"Yo también me siento espiado, afirma Peña Nieto"

noroeste.com

El presidente de México, Enrique Peña Nieto rechazó "categóricamente", este jueves, que su Gobierno espíe a periodistas, activistas y comunicadores, tal como lo documentó un reportaje del diario The New York Times, e indicó que él mismo es cuidadoso con lo que dice por teléfono, ya que ha "recibido mensajes" de destinatarios desconocidos, afirmó.

"Somos una sociedad que las más de las veces nos sentimos espiados. Yo mismo como presidente, a veces recibo mensajes cuya fuente desconozco pero procuro, en todo caso, ser cuidadoso con lo que hablo telefónicamente", indicó el mandatario nacional, en el marco de la inauguración de un nuevo parque industrial en Lagos de Moreno, en Jalisco.

"No faltará que alguna vez exhiban una conversación mía. Ya ha ocurrido. Pero nada más falso, y nada más fácil, que señalar y apuntar a un gobierno de que se dedica a esta actividad", agregó Enrique Peña Nieto. "El uso de inteligencia que tiene el gobierno es para mantener condiciones de seguridad para la sociedad mexicana", dijo el presidente.

"Espero que la [Procuraduría General de la República] PGR pueda deslindar responsabilidades y, al amparo de la ley, [esta] pueda aplicarse contra aquellos que han levantado esos falsos señalamientos contra el gobierno", añadió el mandatario nacional.

Además dijo, que prueba de la falsedad de los denunciantes del supuesto espionaje, es que "Ninguna de las personas que se sienta agravada puede demostrar que su vida se haya visto afectada por esas supuestas intervenciones".

"Nadie puede señalar o advertir que este gobierno no haya tolerado, haya sido condescendiente, haya aceptado y haya reconocido que la crítica enriquece el actuar del gobierno. Por eso somos un gobierno que condenamos de manera categórica cualquier intervención que se tenga de la vida privada de quienes son activistas y de cualquier personal", señaló Peña.

El lunes pasado el rotativo estadounidense implicó al Gobierno mexicano en un supuesto caso de espionaje contra activistas y periodistas mexicanos, usando el programa Pegasus -que con un spyware interviene conversaciones telefónicas- que en teoría solo debe utilizarse para obtener información de criminales o terroristas.

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