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"COLUMNA"

"Vertigo: Plan V"

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La premisa de Plan V (México, 2018), segundo largometraje del cineasta y realizador televisivo Fez Noriega (Te presento a Martha/2010, teleserie biográfica sobre Lupita D’Alessio Hoy voy a cambiar/2017), no tiene demasiado sentido, pero eso es lo de menos. Estoy convencido que en el cine en general y en la comedia en particular, la verosimilitud está sobrevalorada. Lo importante es que la idea funcione, no si resulta lógica. La bronca es que en Plan V la idea no funciona.

 Paula (la ascendente Natasha Dupeyrón) sorprende a su novio (José Carlos Femat) en pleno faje gay, así que, para borrar tan traumático episodio, las dos amigas que no pueden faltar en este tipo de filmes (María Gabriela de Faría y Stephanie Gerard) le proponen que desflore a un virgen. Solo así podrá recuperar su equilibrio y su autoestima. O algo así.

 Así pues, Paula regresa a la universidad para inscribirse en un curso de robótica, lugar perfecto para encontrar hombres vírgenes. El asunto es que la muchachita, por más fresa que sea, sí sabe de ciencia, pues su papá fue un reconocido maestro de robótica en esa misma universidad –que resultar ser el ITESO tapatío, por cierto.

 Dicho de otra manera, Paula es una auténtica “Barbie científica”, como la califica uno de los personajes en alguna escena clave. Es decir, la muchacha sabe de máquinas y electrónica, pero también viste impecable, anda a la última moda y es frívola como cualquier jovencita de su edad. Es, pues, nuestra Elle Woods (Legalmente rubia/Luketic/2001) no del derecho, sino de la robótica.

 Bajo esta premisa, que no carece de cierta gracia, es una verdadera pena que la ejecución cinematográfica del director Fez Noriega, quien no logra imponerle el ritmo debido a su comedia. A excepción de alguna escena por ahí –la junta de nerds en la que se “desenmascara” a Paula, vista en el respectivo avance-, la cinta avanza sin provocar la mínima sonrisa.

 Incluso el supuesto clímax, una lucha de robots entre equipos rivales, fracasa porque Noriega es incapaz de mostrar, en pantalla, lo emocionante que supuestamente está sucediendo frente a los personajes.

El director comete un último pecado: desperdicia a la simpática señorita Dupeyrón, que muestra más vis cómica en una sola escena de la teleserie La casa de las flores (Caro, 2018) que en toda esta lamentable cinta.

Comentarios: en la página web www.ernestodiezmartinez.com, en la cuenta de twitter @Diezmartinez y en el correo electrónico ernesto.diezmartinez@gmail.com

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