es parte de lo que soy, el espacio que me asignaron me permite hacer un gran cachalote, esa será la idea detonante para crear en ese espacio”.

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