"¿Qué hay detrás de una cara sonriente?"
MÉXICO, (SinEmbargo)._ Una carita molesta o una con semblante triste pueden revelar más que un aparente estado de ánimo cuando se usan en un texto, pues su uso también influye en la manera en la que los demás nos perciben e incluso revela cómo nos vemos a nosotros mismos.
Impulsadas por la duda de si algunas personas utilizan los emojis con fines específicos, como por ejemplo dar cierta imagen propia, tres psicólogas de la Universidad Edge Hill de Reino Unido y la Católica de Australia pidieron a un grupo de estudiantes contestar cuestionarios con preguntas sobre sí mismos y que luego les permitieran revisar su forma de comunicarse en una conversación montada.
Dichos cuestionarios permitían saber sobre la personalidad de los chicos y chicas, su autoestima, si sentían ansiedad social y qué tan preocupados están sobre lo que la gente piensa de ellos. Además les preguntaron sobre la cantidad y tipo de emoticones que usan en mensajes de texto, mails y Facebook, de acuerdo con el sitio The Conversation.
Entonces encontraron que las personas que se definían a sí mismas como agradables o simpáticas eran más propensas a usar estas caritas amarillas en sus redes sociales, asimismo, los menos preocupados por la opinión ajena eran más capaces de utilizar emoticones que reflejaran tristeza.
“Parece que la gente usa diferentes iconos gestuales de forma distinta dependiendo su personalidad. Las personas que son agradables tienden a utilizar estímulos sociales y emocionales en el mundo real para comunicarse con otros, tales como sonreír y ser alentador. Y hasta cierto punto se refleja en el mundo virtual, a través del uso de la sonrisa de emoticonos.
Al mismo tiempo, si estás menos preocupado del cómo te percibe la gente, quizá estés más cómodo de mostrar todas tus emociones, incluida la tristeza. Y así, una cara triste en un mensaje podría indicar que estás más interesado en expresarte que en cómo los demás te van a juzgar”, escriben las autoras en un artículo.
Para la parte final de su investigación, pidieron a otro grupo de gente que observara las conversaciones y perfiles que las psicólogas documentaron, para así ver cómo juzga la gente basada en el uso de emojis, y hallaron que entre más caritas sonrientes usaba una persona, más la percibían los demás como agradable, consciente y abierto a nuevas experiencias.
Pero, esto no siempre corresponde a cómo la gente se ve a sí misma, pues los usuarios de emoticonos y a los que se les pidió que juzgaran, tenían más probabilidades de coincidir sobre qué tan extrovertidos y abiertos a nuevas experiencias eran, lo que sugiere que, si bien las caras sonrientes pueden hacer que la gente parezca más agradable, esto puede no coincidir con sus personalidades del mundo real.