"La talavera, orgullo mexicano"
Aunque su origen es español, la cerámica de Talavera es una de las artesanías más distintivas de México, que dan un toque especial a nuestras mesas.
Los artesanos mexicanos le han dado características únicas, con su ingenio y creatividad. Y hoy en día apreciada en todo el mundo por su belleza y la resistencia de sus materiales, capaz de soportar las más altas temperaturas y difícilmente se rompe.
La historia de esta artesanía se remonta a los talleres de Talavera la Reina, en España, donde se creó con influencia de las técnicas árabes.
Llegaron a México con los monjes dominicos, que se establecieron en Puebla porque habían las condiciones para su desarrollo: mucho barro y una gran demanda para revestir con azulejos las fachadas de iglesias y conventos.
Además de azulejos, se crearon otras piezas ornamentales: macetas, artículos religiosos y loza fina, con una decoración que cambiaba al paso de los siglos conforme a gustos personales y actitudes sociales.
Platos, platones, soperas, jarras con o sin asas, macetas, floreros, pilas de agua, lavabos, imágenes religiosas, humanas y de animales, frascos de farmacia, surgió todo tipo de artículos de uso cotidiano.
Es común verla como decoración exterior de casas y edificios del centro histórico, de la ciudad de Puebla, en sus fuentes, en los patios, las iglesias y otros edificios.
Y aunque la arquitectura sinaloense es de otras características, es factible utilizar la talavera como un recurso decorativo de múltiples formas: vajillas, fruteros, lámparas, vasijas, letras y números a la puerta de nuestros hogares.
