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"FAMILIA"

"4 consejos para comer juntos y fortalecer los lazos familiares"

"Compartir comidas con otras personas mejora nuestra salud nutricional, social y psicológica"
29/02/2016 16:21

Deseret News

La comida nutre no sólo nuestras células y nuestros sistemas corporales. También transmite una idea de identidad y de cultura.

La comida nos da una posibilidad de conexión. La científica y autora exitosa Brene Brown, afirma que los humanos estamos programados para la conexión. Cada uno de nosotros necesita conexiones auténticas y genuinas con otros para dar sentido a su vida. La comida nos da un territorio común para nutrir esas conexiones.

 

No importa si tenemos 80 años, 8 años u 8 meses, todos podemos beneficiarnos enormemente con una comida compartida. Comer con otros mejora nuestro bienestar a nivel nutricional y psicológico.

 

La investigación ha demostrado que las personas de cualquier edad que se sientan a comer con otros consumen más frutas, más verduras de hoja verde y de color anaranjado oscuro, granos integrales y alimentos ricos en calcio, y menos grasas y bebidas gaseosas nocivas.

 

Los niños, en particular, tienen mucho para ganar con las comidas familiares. La investigación está llena de beneficios para el desarrollo, como un mejor desempeño en la escuela, menos conductas de riesgo y menos trastornos alimentarios en niños que comparten las comidas con su familia.

 

Comer en familia constituye una oportunidad obvia para compartir los alimentos, pero también pensemos en las comidas con los compañeros de trabajo, los vecinos y los amigos.

 

Los grupos para cenar o los clubes de cocina entre parejas, viudos y solteros son ideales si usted se propone compartir comidas como parte normal de su rutina. Asigne temas, lugares o días y ajústelos según sea necesario de manera que funcionen para usted.

 

Si usted es una persona adulta mayor, pruebe con comidas grupales en geriátricos.

 

Organice un grupo de almuerzos en el trabajo. Una compañía en Utah organiza reuniones a la hora del almuerzo para los empleados, incluido un día de batidos verdes en el cual los empleados traen sus ingredientes favoritos y se mezclan para compartir. Es una gran oportunidad para probar algo nuevo con muy bajo riesgo.

 

Para maximizar el beneficio de una comida compartida, tenga en cuenta las siguientes sugerencias:

 

1. Apague la TV y el teléfono celular

 

Limitar las distracciones a la hora de las comidas permite comer prestando más atención, elegir opciones más saludables y mantener conversaciones más significativas.

 

2. Mantenga la paz

 

Las discusiones a la hora de la cena no sólo arruinan el ánimo, alteran los apetitos. Cuando las tensiones escalan, adultos y niños hacen elecciones alimentarias poco saludables. Si bien puede ser tentador resolver un conflicto estando todos juntos, las discusiones pueden generar comportamientos para enfrentar situaciones con la comida como terapia.

 

Idealmente, los momentos para comer deben resultar agradables y seguros para todos los presentes. Los sentimientos de seguridad permiten que nos diversifiquemos y probemos nuevos alimentos y nos comuniquemos con otros.

 

3. Planee de antemano

 

La investigación y el sentido común validan que quienes planean las comidas de antemano comen mejor, pesan menos y tienen menores incidencias de enfermedades crónicas. Cuando sacrificamos tiempo para pensar deliberadamente en nuestra alimentación, elegimos mejores opciones.

 

Quizá parezca una cuestión de sentido común pero la investigación ha demostrado que cuantos más alimentos sanos se ofrecen, como por ejemplo, verduras, más vacíos quedan los platos y más crece su consumo. Si hay comidas saludables cerca, más probabilidades hay de comerlas.

 

4. Abandone el perfeccionismo

 

Una comida compartida no tiene que estar a nivel de Pinterest. La gente no necesita invitaciones formales ni manteles de hilo. Es cierto que esas cosas pueden ayudarnos a disfrutar nuestra comida, pero pueden debilitarnos y robarnos los beneficios de una buena comida y de excelentes relaciones.

 

En una familia, no todos tienen que estar presentes para que los beneficios echen raíz. Un padre puede comer con cada hijo a medida que éstos van regresando individualmente de la práctica de pelota y las clases de baile. El hecho de estar sentado mientras una persona come y la otra está de visita tiene resultados beneficiosos.

 

Si la cena siempre es un fiasco, pruebe con el desayuno, el almuerzo u otros refrigerios después de la escuela.

 

Si al principio no tiene éxito, inténtelo una y otra vez. Cada vez que incorporamos a otros, nuestras vidas se desordenan, pero las otras personas hacen que la vida valga la pena, de modo que rodéese de sus alimentos y sus seres preferidos y ¡a comer!