"Pulcritud, una asignatura doméstica"
Deseret News
México, (DESERET NEWS SERVICE)._ Ser pulcros y cuidar la higiene personal tiene efectos inimaginables sobre el carácter y personalidad de hombre y mujeres.
La limpieza personal no sólo tiene efectos en la salud física, también impacta otras áreas de la vida de tus hijos que no imaginarías, pero que si reflexionas un poco encuentras sentido.
Una de las grandes responsabilidades de los padres, es enseñar a sus hijos a limpiar su alma y su corazón de los males de este tiempo.
Ayúdalos a comprender los principios morales y éticos del arrepentimiento, la restitución y el perdón. Sentirse, ser y saberse limpio en todo sentido, nos abre las puertas que nos llevan a las cosas buenas de la vida.
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Los efectos de ser limpios en el plano personal
De manera inmediata, se relaciona la pulcritud y la higiene personal con la salud, teniendo muchas razones para hacerlo. Desde que los hijos son pequeños se les enseña a ser limpios manteniéndolos aseados, lavas sus manos, su carita, cambias su ropa; así como también les enseñas con tus expresiones a sentir desagrado por las cosas sucias y las que huelen mal, inclusive lo que no deben tocar o comer. Conforme van creciendo, los niños experimentan y aprenden por sí mismos a cuidar de su aseo personal. De esta forma, la escuela es una continuación de las normas del hogar, por lo que los maestros exigirán que sus uniformes, libros y trabajos en general sean limpios y presentables. Coopera con el profesor para desarrollar y fortalecer en tus hijos el hábito de la limpieza y el orden.
En el plano social
Los niños que no son aseados y cuyas madres no les han inculcado buenos hábitos, simplemente son rechazados; ya que como todos lo saben, los pequeños no se tocarán el corazón para decírselo a su compañero. ¿Te gustaría que tu hijo experimente el rechazo o la discriminación dentro de su grupo de amigos, sólo porque no le has enseñado a ser limpio? Definitivamente que no.
Madres y padres deben trabajar tanto en que sus hijos sean amables y considerados con otros, como en que puedan sentirse aceptados en su grupo social.
Revisa y ayuda a que él mismo se procure ropa limpia, se bañe, use talco o algún desodorante según su edad. Vigila que lave sus dientes, sus manos y mantenga sus oídos y cabello limpio. Esto sin duda le evitará futuros problemas de salud así como de integración social.
En el plano moral y espiritual
Es algo curioso, pero si te pones a pensar, verás que los seres humanos son capaces de aceptar la suciedad y vivir en ella poco a poco. De igual manera, paulatinamente se va aceptando que los malos hábitos, los defectos de carácter, las trasgresiones o todo aquello que podría considerarse como pecado o carencia de virtud, se acomoden plácidamente entre las personas y en medio de Tu Casa.
Así como se cuida en lavar las verduras o la ropa, dormir en una cama limpia y la ropa que vistes, debes ser igual de exigente al no permitir que tu familia se acostumbre a la suciedad del mundo que le rodea.
No permitas que tu hijo lastime a alguien y no ofrezca una disculpa, que robe algo y no lo devuelva, que copie y se “presente sucio” a casa sin buscar “limpiar” sus desatinos.