"Cuatro comportamientos extraños de los niños"
Desde que un bebé llega a la vida de sus padres todo empieza a girar en torno suyo: sus necesidades, sus acciones y sus reacciones, en
especial los primerizos, pues todo es novedoso y muchas veces no saben qué hacer.
A medida que crece, el pequeño empieza a hacer muchísimas cosas sin explicación y es probable que usted las catalogue como payasadas de
niños que buscan llamar la atención.
Después de todo, les encanta hacer cosas adorables (cuando no están haciendo berrinches en público) y no le hacen daño a nadie.
Sin embargo, según la revista estadounidense Parents, su hijo le envía señales cuando algo está mal y trata de comunicarse a través de su
comportamiento.
A simple vista parecen actitudes inocentes, pero, si aprende a descifrarlas, podrá atender mejor sus necesidades. A continuación, cuatro de
los comportamientos típicos de los bebés y sus significados.
1. Desnudarse en público
La revista Parents señala que muchos pequeños sienten la necesidad de estar desnudos, ya que todavía no conocen los beneficios de usar ropa
en público. Dicha revista afirma que los desnudos son una fuente de orgullo para los niños y muchas veces lo hacen para “medir límites”. Es
su forma inocente de rebelarse contra el sistema.
Los especialistas de la revista sugieren que los padres hagan participar al niño en el proceso de vestimenta y preguntarle, por ejemplo,
qué pantalones prefiere ponerse y presentarles las opciones. Dejarlos andar como Dios los trajo al mundo es aceptable dentro de la casa,
pero no en otras situaciones.
2. Temblar
Puede que haya notado que a veces su hijo tiembla de forma involuntaria. Algunos expertos lo llaman “ataque de temblor” y llevan a muchos
padres a temer que sus hijos sufren de convulsiones o cualquier otro problema más serio.
Estos ataques son “un trastorno benigno poco común” que se da en bebés y niños pequeños.
Esto significa que son inofensivos y desaparecen con el tiempo. Sin embargo, especialistas recomiendan que busque ayuda profesional si se
dan con frecuencia y mucha fuerza, para descartar cualquier problema en el sistema nervioso.
3. Morder todo
Muchos niños atraviesan la temida fase de las mordidas o mordiscos, en la que no sólo atacan objetos, sino también a sus padres, a otros
niños o incluso a ellos mismos. La American Psychological Association afirma que entre un tercio y la mitad de los niños pequeños reciben
mordidas o mordiscos de sus compañeros en las guarderías.
Si bien puede vincularse con las molestias dentales, puede tratarse de una forma de expresar ira y frustración. Se sugiere que, en lugar de
estigmatizar dicho comportamiento, intente detectar los motivos que lo desencadenan y ayudar a su hijo a modificarlo. Una charla breve de
niño a adulto sobre por qué morder está mal suele ser muy útil.
4. Golpearse
Puede que hayan notado que su hijo se golpea a sí mismo en la cabeza o se choca contra algo. La revista Parents afirma que se denomina
“conducta de autolesión” y a veces tiene que ver con un desequilibrio neuroquímico que lleva a que los niveles de endorfina se eleven de
forma brusca y provoquen una “reacción eufórica”.
En casos más extremos, los golpes pueden ser una señal de autismo o de convulsiones. Además, puede estar vinculado con el dolor provocado
por una infección en los oídos o con la frustración por no poder comunicarse. Debe de tomar nota de los momentos en los que esto ocurre y
no dudar en consultar a un pediatra.