"¡Quiero verte levantado!"
"¡Levántate perro, levántate, quiero verte levantado!", fueron los gritos de la mujer que le hablaba a su hermano Rubén, quien fue asesinado a balazos ayer al medio día en la colonia Guadalupe Victoria.
El cuerpo del joven, de apenas 28 años, yace tirado junto a su carro, donde minutos antes sujetos encapuchados le dispararon en por lo menos en 10 ocasiones, hasta dejarlo sin vida.
El dolor de la familia Castro Madueña contagia a los vecinos. Niños y adultos no resisten y lloran junto con ellos por una puerta entreabierta.
De otra casa, una mujer apenas y se asoma con los ojos llorosos.
Al menos cinco mujeres que rodean el cadáver se preguntan una y otra vez por qué a él, y lanzan gritos contra las personas que las observan.
"¡Por qué a él, que ayudaba a todo mundo!", grita de una de ellas.
"¡Lárguense cab..., a qué vienen, nada más a estar viendo cómo quedó mi hermano!", reclama otra a los testigos, que con sentimiento algunos y otros con morbo, no dejan de mirar la escena del crimen.
Una de las hermanas se tira junto al cadáver pidiéndole que se levante y vuelva a ser quien era, otra más empieza golpear el cristal del automóvil de su hermano.
Las vecinas de la víctima no pueden resistir el llanto, cuando la mamá de Rubén llega al lugar.
Incrédula, la mujer se acerca al cuerpo, no resiste la imagen y se tira al suelo junto con sus hijas. El llanto del dolor atrae a más curiosos que permanecen inmóviles.
A como puede, personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado quita a las mujeres para que los peritos inicien con el trabajo de campo.
Los mirones se van, y la esquina de Abelardo Medina y Javier Gaxiola vuelve a la absurda normalidad...