"Las preguntas incómodas para Robespierre"
CULIACÁN._ No caben mas personas que puedan ver de frente en el auditorio del Centro de Ciencias de Sinaloa. Y arriba, donde van los protagonistas, hay dos sillas vacías.
El Parlamento Ciudadano convocó a un encuentro en el que los candidatos a la Alcaldía de Culiacán expusieran sus propuestas y el llamado tuvo respuesta.
Vivas, aplausos. Un combate simbólico entre quién lleva más apoyo y los del Partido Sinaloense toman delantera: Robespierre Lizárraga Otero, el escudero de Héctor Melesio Cuén Ojeda, y Soila Maribel Gaxiola, una de las más envalentonadas Regidoras en el Cabildo de Culiacán, hoy candidata a Diputada, se encargaron de recibir el barullo para tomar la delantera.
Luego viene el silencio, la ceremonia inicia cerca de las 19:00 horas y David Moreno Lizárraga explica la dinámica: cinco minutos para cada uno de los seis asistentes, aplausos y el que sigue.
Aurora Mercado Luque, la presidenta del pavimento, de sociedad de alumnos, de colonia, vestida de blanco y rosa con la representación del Encuentro Social abre con el mensaje de querer regresar la confianza de la clase política al electorado.
A Imelda Castro no le sorprende que la silla de Jesús Valdés Palazuelos, el candidato del partido acusado de inflar padrón de afiliados y cuyos representantes han gobernado la mayoría de los años democráticos en Culiacán, esté vacía.
Luego viene Martha Camacho, del Partido del Trabajo, vestida con saco rojo, quien repite el servir a mi pueblo y no servirme del pueblo de cada campaña seguido de un discurso casi inentendible, por lo apresurada de su lectura que tuvo que ser cortada cuando le mostraron varias veces el cartel plástico que decía "Alto", pues su tiempo terminó.
Turno para Guillermo Prieto, del Acción Nacional y sus ejes, críticas al Alcalde actual, Sergio Torres Félix y la promesa de volver a discutir el par vial y el tema de la avenida Álvaro Obregón.
Hasta que de nuevo fue el momento de Robespierre, una pequeña multitud de jóvenes estudiantes, aplausos, hurras y gritos ensalsaron el momento. Habla de deporte, urnanismo, seguridad, transparencia.
Pero con los cinco minutos de Robespierre se va una veintena de jóvenes, casi escoltado por los gritos burlescos de quienes se percataron de "Roberspierre, Robespierre, Robespierre", el grito de batalla de los gladiadores que abandonaban la arena. Escoltados también por risas.
Y cierra Ricardo Arnulfo Mendoza, de Morena, de traje negro, con discurso pausado, aletargado y somnífero, pero recalca que en la ideología de su partido destacan el "No robar, no mentir y no traicionar" a la sociedad.
La organización reparte volantes, los presentes, ya reducidos, escriben preguntas o lo que parezca para empezar un show pocas veces visto: el bullying vengativo de la sociedad que parte de lo que se dice casi no importa, sino las risas que le siguen.
"Robespierre", lee con voz casi inocente el moderador David Moreno Lizárraga, "qué harás con tu partido que ha asaltado y ha dejado en crisis a la Universidad".
Risas, "uyes", barullo seguido de una cascada de carcajadas.
"¿Por cuestión de paridad, por qué Cuén no colocó como segundo plurinominal a su hijo?", "¿Qué opina de los candidatos que no terminan su periodo?", "¿Cuál es el futuro de la educación universitaria, que la privaticen?", "¿Qué opina de que Cuén haya quitado el voto de los universitarios para imponer a sus directores?", "¿Se debe pagar el día completo a los maestros que abandonan sus aulas por irse a hacer campaña para Cuén?"…
Robespierre se mantiene con la vista hacia abajo, parece escribir en las hojas de su carpeta abierta, apoyado en la rodilla de su pierna cruzada y deja escapar una sonrisa, pero la aprieta.
"Dicen los universitarios que van a pasar a retirarse", lee David en otro papel destinado a preguntas, "que porque con haber venido ya pasaron sus materias reprobadas".
Parece que para todos hay, a Martha le reclaman que si es maestra por qué no tiene la educación de saludar de mano, a Ricardo Arnulfo que la acompaña en fórmula como diputad una mujer acusada de corrupción, manipulación y robo.
Todos cierran con otro mensaje y en el penúltimo lugar Robespierre toma sus minutos para seguir con sus propuestas, pero hay algo que tiene que decir: respeto a la libertad de expresión, pero nadie tiene pruebas contundentes de la relación entre el PAS y la UAS.
Parece molestarse: esto es obra del partido del Gobierno, que pensábamos que no habían venido, pero sí, aquí están.