Debiera haber Presidenta y Gobernadora
Las mujeres avanzan, pero aún rezagadas

OBSERVATORIO
    Y a pesar de los escollos, en el liderazgo que las pongan las mujeres han probado ser mejores que los hombres y demostrado que las sociedades crecen en lo que tiene que ver con los grandes anhelos sociales. Habría que agregar que con el activismo feminista, que concretiza una especie de toma permanente de los espacios públicos, se fortalece la democracia por la determinación a empujar más derechos, libertades e igualdad.

    alexsicairos@hotmail.com

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    Fue el 22 de octubre de 2022, durante el evento en el que Imelda Castro rindió en Culiacán su cuarto informe como Senadora, cuando el Gobernador Rubén Rocha Moya la proyectó como posible “corcholata” del Movimiento Regeneración Nacional a la titularidad del Ejecutivo estatal en 2027, induciendo la posibilidad de que al fin una mujer ocupe el cargo históricamente proscrito para ellas. Esto viene a colación porque a propósito de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres, sigue arraigada en México la segregación política en razón de género.

    También tiene que ver con la elección presidencial del año próximo en la cual ya sea con Claudia Sheinbaum Pardo, del Movimiento Regeneración Nacional, u otra mujer que se registre por los demás partidos o coaliciones, podría lograrse que el matiz rosa domine en Palacio Nacional por encima de los colores partidistas. ¿Lograremos los votantes dar ese paso que significaría la destitución de prejuicios oxidados?

    Por lo pronto la voz del sector femenino se oyó fuerte en las ciudades sinaloenses y del resto del País con movilizaciones que ninguna razón de ser tendrían si la igualdad de género fuera realidad, en lugar de continuar atorada en el discurso hipócrita que en ocasiones como las de ayer se arrodilla frente a las mujeres y pasada la efeméride trasmuta a la mano levantada dispuesta a proseguir con los distintos tipos de agresión.

    Analizando el modelo Sinaloa de participación femenina sin duda existen conquistas incuestionables, e igual atrasos y demoras irrefutables. En cargos de gobierno, está el claroscuro donde en el Gabinete de Rubén Rocha Moya hay una buena cuota de empoderamiento con mujeres presidiendo seis de un total de 12 secretarías, mientras que en las administraciones municipales la participación sigue siendo marginal. En el Congreso del Estado ellas hacen mayoría con un total de 23 diputadas: 13 de Morena, 4 del PRI, 4 del PAS; una de MC y una del PT.

    En instituciones como el Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Universidad Autónoma de Sinaloa, Secretaría General de Gobierno del Estado, solo por mencionar algunas áreas de alta jerarquía en el organigrama del poder, tampoco han accedido mujeres al timón principal, igual que en la mayoría de los organismos productivos y en las grandes empresas donde solo Grupo Coppel aplica políticas internas de diversidad e inclusión.

    A los sinaloenses se nos trunca recurrentemente la posibilidad de probar cómo le iría a Sinaloa teniendo a una mujer de Gobernadora. La rudeza partidista innecesaria que Morena le aplicó a Imelda Castro en su aspiración por competir por la jefatura del Ejecutivo estatal, o el desdén unánime del voto a las candidatas Gloria González Burboa, del Partido del Trabajo; Rosa Elena Millán Bueno, de Fuerza por México, y Yolanda Yadira Cabrera, de Redes Sociales Progresistas, delató en 2021 la mentalidad electoral al ras del machismo trasnochado.

    A nivel federal, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, inició en 2018 con ocho mujeres en la titularidad de igual número de secretarías, que son 19 en total en el organigrama de primer nivel de la administración pública nacional. Aunque la disparidad existe, se ha ido modificando cuando Olga Sánchez Cordero, ex Secretaria de Gobernación, fue sustituida por Adán Augusto López Hernández, pero en la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana entró Rosa Icela Rodríguez en lugar de Alfonso Durazo, y Tatiana Clouthier renunció a la Secretaría de Economía ocupando ese lugar Raquel Buenrostro.

    Actualmente, por cuestiones de equidad de género, se pretende que en la presidencia del Instituto Nacional Electoral una mujer releve a Lorenzo Córdova, a la vez que a la Suprema Corte de Justicia de la Nación la preside Norma Lucía Piña Hernández, y en contraparte, la Universidad Nacional Autónoma de México no ve para cuándo el machismo le suelte la Rectoría al sexo femenino. En resumen, los estereotipos vetan a estas alturas a excepcionales capacidades de la legión rosa.

    En pleno Siglo 21 y después de 234 años que las mujeres emergieron en la Revolución Francesa exigiendo el derecho al voto, la ola feminista halla en México y Sinaloa suficientes consignas para salir a la calle. Por los derechos a la paz, a la vivienda digna, las políticas públicas eficaces; por los desaparecidos, las hijas y hermanas caídas en las garras del crimen, la violencia intrafamiliar; las oportunidades laborales selectivas, las desventajas salariales, el acoso en los centros de trabajo.

    Y a pesar de los escollos, en el liderazgo que las pongan las mujeres han probado ser mejores que los hombres y demostrado que las sociedades crecen en lo que tiene que ver con los grandes anhelos sociales. Habría que agregar que con el activismo feminista, que concretiza una especie de toma permanente de los espacios públicos, se fortalece la democracia por la determinación a empujar más derechos, libertades e igualdad.

    Ojalá pues que en la votación del 2 de junio de 2024 muchas mujeres ocupen las alcaldías, regidurías, diputaciones federales, senadurías y las curules a renovar en el Congreso del Estado. Y que en 2027 Sinaloa elija a la primera Gobernadora.

    Reverso

    Para ellas todo el poder,

    Porque la realidad delata,

    Que lo que ordena la mujer,

    Hasta el más macho lo acata.

    Mujer de bronce

    En sesión solemne a la que asistió el Gobernador Rubén Rocha Moya, el Congreso del Estado le entregó el Premio Medalla de Honor “Norma Corona Sapién” a Ofelia López Medina, quien desde su origen en la etnia mixteca vino a defender a las mujeres indígenas de Sinaloa imbuyéndoles los derechos humanos y el acceso a una vida libre de violencia. Tiene maestría y doctorado en ciencias del derecho, pero antes que méritos académicos posee alma de guerrera que pone al servicio de los más vulnerables.

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