Adán Augusto, ¿Secretario o candidato?
Llega a Sinaloa el juego con corcholatas

OBSERVATORIO
14/10/2022 04:02
    No nos hagamos. El interés lo acapara el morbo por conocer cómo le va en Sinaloa a Adán Augusto López Hernández en esta visita en la que otro partido, no el suyo, lo ha vestido con el invisible traje de presidenciable y de seguro le movilizará también enormes contingentes de pueblo para que le alegren la estancia gritándole a todo pulmón la consigna de ‘¡Presidente!, ¡Presidente!’, que es la voz de guerra de los que andan en campaña anticipada a 597 días que faltan para las votaciones, contados a partir de hoy y hasta el 2 de junio de 2024.

    alexsicairos@hotmail.com

    Por los dos Adán Augusto López Hernández que vienen hoy a Culiacán, uno con la investidura oficial de Secretario de Gobernación y otro en precampaña para suceder en el cargo al Presidente Andrés Manuel López Obrador, la jornada política estará muy cargada en Sinaloa con definiciones prematuras y cálculos cuidadosos que, según sea la candidatura que resuelva el Movimiento Regeneración Nacional para 2024, elevarán a las nubes del poder o estrellarán en el piso de la equivocación a factores y postores.

    Será divertido, sin embargo, practicar un poco al hobby presidencial de echar en la misma bolsa varias “corcholatas” sucesorias, revolverlas y esperar pacientemente el momento de ver cuál sale premiada. Cómo cambian las cosas; los políticos de antes mecían con cuentos la cuna de sociedades ávidas de entretenciones que hicieran pasajeras las aciagas prácticas gubernativas y ahora las reglas han cambiado porque el juego consiste en apostarle a cualquiera de las fichas color cereza que prestidigita el inquilino de Palacio Nacional.

    No nos hagamos. El interés lo acapara el morbo por conocer cómo le va en Sinaloa a Adán Augusto López Hernández en esta visita en la que otro partido, no el suyo, lo ha vestido con el invisible traje de presidenciable y de seguro le movilizará también enormes contingentes de pueblo para que le alegren la estancia gritándole a todo pulmón la consigna de “¡Presidente!, ¡Presidente!”, que es la voz de guerra de los que andan en campaña anticipada a 597 días que faltan para las votaciones, contados a partir de hoy y hasta el 2 de junio de 2024.

    He aquí otra parte del enigma a descifrar. Resolver por qué Héctor Melesio Cuén Ojeda decidió primero que todos en Sinaloa jugársela con Adán Augusto y arriesgarse a pagar las consecuencias en caso de que se equivoque. ¿Acaso desarrolló la habilidad de ver a través del tiempo, pasado y futuro, adivinando escenarios políticos presentes? ¿Aprendió a amarrar mejor sus alianzas y candidaturas para que luego no se le reviertan? ¿Lo considera López Hernández un factor definitorio de triunfos o reveses? De ser así le espera un importante escalafón del poder, no obstante lo desastroso que le resultaría el eventual fiasco.

    El Partido Sinaloense lleva mano ya que por lo pronto a Morena en Sinaloa no se le nota alguna emoción por la aspiración del actual Secretario de Gobernación, pero ni falta que hace porque las siglas que lidera Cuén Ojeda han hecho suya la estrategia “Que siga López... Estamos Augusto”, marketing previo al proceso electoral formal que asume el formato de inducción indirecta para evitar las sanciones que derivan en materia de comicios.

    Finalmente dependerá de lo que permita el funcionario federal en torno al culto a su personalidad para desentrañar las diversas lecturas que tendrá el desarrollo de la agenda por la capital del estado. Por la mañana se reunirá en privado con el Gobernador Rubén Rocha Moya para tratar temas de gobernabilidad sobre todo ligados a combate a la delincuencia y más tarde acudirá al Palacio Legislativo a un encuentro con diputados locales y federales para socializar el tema de extender a 2028 la presencia del Ejército en tareas de seguridad pública.

    Lo más seguro es que la orden que Adán como Secretario de Gobernación le haya dado a sus simpatizantes y campañistas es que guarden las formas y cuiden las afectaciones legales que ocasione el disfraz que le ponen al proselitismo y, en cambio, el Augusto “corcholata” se deje querer por ciudadanos que sean movilizados para amenizar el proyecto político que sí trae y que en lo estatal le diseña el PAS. Por eso importa colocar la lupa del análisis encima de los dos: el que es el segundo hombre con más poder en el Gabinete de AMLO, y el que aspira a ser el único y número uno dentro de tres diciembres.

    Aun así, habrá quienes se molesten por la dualidad funcionario-candidato que irremediablemente se le asignará a la visita de López Hernández, no así el Gobernador que lo recibirá conforme al cargo, ni Morena de Sinaloa que fingirá el apapacho conforme lo establece el protocolo corcholatero. El Mandatario estatal no da señales de tener todavía un preferido, pero la dirigente del partido en Sinaloa, Merary Villegas, destila simpatía y operatividad a favor de otra “cacharola” -así se le llama en el lenguaje ordinario- que es Claudia Sheinbaum, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

    Juguemos pues a desenredar la madeja sucesoria que teje López Obrador a través de Morena. El Presidente nos quiere solazar con sus artes de gran titiritero nacional. Y la definición de quién es el “bendecido” dará algunas pistas hoy acá, en Sinaloa, para al menos sacarle raja a esa mejilla izquierda, alegre y juguetona de la realidad mexicana, olvidándonos un momento de la otra, la derecha, tan amoratada como deformada.

    Reverso

    Jugarás un ‘ráscale’ barato,

    Donde desentrañarás la cuestión,

    De si es el Adán candidato,

    O el Augusto de Gobernación.

    El divertido relevo

    Es un excelente mantenedor del interés jocoso en la sucesión presidencial, pero lo que Andrés Manuel López Obrador sacó a relucir ayer es el tan trillado catálogo de las y los 42 que cree sus principales adversarios políticos, para perfilarlos como “precandidatos del bloque conservador a la Presidencia de la República en 2024”. Lo que logró fue quitarle la atención al “destape” de verdad que hizo la Senadora priista Claudia Ruiz Massieu, quien alzó la mano a pesar de que AMLO no la metió en su lista. A reírnos, gente, hasta cargarnos de risa pues en México desde hace varias décadas que, como dice Garrik, “aquí aprendemos a reír con llanto y también a llorar a carcajadas”.