"Semana Santa: Atención Primera"
Las vacaciones son tiempo de descanso y esparcimiento, sin embargo, también con tanta relajación de vida suelen ocurrir situaciones que complican la salud, incluso comprometen la vida. De hecho, durante los períodos y puentes vacacionales los servicios de emergencias ven incrementada la demanda de sus servicios al doble, debido a la cantidad de accidentes e incidentes que ocurren.
Específicamente, en la Semana Santa, las urgencias médicas que se presentan son las relacionadas con los accidentes viales, las actividades al aire libre, especialmente la playa, la alimentación, las caídas y las quemaduras.
“Una situación de emergencia, es aquella donde sucede un acontecimiento inesperado, que se desarrolla en forma grave e inesperada, comprometiendo la salud”, afirma Christian Omar Ramírez Peraza, director de Código Rojo, una empresa especializada en capacitación y adiestramiento en situaciones de emergencia y rescatismo.
El rescatista y urgenciólogo asesgura que el accionar y la previsión que se puedan llevar a cabo ante hechos específicos, que suceden en forma accidental, tanto como que pudieron haberse prevenido, demandan una actuación rápidamente, a consciencia y con los conocimientos necesarios.
Suena drástico, pero es la realidad es que el tiempo de atención y las habilidades son las que hacer la diferencia entre la vida, las secuelas y la muerte cuando se trata de una herida, una quemadura, una fractura, un ahogamiento en agua o una obstrucción por alimentos.
“El tiempo de respuesta estimado de los cuerpos de rescate actualmente está entre los 20 y 30 minutos, si hablamos de una persona ahogada con un bocado, de una persona con una herida con hemorragia fuerte o algún lugar que se está quemando, en esos minutos puede ocurrir una tragedia, por eso es importante que sepamos qué hacer mientras llega la ayuda profesional”, añade el también Técnico en Urgencias Médicas.
A este ‘saber qué hacer’ se le conoce como Primeros Auxilios, cuyo principal objetivo es preservar la vida de las personas que han sido afectadas, teniendo ello en el caso de que el hecho sea grave y demande acciones rápidas, precisas y eficaces.
Sin embargo, también está otro factor importante: la prevención de accidentes, que son las acciones que tienen la finalidad de evitar que ocurran males mayores a Tu Salud, que pueden generar daños graves o permanentes en el individuo, incluso la muerte.
PRIMEROS AUXILIOS BÁSICOS
El propósito de conocer de los Primeros Auxilios es tener el conocimiento básico que permita estabilizar al paciente, aliviar el dolor y ansiedad hasta el momento en que puede ser atendido por personal más capacitado, como son los socorristas, o profesionales de la salud, por lo que debes poner atención a estas acciones:
Observar
Antes de tocar a la víctima, hay que mirar muy bien tanto el entorno como al sujeto en sí, pasando desde una revisión general hasta derivar en los detalles intrínsecos, para poder plantearse posteriormente qué acciones deben llevarse a cabo en forma sistemática, eficaz y ordenada.
Consentimiento
Es importante que antes de prestar la atención a la persona afectada, ella esté de acuerdo en recibir la ayuda, para evitar un daño mayor a su salud. En caso de que la persona esté inconsciente, entonces el consentimiento es indudable que requiere ayuda, entonces se procede a auxiliar.
Rapidez
La necesidad de actuar rápido y con precisión radica en que en la mayoría de los casos es necesario asistir a la víctima que se encuentra en situación de emergencia, teniendo, a veces, minutos de diferencia entre la vida y la muerte, así como nulos o muy limitados recursos para atenderla.
Eficacia
La utilidad de los Primeros Auxilios es saber qué medidas tomar en un momento de urgencia, qué hacer y qué no hacer en el momento, según las necesidades de la víctima, especialmente porque la adrenalina puede jugar una mala pasada y una medida mal aplicada puede causar graves lesiones.
EMERGENCIAS MÁS COMUNES EN SEMANA SANTA
1. AHOGAMIENTO EN MEDIO LÍQUIDO
El primer paso es sacar a la persona del agua sin ponerse en peligro, si no sabes nadar, ni te metas. Después colocar a la víctima sobre superficie plana, que permita apoyarla correctamente. Alguien debe llamar a los servicios de emergencia.
Ahora, debes comprobar si la víctima respira y si tiene pulso. Para ello observa si su pecho se infla o no. También puedes sentir su respiración acercando tu mejilla a su boca, para sentir su aliento. Busca el pulso en el cuello o el pecho.
Si la persona respira normalmente pero está inconsciente o semi-incosciente, ponla en posición lateral, para que no se asfixie si empieza a vomitar o expulsar el agua que tragó. Es importante que no intentes extraerle el agua de los pulmones, ni la hagas vomitar.
Si la persona no tiene pulso, ni respira, entonces debes revisar que no tenga algo que obstruya la nariz o la boca, luego da respiración boca a boca, que consiste en hacer pasar el aire fresco contenido en las vías respiratorias del rescatista a los pulmones del ahogado.
Para dar respiración de boca a boca, inclina la cabeza de la víctima hacia atrás y levanta el mentón. Después, coloca una mano sobre la frente y aprieta la nariz con el dedo pulgar y el dedo índice. Con la otra mano, abre la boca y levanta el mentón. Luego inspira normalmente, inclínate hacia la víctima, cubre totalmente su boca con la tuya y sopla en su boca hasta que su pecho se infle.
Insufla lentamente y regularmente el aire en su boca verificando que su pecho se infle. Comprueba que cada insuflación dure cerca de un segundo. Empieza con dos insuflaciones boca a boca. Si la víctima reacciona, tose o se mueve, continúa la respiración boca a boca. Mientras tanto, mantén su cabeza inclinada hacia atrás y el mentón levantado. El siguiente paso consiste en verificar que el pecho de la víctima descienda cuando espiras. Si es así, inspira de nuevo normalmente y practica una segunda insuflación.
Si el ahogado no reacciona, realiza dos ciclos de masaje cardiopulmonar (RCP) y respiración boca a boca durante un minuto. El masaje cardiopulmonar consiste en comprimir el corazón para mantener la circulación sanguínea, alternando la respiración boca a boca (insuflación) y la compresión torácica, la finalidad es mantener la irrigación sanguínea al cerebro y reanimar el corazón.
* TIP: Si la víctima tiene menos de ocho años de edad, el ciclo es de una insuflación y cinco compresiones, pero si es mayor de ocho años de edad, el ciclo es de dos insuflaciones y quince compresiones torácicas. En cualquier caso, pide ayuda o llama a emergencias rápidamente.

2. FRACTURAS
Una fractura es la pérdida de la continuidad estructural de un hueso ocasionando ruptura ya sea en forma espontánea, por debilidad anormal del hueso o provocada, por un incidente traumático o un estrés repetido, haciendo que el hueso se rompa en el punto de impacto, casi siempre produciendo daño y lesión en los tejidos blandos circundantes. Las fracturas pueden inhabilitar totalmente a una persona o hasta en algunos casos, causarle la muerte.
Los síntomas de una fractura son dolor intenso, imposibilidad de movimiento, deformidad de la zona afectada, hinchazón, amoratamiento y chasquido. Lo que debes hacer es evitar mover a la víctima, pero cuidar de preservar su vida, hasta que llegue el personal de rescate que será quien la lleve a recibir atención médica.
Si es en las extremidades superiores o inferiores, debes inmovilizar la parte afectada entablillándola; si hay herida, colocar primero una gasa o pañuelo limpio para detener la hemorragia. Si es en la columna vertebral o cuello, mueve cuidadosamente al paciente, mínimo entre 6 personas. Con cuidado colóquelo en una camilla de superficie dura, como en una puerta o tabla.
Evita mover la parte afectada, hacer masajes, vendar o atar con fuerza, colocar el miembro en su posición normal y mover innecesariamente.
3. HEMORRAGIAS
A la salida o derrame de sangre fuera o dentro del organismo como consecuencia de la rotura accidental o espontánea de uno o varios vasos sanguíneos, venas o arterias se le llama hemorragia. Toda pérdida de sangre debe ser controlada cuanto antes, sobre todo si es abundante porque en pocos minutos puede ser masiva, ocasionando shock y muerte por hipovolemia.
La atención de primeros auxilios debe ser inmediata ante cualquier tipo de hemorragia. Con el herido tendido se hace compresión local en el punto que sangra, bien con uno o dos dedos o con la palma de la mano, en función de la extensión de la herida.
Si la hemorragia cesa, procede a colocar un vendaje compresivo. Si no se detiene, habrá que continuar haciendo compresión hasta que reciba la atención médica profesional.
En los casos donde la hemorragia proviene de una arteria, debes aplastar siempre la arteria o vena contra el hueso lo más cerca posible de la herida y no aflojar nunca el punto de compresión, de preferencia mantener al herido acostado horizontalmente y evitar cualquier movimiento.
Recuerda, según el diámetro del vaso que se vea afectado así será la intensidad del sangrado. La mayoría de las hemorragias se pueden controlar con compresión directa. La compresión directa con la mano puede ser sustituida con un vendaje de presión, cuando las heridas son demasiado grandes o cuando tenga que atender a otras víctimas.
4. ASFIXIA POR OBSTRUCCIÓN
Esto es más común en los niños, a quienes se les hace fácil meterse a la boca una canica, una moneda o un pequeño juguete, que pueden atascar el paso del aire provocando la asfixia. En los adultos, la mayoría de las veces se da con los alimentos que pueden ir por el camino equivocado y causarles la asfixia.
Primeros auxilios en caso de atragantamiento se reduce a la Maniobra de Heimlich, que consiste en una compresión abdominal para desobstruir el conducto respiratorio, normalmente bloqueado por un trozo de alimento o cualquier otro objeto. Es una técnica efectiva para salvar vidas en caso de asfixia por atragantamiento.
Debes colocar a la víctima de pie colócate detrás de ella, pon tus brazos alrededor de la cintura: la mano derecha en forma de puño cerrado en la parte superior del abdomen de la persona afectada (a la altura de la boca del estómago, donde se unen las costillas), y la mano izquierda tomando el puño, rodeando con los brazos la base del tórax.
En caso de que haya asfixia, presiona tu puño contra el abdomen de la víctima con un empuje rápido hacia arriba. Repítelo varias veces si es necesario hasta que el cuerpo extraño sea expulsado fuera de la tráquea.
Si la víctima está sentada porque no puede ponerse de pie, colócate detrás de la silla y realiza la misma maniobra.
Si la víctima está en el suelo, ponla boca arriba. Colócate frente a ella, arrodíllate a horcajadas sobre las piernas de la víctima, pon tus manos una encima de la otra, coloca el talón de tu mano sobre el abdomen entre la costillas flotantes y la caja torácica. Pulsa en el abdomen de la víctima con un empuje rápido hacia arriba y repítelo varias veces, si es necesario.
Si la víctima vomita, colócala de costado y límpiala para evitar la asfixia. Tras la expulsión de las partículas de alimentos o cuerpos extraños que provocaban la obstrucción, puede ser necesario aplicar respiración artificial.
En de que sea un bebé, acuéstalo boca abajo, a lo largo de tu brazo y utiliza tu regazo o el muslo como apoyo. Sostén el pecho del bebé en tu mano y la mandíbula con tus dedos. Mantén la cabeza del bebé apuntando hacia abajo, a un nivel más bajo que el cuerpo. Da hasta 5 golpes fuertes y rápidos entre los omóplatos del bebé, utilizando la base de la palma de la mano libre. Si todavía no tienes éxito, puedes inducir el vómito haciendo pasar dos dedos rectos por la parte posterior de la garganta.

5. QUEMADURAS
Las quemaduras se producen cuando la piel entra en contacto con algo caliente, como el fuego, o debido a la exposición a algo que irradia calor, como el sol. Algunos productos químicos, la electricidad y la fricción, también pueden producir quemaduras. La escaldadura es una quemadura que es causada por un líquido caliente o vapor y se puede tratar la quemadura de la misma forma.
Las quemaduras, normalmente se dividen en tres categorías dependiendo de qué porcentaje de piel ha sido afectada. Las quemaduras superficiales o de quemaduras de primer grado, afectan a la superficie de la piel, enrojeciéndola, hinchándola y provocando dolor. Este tipo de quemaduras se puede tratar en casa y normalmente tarda entre 7 y 10 días en curarse.
Las quemaduras parciales o quemaduras de segundo grado y las quemaduras profundas o quemaduras de tercer grado son mucho más serias y requieren atención médica.
Para tratar quemaduras leves o quemaduras de primer grado debes refrescar la piel usando agua fría entre 10 y 30 minutos. Lo mejor es hacerlo durante los primeros 20 minutos después de que se produzca la herida. Esto sirve para prevenir que la quemadura empeore.
No uses hielo, agua helada, cremas o sustancias grasas como mantequilla o pasta dental para aliviar el dolor. Un baño frío o ducha ayudará a aliviar el dolor y mientras llegas a recibir la atención médica, cubre la quemadura temporalmente con un pañuelo mojado, sin apretar.
Evita tocar la quemadura ni rompas las ampollas. Si la quemadura es muy dolorosa, o parece empeorar, consulta con un médico, no apliques remedios caseros, ni automediques, al igual que las quemaduras profundas o que afecten a una zona extensa de la piel, la cara o las articulaciones, deben ser siempre comprobadas por un médico y pueden necesitar tratamiento hospitalario.
