"Café Marimba, un lugar creado en Culiacán que provoca sensaciones"
TheJoy
En Culiacán existe un lugar en el cual se buscan provocar sensaciones positivas, se llama Café Marimba, está en Las Quintas, por la Gran Avenida El Dorado. El dueño es Jorge Peraza Sato quien se encarga de sostener el sitio para cumplir con el objetivo.

Jorge explica que para él Café Marimba representa una plataforma para provocar sensaciones en Culiacán, como la de brindar la sensación de que existen espacios o posibilidades donde la vida puede ser más llevadera o menos violenta, otra posibilidad de vivir incluso dentro de Culiacán.
Por eso su eslogan es "piensa bonito", con el fin de promover un espacio diferente a las notas rojas de los periódicos.
Lo hace por medio de lo que se escucha en las bocinas, por medio de lo que se puede ver en las paredes, en las pizarras, del personal que trabaja ahí, de lo que se huele, de lo que se prueba, por medio de todas las texturas que se dan en la construcción del lugar.
Que se dan en la decoración, en la madera, piedra, ladrillo, las plantas, el plástico y es una combinación de texturas para el tacto, para la vista, para los aromas.

La inmersión de Peraza Sato en el mundo gastronómico fue por un gusto y tradición familiar, recuerda que su papá siempre ha sido un anfitrión de primera, además de ser un patriota culinario de cierta manera, que siempre buscó rescatar y resguardar lo mexicano y sinaloense en la cocina.
"Donde es La Chuparrosa Enamorada es el rancho donde nosotros crecimos desde chiquitos, cuando éramos niños mi papá tenía vacas, árboles de mango, de guayaba, había caballos, cochis, íbamos con nuestros amigos al rancho de los Peraza, al rancho de mi papá, siempre tenía invitados, todos los domingos", recuerda.
Señala que su papá se dedicaba a la construcción, entonces era muy común que la gente de los contratos fuera de invitados a su rancho, como su padre siempre ha sido un "apapachador" a través de la comida, en las reuniones que tenía siempre había natas, huevos de rancho, cazuela, pozole, tortillas del comal con maíz, mojarras, bagres, cauques y todo lo de la entidad, entonces él se inició en el oficio por la vocación de su papá.

Cuenta que su papá dejó de dedicarse a la construcción porque era muy cansado, entonces los amigos lo impulsaron a la industria gastronómica, le decían que los dejara de invitar gratis, que comenzara a cobrar, fue cuando les tomó la palabra, mandó un mensaje a todos y les dijo: "este domingo es el último que comen gratis, el próximo domingo esto se abre como desayunador" y así surgió La Chuparrosa Enamorada.
“Así fue domingo tras domingo, que los amigos de los amigos traían a sus amigos a desayunar, hasta que no se sabía qué hacer con tanta gente, se abrió los sábados también, se construyó una cocina nueva, luego se construyó una segunda cocina, que inmediatamente quedó chica y se terminó construyendo una tercera cocina para dar abasto los dos días”, recuerda.
De esa manera se pasó a la industria restaurantera, después de cinco años de tener La Chuparrosa Enamorada se compró el Café Marimba. Jorge se encarga al 100 por ciento del Café Marimba y aunque es una empresa familiar nadie se mete en su dirección.

En 2003 incursionó en la industria restaurantera con La Chuparrosa Enamorada, para el año 2008 da un giro y adquiere el Café Marimba como parte del proyecto familiar, el café tenía un año aproximadamente que se había inaugurado cuando adquiere la administración.
“Ser gastronómico representa por la formación y herencia que traigo ser un patriota, ser alguien con la posibilidad de rescatar nuestras raíces a través de la comida, ser un anfitrión, apapachar gente”, señala.
Dice que un restaurante viene de la palabra restaurar y hay comida que restaura, ambientes que restauran y hay comida que en lugar de restaurar perjudica y ambientes que en lugar de relajar perjudican o estresan.
Advierte que se toma muy en serio el lado de dar cosas positivas para que la gente salga con fuerza, pues es algo que considera representa dar energía por medio de los alimentos, de la ambientación, del lugar, del apapacho.

El paso a la provocación
Jorge dice que se compró el café con todo y nombre, era de una amiga de él y de su pareja, María Tatiana se vino a vivir de Guadalajara a Culiacán, con toda la onda que se estaba dando allá de cafés, cosas relajadas y en la inauguración de Marimba fue como invitado, estaba ahí platicando con ella y le dijo: “Cuando te aburras de este negocio yo lo quiero, a mí es al primero al que me lo debes ofrecer” y cuenta que así fue.
“Yo estaba en La Chuparrosa, un concepto netamente sinaloense y eso me cerraba las posibilidades de conceptualizar, pues todo tenía que ser dentro de lo sinaloense, dentro de lo ranchero. Sí ha habido posibilidad de meter cosas nuevas, cosas fuera de sinaloense, pero este lugar (Marimba) cuando yo lo vi dije aquí cabe todo, aquí cabe cualquier idea, no nada más el concepto sinaloense, aunque la sazón es muy sinaloense”, señala.
Recuerda que desde que lo vio le gustó mucho, le inspiró para expresar sus ideas, sus conceptos. Ahora lo considera más que un restaurante o un negocio, una posibilidad para expresar, como una instalación de arte, un "sensorama", una forma de comunicar por medio de todos los sentidos.

“Para mi Marimba fue la posibilidad de pasar a otro nivel, es independencia, una instalación de expresión de mis ideas, la posibilidad de crecer y trascender profesionalmente”, refiere.
Hay una pared cubierta con fajillas de madera pintadas de diversos colores, una jaula de hámster vacía la decora, a un lado, una ventana a través de la cual se observa una jaula de pájaro, pero que en vez de un animal tiene colgado dentro un mapa de México.
Explica que el ratón de la jaula o el pájaro puede ser cualquier elemento que se quiera poner, como es el caso del país mexicano que cuelga, lleno de rostros, en una jaula que a veces se abre y a veces se cierra, con la idea de dar elementos que permitan cambiar la plática, en un intento por provocar que alguien en vez de estar en el "chisme" se cuestione que quiere decir eso, que reflexione.
“Es provocar, somos provocadores, siempre hay una provocación, en el caso de una receta su factor provocativo es causar una sensación de gusto, nunca de mal gusto, busca causar buena aceptación, desde cero o también adaptaciones e innovaciones en lo que ya hay”, define.

Cuenta que lo primero que hizo cuando llegó a Marimba fue poner velas y colgar arte, con eso se mantuvo seis meses, con eso el lugar ya tenía otra cosa y poco a poco se le fue poniendo artesanía, empezó a conceptualizar el menú, ponerle nombre a las recetas, que tuvieran que ver con la cultura.
“Soy una persona que creció además de cultura mexicana, sobre todo musicalmente con mucha cultura de Estados Unidos y visualmente, el cine me ha formado mucho y lo que hice fue no pelearme con eso, sino agarrar elementos de lo que creo vale la pena que se quede hasta el infinito y plasmarlo”, señala.
Dice que tiene un espagueti que se llama "Tarantino" en honor a uno de sus cineastas favoritos, es rojo sangriento, como las películas de Tarantino, tiene también una bebida que se llama "Don Cachitos wey" en honor a un señor que andaba caminando aquí en la calle en Culiacán, es de mango y fresa y se ve amarillo con rojo, como la vestimenta de ese hombre.

Recuerda que cuando llegó a Marimba el lugar era completamente blanco, todas las paredes eran blancas, todo el piso era blanco, las mesas eran plateadas, las sillas eran blancas la mayoría, no había una sola cosa colgada en las paredes, por lo que lo sentía frío, muy tendencioso a lo minimalista.
“Yo pienso que lo último que somos los mexicanos es ser minimalistas, al contrario, somos rebuscados y nuestra sangre, nuestra historia prehispánica habla de un rebuscamiento, de garigoles, de espirales, de los tejidos indígenas, los tapetes, la ropa, los colores, las chaquiras, siento yo que el minimalismo es lo último” juzga.
La identidad de Café Marimba se plasmó agregando elementos y rescatando lo que a Jorge le gustó, que miró aquella vez y decidió no borrar, sino construir encima de lo que ya estaba, que necesitaba desde su punto de vista un poquito de color, de textura, de "rasposidad" para que no se viera tan frio.

La construcción del éxito
Jorge Peraza considera que la palabra éxito se define inquisitoriamente, más en una ciudad tan chica y de poca apertura, dice que el éxito en una sociedad como esta es muy cruel, algo muy efímero, pues el simple hecho de ser feliz es ser exitoso, sin embargo, aquí las cosas que definen a alguien como exitoso son que se tenga un negocio y que le vaya bien.
Se considera exitoso pues La Chuparrosa Enamorada tiene 15 años, Café Marimba tiene 10 y considera si no fueran negocios exitosos ya no estuvieran, ya que en los últimos años se han abierto como 500 restaurantes, de los cuales quedan 10 y ellos, siguen ahí con la autenticidad y con la misma calidad.
“Si a mí me han dado ganas de cerrar el negocio es precisamente por no estar viviendo trámites burocráticos como el de alcoholes, lo administrativo, lo relacionado con el Gobierno, y cómo enfrentas, pues siempre hay una manera de mediar, de llegar acuerdos, pero es difícil”, advierte.

Dice que las desilusiones son vivir en el intento ante las cosas que no se pueden controlar según la "gráfica FODA" que consiste en la administración de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, como lo son el vivir en un país como este con tanta falla, corrupción, violencia que hace que un negocio de estos tamaños tenga que andar brincando la cuerda para crecer.
“Hay que saber delegar, hay cosas que ya funcionan solas, solo es necesario saberlas supervisar", refiere.
Jorge señala que lo que ha hecho simplemente es lo que piensa que va con sus valores, simplemente es sin importar una proyección financiera, que a lo mejor les puede decir ‘por hacer esto, no estas ganando tanto, que podrías ganar haciendo esto’, pero cree primeramente en seguir siendo lo que es y después en lo financiero, pues no le mueve una estrategia, sino una emoción y ser congruente.
“Es una lucha permanente y siempre caes, siempre es estar analizando donde estas parado, hay un dicho que dice que si te juntas con el diablo el que cambia eres tú, el diablo nunca cambia, y es eso, si te acercas un poquito, se empieza a normalizar lo que antes criticabas, que poco a poco por estarte acercando se hace parte de ti”, advierte.

Hace una metáfora y refiere que se trata de siempre estar en un constante de cómo están moviendo el volumen, para sonar de alguna manera, como hacerle, pero a lo mejor no ha llegado el inversionista que les llegue a que hacer que les brille el ojo con un billete, aunque admite que no dice nunca, pero a lo mejor no ha estado tan expuesto.
“Se trata de terminarlo de escribir para pasar a otro punto y estamos en ese momento, terminando de escribir, definir cuál es el negocio, el rostro o el traje, la identidad institucional del negocio para pasar muy probable a otra página, porque en Marimba y La Chuparrosa no es la única página, me interesa a mí pasar a otras cosas y ahorita lo estoy escribiendo. Tal vez regresar a la fotografía o a otro tipo de negocio”, señala.
Peraza Sato dice que el equilibrio tiene que ver con la dosificación de todo, es poner las cantidades exactas que tienen que dar, como en la pintura, si se pasa de negro todo se va a oscuro, es lo mismo en la vida, en el negocio y combinado con la familia.
Café Marimba
Niños Héroes 1203
Col. Las Quintas
Tel. 7 15 41 38
Facebook: @CafeMarimba
Instagram: @CafeMarimba
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