|
"COLUMNA"

"VÉRTIGO: Lady Bird"

"."

Hay mucho que agradecer a Lady Bird (Ídem, EU, 2017), segundo largometraje como cineasta –aunque primero como directora en solitario- de Greta Gerwig, quien debutara co-dirigiendo con Joe Swanberg Nights and Weekends (2008), filme que no he visto.  

    ¿Qué podemos alabar de Lady Bird? Básicamente, que la película es una simpática cinta de crecimiento juvenil y femenino realizada con muy buen humor; que tiene un reparto uniformemente competente; y que, además, apenas si pasa de los 90 minutos, algo que hay que agradecer en estos tiempos en los que cualquier banal filme de súper-héroes llega a las dos horas y media y duración.

    Por desgracia, estas mismas virtudes antes descritas resultan ser también sus limitaciones. Además de una realización apenas funcional, la cinta abreva de una temática muy vista y mejor realizada en innumerables ocasiones. De hecho, apenas el año pasado vimos Mi vida a los diecisiete (Craig, 2016), un filme muy similar y muy superior a Lady Bird.

    La Lady Bird del título se llama en realidad Christine (Saoirse Ronan), una adolescente de 17 años que quiere huir de su aburrida ciudad natal, Sacramento, California, para ir a estudiar a Nueva York.

    El problema es que Christine –o, mejor dicho, “Lady Bird”- no tiene las mejores calificaciones, su buenazo papá (Tracy Letts) está sin empleo y su luchona madre (Laurie Metcalf) ya está harta de ella, por más que es obvio que la santa señora daría su vida por su felicidad. O sea, estamos ante la típica relación entre madre/hija en la adolescencia.

    Esta “autobiografía emocional” de Gerwig –así la ha llamado la propia directora/guionista- avanza a través de una serie de viñetas serio-cómicas en las que vemos a Christine enfrentarse a la autoridad (representada por la amable directora de su preparatoria católica), encontrar el amor y el desamor (con dos muchachitos de muy distinta personalidad) y entender, finalmente, la posición de su mamá y la suya propia en la vida.

    La cinta nunca deja de ser agradable, sin duda alguna, pero creo que no merecía sus cinco nominaciones al Oscar. Vaya, uno puede entender las nominaciones de Ronan como mejor actriz y Metcalf como mejor actriz secundaria, pero ¿mejor película?, ¿mejor guion?, ¡¿mejor directora?! Pero, bueno, ya se sabe que el Oscar no tiene que ver, necesariamente, con merecimientos.

Comentarios: en la página web www.ernestodiezmartinez.com, en la cuenta de twitter @Diezmartinez y en el correo electrónico ernesto.diezmartinez@gmail.com

 

Periodismo ético, profesional y útil para ti.

Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.


Suscríbete
Regístrate para leer nuestro artículo
Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


¡Regístrate gratis!