¿Cuántos visitantes más puede soportar Mazatlán?

13/04/2023 04:02
    Las autoridades anuncian que han fijado como meta duplicar la cantidad de turistas que visita Mazatlán cada año, sin pretender remediar antes todo el caos urbano, y sin antes preguntarse sobre el impacto que tal cantidad de personas tendría sobre los recursos y servicios disponibles... ¿cuántos visitantes más puede soportar Mazatlán sin un adecuado ordenamiento territorial?

    jorge.ibarram@uas.edu.mx

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    Para vivir en Mazatlán hay que acostumbrarse al tumulto permanente. De unos años para acá, el puerto ha dejado de ser esa localidad romántica e imperturbable en la que encontraron inspiración tantos poetas, para convertirse, ahora, en una pequeña metrópoli ruidosa y en vigilia constante.

    No es que antes no hubiesen grandes congregaciones bulliciosas, el Carnaval es prueba que los mazatlecos, desde por lo menos hace 100 años, estamos acostumbrados a chocar hombro con hombro entre extraños sin perturbarnos.

    La diferencia estriba en que aquellas multitudes festivas servían de ritos pasajeros, que se dejaban acompañar por subsiguientes épocas de calma, para formar, en conjunto, un ciclo ceremonial de efervescencia y reposo, muy parecido en su dinámica, al vaivén de las mareas.

    Hoy ya es más difícil hallar descanso. La actividad turística ha impuesto un ritmo frenético. En un par de días los visitantes pretenden sacar el máximo de provecho a su estadía, y para ello, usan de manera intensiva todo lo que ofrece la ciudad. Comida, música, playas, avenidas, todo se consume con una voracidad exhaustiva y sin posibilidad del sano vacío restaurador.

    El último censo muestra que Mazatlán alcanzó en 2020 una población de 500 mil habitantes. Este dato puede ser hasta cierto punto engañoso, dado que la ciudad es al mismo tiempo huésped de una importante afluencia de población flotante que abarrota cada espacio hasta desbordarlo.

    Las estimaciones de la Secretaría de Turismo indican que Mazatlán mantuvo una ocupación hotelera promedio de 70 por ciento en 2022. A esto habría que sumarle una importante cantidad de personas que se alojan en departamentos de renta vacacional, vendedores foráneos, migrantes de tránsito, jornaleros agrícolas, desplazados por la violencia y extranjeros que radican por temporadas.

    La heterogeneidad poblacional de Mazatlán hace de ésta, una ciudad compleja que lamentablemente es gestionada como una pequeña urbe en la que reina la apropiación inequitativa de los espacios.

    Edificios que obstruyen el paisaje, drenaje colapsado, calles dejadas al tráfico intrusivo; playas acordonadas y acaparadas por palapas y sombrillas; banquetas ocupadas por vendedores de chácharas; fraccionamientos que levantan sus murallas sobre avenidas que se vuelven inhóspitas; invasores que utilizan la necesidad de precaristas para adueñarse de terrenos en zonas de reserva ecológica o de alto riesgo por inundaciones.

    Aún así, las autoridades anuncian que han fijado como meta duplicar la cantidad de turistas que visita Mazatlán cada año, sin pretender remediar antes todo el caos urbano, y sin antes preguntarse sobre el impacto que tal cantidad de personas tendría sobre los recursos y servicios disponibles... ¿cuántos visitantes más puede soportar Mazatlán sin un adecuado ordenamiento territorial?