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"‘El Señor de los Pájaros’"

"‘Les doy de comer y ellas me dan de comer’"

"Desde hace 14 años, Chuy Fong se dedica a alimentar a las aves en la zona de la playa Norte como una atracción turística"
05/04/2016 22:20

Soltó un silbido y una bandada de aves voló hacia él esperando obtener un trozo de pescado.
 
Cuando tenía 9 años, a Chuy Fong, de descendencia oriental, tercera generación de chinos, un ave le arrebató un trozo de pescado a su espalda; en ese momento supo que podía ayudarles y que ellas lo ayudaran, es por eso que desde hace 14 años reside en Mazatlán y alimenta aves como atracción turística.
 
“Por accidente, una vez me arrebató el pescado de la espalda una de las aves, y últimos 14 años estoy aquí en Mazatlán, dándole comida a los pájaros para servicio de los turistas”, expresa.
 
“Yo les doy de comer, y ellas me dan de comer”, agrega.
 
Al ver a “El Señor de los Pájaros” alimentándolos, más de alguno se pregunta si las aves, en su afán de conseguir un trozo de pescado, lo han herido.
 
Y al portar lentes oscuros, a las personas les entra la curiosidad si es por algún daño, por lo que le piden que muestre sus ojos para ver si no está tuerto, comenta.
 
“No chocan contra uno, chocan contra ellas y ellos (las aves). La gente me dice ‘quítate los lentes a ver si no estás tuerto’, pero nunca en la vida me han tocado la cara, me han tumbado la gorra, pero a tocarme ni los lentes”, afirma.
 
Las fragatas (tijeretas), dice, son las que se acercan más a uno, las más listas, son las que se ven más tenebrosas, pero son con las que trabaja más a gusto.
 
“Les doy toda clase de pescado, menos el botete, el pez piedra y la mantarraya, porque detectan algo en ellos y no les gusta. La sierra les encanta, y los retazos de marlin”, afirma.
 
La relación que lleva con las aves va más allá de un acuerdo.
 
“A veces salgo de mi casa había como 15 parados en frente, nunca me siguen cuando me voy en la tarde, pero me siguen cuando voy a la casa, nomás que me meto al Mercado ‘Juan Carrasco’, y ahí me les pierdo”, comenta.
 
“Esta es mi vida, lo primero que hago en la mañana es venir a ver las aves. Cuando me muera, me incineren y mis cenizas las echen en la Isla de los Pájaros, ahí donde duermen ellos”, expresó.