"Tu Casa: 8 artículos que nunca debes tirar a la basura"

"Piénsalo dos veces antes de tirar a la basura algo que puede resultar importante con el tiempo"
13/02/2016 21:26

MÉXICO, (DESERET NEWS SERVICE)._ Mucho se habla de vivir ligero y liberarse del materialismo, escucharlo e imaginarlo es atractivo, sin embargo, la realidad, es que es más que imposible no sentir apego por los objetos.

Si bien la mayoría de las personas guardan ciertos artículos que les recuerdan momentos de su vida y con el tiempo terminan como auténticos “acumuladores de cosas”, la verdad es que sí es bueno guardar objetos que de otra manera terminarían en la basura, ya sea porque con el tiempo tendrán cierto valor o bien se pueden reciclar de algún modo.

A continuación, conoce los ocho artículos valen la pena guardar para las generaciones venideras y también se siguieren consejos de cómo evitar terminar cubierto de cosas que otras personas considerarían basura.

 

1. Tickets

Ese pedacito de papel que permanece en el fondo de tu bolso hasta que lo tiras en realidad dice mucho de ti. Es una gran cosa que hayas ido a ver Harry Potter al cine (o sea, que es de tu época) y la entrada al zoológico quizá tome valor en el futuro cuando se deje de usar el papel para estas cosas.

Pega los tickets en tu diario (¡no hace falta escribir nada!) o exponlos en un cuadro para que todos sepan lo cool que eres.

 

2. Llaves

No siempre es posible, pero si tienes la suerte de poder conservar las llaves de donde has vivido anteriormente, puedes crear adornos de Navidad o cuadros para colgar.

Las llaves tienen valor sentimental porque las llevaste contigo a todos lados y te dieron acceso a un lugar muy especial. Guárdalas, no las tires a la basura.

 

3. Notas adhesivas

Si tú y tu media naranja se escriben notas, seguramente las dejes pegadas durante un tiempo. Pero llegará el momento en que el espejo quede cubierto de mensajes de amor y, con pesar, las tires a la basura.

En vez de tirarlas, arma un álbum con ellas o pega en tu diario las que te provocan mariposas en el estómago (aunque las hayas leído mil veces).

 

4. Recibos de pago

Después de conciliar la chequera, ¿es necesario guardar esa pila de recibos? Por favor, no. Pero algunos pueden tener un significado especial para ti. Por ejemplo, el recibo de la primera compra en el mercado que tú y tu marido hicieron de recién casados o el recibo de la compra del Apple Watch que él quería para Navidad.

Este tipo de documentos pueden resultar de interés, incluso como referencia histórica, para que las futuras generaciones sepan cuanto costaba el combustible o un galón de leche antes de que ellos nacieran.

 

5. Páginas de tu agenda

Guardar agendas viejas ocupa lugar innecesario, no así guardar algunas páginas valiosas. Estas son testigo de tus actividades en ciertos momentos de tu vida. Te puede resultar difícil contestarles cuando dentro de 20 años tus nietos te pregunten como era un día normal en 2016.

Arranca algunas semanas por cada año para armar un libro de recuerdos o pega una lista de cosas para hacer en tu agenda y pon el resto en el recipiente de reciclables.

 

6. Etiquetas de regalos

Las tarjetas que dicen, por ejemplo, “Feliz Navidad de Tía Roberta” ocupan más espacio del que valen la pena. Pega algunas en tu diario para recordar esos momentos bellos.

Algunas otras etiquetas o envolturas de regalo también expresan sentimientos y vale la pena conservarlos, incluso forrar una libreta o libro con ellos, para darle un segundo uso.

 

7. Ropa vieja

Desprenderte de ropa que amas puede llegar a ser doloroso. En vez de donar el vehículo de tus recuerdos, búscale un nuevo uso. Por ejemplo, puedes coser con ellas una colcha que las nuevas generaciones también puedan usar y amar mucho, después de que esa ropa haya pasado de moda.

 

8. Periódicos

Antes de tirar los periódicos, recorta artículos de actualidad. Quizá a tus nietos les encante leer esa historia desde el punto de vista del momento. De vez en cuando, guarda recortes acerca de acontecimientos importantes.

Deberías plastificarlos o protegerlos de algún modo ya que el ácido del papel prensa los vuelve amarillos.