"La educación de calidad en el pensamiento de Albert Einstein"
Durante el mes de mayo de 2008, en San Salvador, El Salvador, los ministros de Educación de Iberoamérica aprobaron un histórico documento denominado Metas Educativas 2021: la educación que queremos para la generación de los Bicentenarios.
Sus objetivos se centran en mejorar la calidad en la educación escolar, para hacer frente a la pobreza, para ello se pretende favorecer que las escuelas contemporáneas sean fuentes de felicidad, cultura y libertad.
Sin embargo, avanzado el 2016, y a tan sólo cinco años del cumplimiento de dichas metas, el panorama educativo, en muchos casos, parece desolador y el acceso de los alumnos a una educación escolar de calidad y equidad, que fomente la felicidad, la cultura y la libertad, no está en la mira de varios sistemas educativos; esta realidad ha motivado reiteradas críticas y ha incrementado las exigencias sociales.
Ante este complejo panorama, considero oportuno volver la mirada hacia las enseñanzas de uno de los hombres más célebres y admirados en la historia de la ciencia, Albert Einstein; con el objetivo de valorar sus ideas en relación con la educación escolar y que sirvan como fundamentos para garantizar, entre todos, que nuestros niños y niñas se sientan felices, posean cultura y actúen en libertad.
Einstein, quien, por cierto, fue considerado un mal estudiante, continúa siendo una figura mítica para nuestro tiempo y su ideario es imprescindible para intentar solucionar las complejidades del Siglo 21; quien durante mucho tiempo fue llamado el padre de la “bomba nuclear”, se reconoce hoy, como uno de los principales líderes pacifistas que ha tenido la humanidad, un ferviente activista en pro de la vida y un defensor de la educación y la cultura, como vías para evitar la destrucción social.
De ahí, nuestra recomendación a que todos los que tengamos que ver, directa e indirectamente con la educación escolar, saquemos las mejores enseñanzas del pensamiento de Albert Einstein.
Reflexionar acerca del ideario de uno de los hombres más inteligentes de la humanidad, además de resultar interesante, se hace ineludible en la actualidad.
Según Einstein: “La educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela”.
Esta idea es bien explícita y no demanda muchos comentarios, expresa que instruir y educar no es lo mismo; de ahí la necesidad de que en las escuelas no sólo se trasmita información, la que puede ser fácilmente olvidada; sino que se desarrollen conocimientos significativos que contribuyan al desarrollo de los valores, que son los que perduran en el modo de actuación de las personas.
Einstein también planteó: “Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera”; agregando lo siguiente: “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo”.
De las anteriores ideas se aprenden dos aspectos importantes: el primero, que cada docente debe ser ejemplo para sus alumnos; sin lugar a dudas, es el método educativo por excelencia; y en segundo lugar, que si se continúan haciendo las mismas cosas que se han estado haciendo en la educación escolar, los resultados serán los mismos, y los principales afectados serán las niñas y los niños; de ahí la necesidad de innovar y de aplicar novedosas estrategia educativas, para que las escuelas sean fuentes de felicidad, cultura y libertad.
En relación con la enseñanza y el aprendizaje, Einstein plantea: “Yo no enseño a mis alumnos, sólo les proporciono las condiciones en las que puedan aprender”.
De lo cual se infiere que en la educación escolar contemporánea, los alumnos deben ser los protagonistas de su propio aprendizaje y que la misión del docente es asesorar, acompañar y facilitar que cada alumno sea capaz de aprender a aprender.
Ahora bien, siguiendo el pensamiento educativo de este imprescindible hombre de la ciencia; cabe preguntarnos: ¿por qué resulta necesario que la educación escolar contemporánea sea de calidad?
Al respecto, expondré tres motivos, de los muchos que se pueden mencionar.
La falta de calidad en la educación escolar no sólo condena el presente, sino atenta contra el futuro de cualquier país, ya que los niños y las niñas que ingresaron a la primaria, durante el actual año escolar, deben concluir la preparatoria en el año 2028, y de ellos, los que ingresen a la universidad, culminarán sus estudios para el 2033; de ahí la necesidad de educarlos con la cultura necesaria, para que asuman con responsabilidad su papel generacional.
Con una educación de calidad, que desarrolle la cultura y favorezca la libertad se evita que nuestras niñas y niños, tan amorosos, solidarios y creativos, se transformen en adultos repetitivos, egoístas y poco auténticos; incapaces de trabajar en función del bien común.
Una educación de calidad que sea fuente de cultura y felicidad, dignificará, no sólo a los maestros, sino a toda la humanidad y con ello se garantiza un futuro de unidad y paz.
Para los que están muy angustiados, para los que se dicen estar desanimados, para aquellos que no creen que hay soluciones para los problemas que enfrenta la educación escolar contemporánea; le decimos que recuerden las ideas de Albert Einstein que hemos analizado, ya que es momento de trabajar en unidad por una educación de calidad; los niños y las niñas se lo merecen.
Nota. Las frases de Albert Einstein fueron tomadas desde los sitios web. http://www.ahs.com.uy/LacrisissegunAlbertEinstein.pdf
http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=327&page=1