De baches, socavones y congestionamientos

    La combinación de baches, socavones, lluvia y cada vez más tráfico y pérdidas de tiempo está generando un descontento ciudadano difícil de calmar. ¿Hay más tráfico? sí. La imparable expansión de la ciudad y la nula promoción de medios de transporte alternativos (caminar, bicicleta y transporte público) son las principales causas de este incremento. ¿Hay más accidentes? sí. Cuanto más congestión y pérdida de tiempo la imprudencia crece. Además, baches y socavones aportan considerables dosis de malestar a los automovilistas.

    Hace 15 días escribí sobre las intensas lluvias que este año se han registrado y la vulnerabilidad urbana que muestra la ciudad de Culiacán. El cierre del mes pasado nos dejó el récord de haber sido el mes de agosto con más lluvia en los últimos 20 años y al paso que vamos tendremos a 2022 como uno de los años con más lluvia en las últimas décadas. Lo inédito aquí es la combinación de estas voluminosas precipitaciones con el excesivo tráfico que a su vez ha puesto en jaque los pavimentos de la ciudad y ha disparado la cantidad de accidentes viales.

    Surgen ante estos escenarios varias preguntas ¿Es el mismo tráfico de siempre o está más intenso en las últimas semanas como mucha gente percibe? ¿El tráfico excesivo provoca más accidentes? ¿Tiene relación este aparente incremento del tráfico con los baches y los socavones de la ciudad?

    Muchas ciudades han tenido cambios sin planificar a partir de lo vivido en los últimos años por la pandemia global que aún estamos viviendo. La gente en muchas ciudades optó por resolver sus desplazamientos urbanos a pie o en bicicleta. En la mayoría de las ciudades el modo de transporte más perjudicado fue el transporte público masivo. Aunque dentro de las opciones de transporte público proliferaron los de plataforma (Uber, Didi) como fue el caso de Culiacán. Esto último sumado al incremento de tráfico que sigue generando la emigración de la población del centro a la periferia de la ciudad ha multiplicado el número de automóviles y la distancia de sus recorridos en Culiacán.

    Cuanto más se incrementa el tráfico, más congestionamientos provoca, y esto genera mayor desesperación e irritación a la gente que les hace perder sus reservas de amabilidad en la vía pública, lo que termina siendo la causa de cada vez más accidentes. Además, esta condición agreste de quienes manejan hace cada vez más peligroso optar por caminar o usar la bicicleta en una ciudad donde las reglas siguen priorizando categóricamente a los vehículos motorizados.

    ¿Y qué tiene que ver esto con los baches y socavones? Estos se generan con más facilidad a partir de la combinación de un mal pavimento, su uso intensivo por vehículos pesados (tráfico excesivo) y la pertinaz lluvia que es capaz de transformar todo tipo de superficies y materiales.

    Es importante también sumar a esto el amor declarado que nuestra ciudadanía tiene por sus automóviles a los que adoran como el objeto más preciado adquirido en su vida (no exagero, he visto gente acariciándolos con toda ternura) y solo pensar que sus tesoros puedan llegar a sufrir un desperfecto por causa de un bache puede generar una severa acusación al Alcalde en turno por no haberlo reparado a tiempo. No es casual que las redes sociales del Ayuntamiento publiquen a diario el trabajo constante de reparación de baches y socavones en la ciudad cual superhéroe que nos protege y algunos medios publiquen la amarillenta noticia de que un automóvil volcó “a causa de un bache” cuando la única razón para este tipo de sucesos es el exceso de velocidad que, indudablemente, es el verdadero lastre vial de nuestra ciudad.

    La combinación de baches, socavones, lluvia y cada vez más tráfico y pérdidas de tiempo está generando un descontento ciudadano difícil de calmar. ¿Hay más tráfico? sí. La imparable expansión de la ciudad y la nula promoción de medios de transporte alternativos (caminar, bicicleta y transporte público) son las principales causas de este incremento. ¿Hay más accidentes? sí. Cuanto más congestión y pérdida de tiempo la imprudencia crece. Además, baches y socavones aportan considerables dosis de malestar a los automovilistas.

    Aparentemente, no existe otra cosa más importante para la ciudadanía que reparar los baches, aunque aquellas calles de la periferia de la ciudad, donde los automóviles no llegan, estén literalmente incaminables. Reparar baches será siempre prioridad en esta ciudad, las urgentes banquetas en calles primarias tan importantes como los bulevares Pedro Infante o Lola Beltrán pueden seguir esperando. También quien decide caminar y librar enormes lagunas con lodo y maleza deberán prolongar su espera.

    Así que primero lo primero, a responder a los automovilistas que siguen sin darse cuenta de que la principal causa de su problema es ellos mismos. Sin darnos cuenta, ese gran invento que se hizo para movernos mejor en las ciudades está siendo también la causa de que cada día nos movamos menos. Así que acostumbrémonos: no se dice “hay mucho tráfico” se dice “habemos mucho tráfico”.

    Sigamos conversando: jccarras@hotmail.com

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