Cuando se habla de adicciones, generalmente pensamos en alguna droga, juego o alcohol; sin embargo, existe una que parece inocente, pero es poderosa. En el portal de Aleteia publicaron un artículo titulado: Las 10 bienaventuranzas de quienes logran desconectar el celular:
“Bienaventurados los que tienen el valor de usar su celular y no de servirlo: tendrán la vida entre sus manos;
Bienaventurados los que tienen el valor de desconectar sus celulares para una velada con amigos o familiares: vivirán verdaderos momentos de felicidad fraterna;
Bienaventurados los que tienen el valor de desconectar sus celulares cuando están trabajando: realmente trabajarán;
Bienaventurados los que tienen el coraje de desconectar sus celulares mientras viajan: se abrirán a una galaxia de posibilidades, es decir, leer, dormir, rezar, escribir, reflexionar, mirar el paisaje, no hacer nada;
Bienaventurados los que tienen el coraje de desinstalar aplicaciones súper prácticas, caras e imprescindibles para vegetar, pero totalmente inútiles para los que quieren vivir. Ahorrarán tiempo y garantizarán una mayor concentración;
Bienaventurados los que tienen el valor de eliminar las notificaciones de sus aplicaciones: no serán gestionadas por un algoritmo, sino que gestionarán su vida y vivirán el momento presente;
Bienaventurados los que tienen el valor de desconectar sus celulares en el momento de la oración: rezarán;
Bienaventurados los que tienen el valor de no tener en mano el celular cuando están aburridos, estresados o esperando: gestionarán su estrés, descubrirán el mundo, vivirán en su soledad, vivirán con ellos mismos o con los demás, escucharán a sus seres queridos, practicarán deportes;
Bienaventurados los que tienen el valor de confesar esas horas perdidas, esas miradas heridas, esas relaciones rotas por el celular: recibirán la misericordia y la fuerza de Dios;
Bienaventurados los que tienen el valor de vivir: desconectarán sus celulares”.
¿Uso adecuadamente el celular?
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