Un sector que ha estado perdiendo terreno durante los últimos años ha sido el empresarial, frente a los avances del autoritarismo gubernamental, que se manifiesta en las acciones que se han estado realizando y en las leyes que se han aprobado, que pareciera van dirigidas precisamente contra la libre empresa, contra la libertad de emprender. Para demostrarlo, veamos algunos actos y leyes del anterior y del actual régimen:
1. Ante el derroche de recursos públicos en obras de escaso o nulo rendimiento social y el enorme gasto en los apoyos sociales, pareciera que el dinero público no alcanzaría, pero gracias a la “eficacia fiscal” para que las empresas, los causantes cautivos, paguen con rigurosa aplicación de la ley y bajo las amenazas fiscales, ha habido más recursos públicos, junto con el incremento de la deuda pública y el déficit fiscal concomitante, exprimiendo al máximo a las empresas.
2. La eliminación sistemática de los organismos ciudadanos vigilantes de la función pública como el INAI, la Cofece, el Coneval, los órganos anticorrupción bien controlados y neutralizados y los demás órganos independientes, limitando así los medios de defensa empresarial y ciudadana.
3. La supuesta elección del Poder Judicial a través de un “simulacro de elección” de magistrados y jueces, con lo cual también los ciudadanos y las empresas pierden capacidad de defensa y de sobrevivencia económica.
4. Las nuevas leyes, como la llamada “Ley Espía” de Telecomunicaciones contra la prensa independiente, el periodismo libre y contra la libertad empresarial y ciudadana.
5. La falta de mantenimiento en obras públicas como carreteras, caminos, servicios urbanos, etc., que dificultan y encarecen las operaciones empresariales.
6. La muy escasa inversión pública productiva en obras no sólo de servicio social, sino de impulso a la economía, los empleos y los salarios.
7. La mínima inversión en educación y en investigación y la falta de apoyo a universidades públicas y privadas.
8. La “tolerancia” en los procesos de corrupción y de lavado de dinero en instituciones financieras y por funcionarios públicos.
9. La emisión constante y “oculta” de dinero por sobre las necesidades de la economía, dañando así la independencia del Banco de México.
Analícense estos y otros datos, ya sea en lo particular o en su conjunto y se verá que la intención es controlar y subordinar el, probablemente, último “poder”, el económico, con lo cual sólo quedaría “el poder social”.
Frente a lo anterior, ¿cómo se defiende o pudiera defenderse la libre empresa, en momentos en que también está sufriendo la inseguridad, las extorsiones, los robos de vehículos, los asesinatos y desapariciones?:
1. Por lo pronto, los empresarios tienen miedo, no sólo por la abusiva actuación de las autoridades fiscales, sino por la pérdida de contratos de obras y servicios públicos, de lo cual dependen muchas empresas, contratos que pueden ser cancelados o no concedidos como represalia por no sujetarse.
2. Dentro del empresariado pareciera que no se tienen líderes valientes y dispuestos a defender la libre empresa.
3. En general, las organizaciones empresariales no han podido coordinarse y tampoco han podido integrar un frente solidario, única forma de defender a las mismas organizaciones, a sus líderes y a cada empresa en lo particular.
4. No se observa que las organizaciones empresariales o los empresarios estén dispuestos a apoyar a otras organizaciones sociales o a los líderes independientes que emergen en la sociedad.
5. Pareciera que se perdió y no se defiende la rica filosofía empresarial, de libertad de emprender, de crear empleos, el crecimiento de la economía y la defensa de las causas sociales.
6. No se observa una vigorosa defensa de la educación, la investigación, la tecnología, la competitividad y la productividad.
7. Tampoco se observa una vigorosa actuación en defensa del clima, la arborización, el ahorro y eficiente uso del agua.
8. El empresariado tiene que cuidarse mucho para no involucrarse con el crimen organizado y el lavado de dinero. Lo más difícil, el empresariado debe atreverse a denunciar los actos de corrupción de los funcionarios públicos.
9. El sector empresarial mexicano debe buscar coordinarse con empresarios y organizaciones empresariales extranjeras.
Es este un apretado enunciado con la intención de defender a las organizaciones empresariales contra los ataques por parte de las autoridades a la libertad de emprender, porque lo que no se haga ahora, será casi imposible mañana.