|
""

"VERACRUZ. Al son de Tlacotalpan"

"Músicos, poetas y hasta ex presidentes han sucumbido al encanto de esta tierra y sus palmeras borrachas de Sol"
06/11/2015

    TLACOTALPAN, Ver. (UNIV)._ Pocas localidades del país son tan seductoras como Tlacotalpan. Bajo su influjo han caído poetas, pintores, excursionistas, políticos y hasta cualquier persona sensible encuentra un buen motivo para quedarse unas horas más... o toda una vida.
    La magia de este pueblo se siente apenas al entrar, las calles con sus arcos multicolores, el sonido de las jaranas y el requinto, el zapateo en la tarima, el paisaje ganadero de sus alrededores y los ríos San Juan y Tuxpan -tributarios del Papaloapan- son el entorno que acoge al visitante que llega a la capital cultural del Sotavento.
    Fue territorio Totonaca hasta el Siglo 17 en que lo ocupan los toltecas. Ya en el periodo Colonial, las haciendas de La Estanzuela y San Juan Zapotal junto a su importancia como puerto fluvial propician el crecimiento del pueblo.
    Durante el Siglo 18 sufre el asedio de piratas ingleses.
    Al comienzo del periodo Independiente, Guadalupe Victoria fundó en este lugar una de las primeras escuelas de la Marina. Porfirio Díaz organizó desde aquí el levantamiento contra Lerdo de Tejada.
    Es ampliamente conocido que Agustín Lara se declaró oriundo de esta ciudad, pese a que hay documentos que prueban que el músico y poeta nació en la capital del país. El mito ha probado ser más fuerte y Lara tiene el gusto de ser recordado como tlacotalpense.
    Al visitante actual, Tlacotalpan le ofrece gastronomía, canotaje, paseos a caballo, pesca deportiva, sones jarochos y décimas, aunado a la belleza del paisaje ribereño del Sotavento, sus habitantes se distinguen por la calidez y hospitalidad.
    Los festejos de la Candelaria son muy atractivos, pero debido a lo concurrido, conviene asegurar alojamiento con antelación.
    Accesible desde varios puntos del país, este es un destino ideal para un fin de semana o un puente, ya sea en pareja o en plan familiar.

    ¡Que suene la tarima!
    El fluir del río Papaloapan y las famosas "palmeras borrachas de Sol" es la primera imagen que inunda la mirada al llegar a este pequeño pero pintoresco pueblo veracruzano.
    Del 30 de enero al 2 de febrero se llevan a cabo las fiestas dedicadas a la virgen de la Candelaria. El festejo es para todos los gustos:
    En la calle que bordea el río se instala la feria con voladores de Papantla, puestos de comida y cerveza.
    Los osados corren por la calle junto a los toros hasta el redondel donde se monta el jaripeo, el Sotavento es área ganadera y se enorgullece en demostrarlo. La fiesta no es un Sanfermín con todas las de la ley, pero le pone adrenalina.
    El plato fuerte llega por la noche. En la plaza Doña Martha grupos musicales de varias partes del país demuestran que el Son jarocho ha navegado mucho mas allá del Papaloapan.
    Los soneros se juntan alrededor de una tarima y lanzan coplas, responden al reto de una décima o ventilan las penas del corazón al compás de la jarana y el requinto.
    Es el Fandango, festejo nocturno que puede ser admirado visualmente por cualquiera, pero tocar o bailar... ya es otro son.
    Tiene reglas muy estrictas que se deben conocer antes de lanzarse a la tarima, hay sones para parejas mixtas y otros para mujeres, pasos obligados en ciertos pasajes y códigos para entrar y salir de la tarima, un error puede costar duras miradas de los expertos.

    Ejercicio agotador
    Una Bamba o Toro Zacamandú pueden durar 30 minutos. De cuando en cuando los decimistas llegan a largas y feroces contiendas en verso que detonan la alegría de la concurrencia, el fandango inicia a medianoche y culmina hasta bien entrada la mañana.
    El 2 de febrero, el fandango se interrumpe en la madrugada para que los soneros entren a la parroquia cantando Las mañanitas a la virgen. Tras el detalle religioso, la fiesta sigue.
    No pierda la oportunidad de disfrutar esta tradición, mezcla de las culturas indígena, negra y española, que ha sobrevivido a la inquisición y al paso de los años. Jóvenes músicos y zapateadoras le han dado nuevos bríos.


    Recomendación
    No olvide beber un torito de cacahuate o guanábana mientras escuchas "Allá por el mes de enero, a lazar la que me guste, mañana voy al rodeo... ai'nomás, nomás..."


    CELEBRACIÓN
    La fiesta principal de Tlacotalpan rescata bailes de los esclavos africanos, indígenas veracruzanos y música barroca europea, hoy es una explosión de sabor, ritmo, y júbilo que las nuevas generaciones han actualizado

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!