El futuro de la Barredora

14/12/2025 04:00
La Barredora creció en Tabasco gracias a protección política y su alianza con el CJNG, expandiéndose a Chiapas, Veracruz y Campeche. Tras la caída de sus líderes y pérdida del apoyo político, enfrenta su posible desaparición, un desgaste prolongado o la fragmentación en nuevas bandas

La Barredora -organización criminal con sede en Tabasco que fue dirigida por Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de dicha entidad- tuvo un crecimiento fulgurante, ya que si bien existe desde 2009 como banda criminal, hace algunos años la mayoría de los mexicanos no habían oído nunca de ella, pero en los últimos meses se ha convertido en un claro ejemplo de cómo las complicidades entre política y grupos criminales pueden hacer crecer a las organizaciones delictivas y afectar la seguridad en las entidades federativas.

Dicho lo anterior de otra forma: el crecimiento de la Barredora fue posible gracias a que en los gobiernos de Adán Augusto López Hernández y Carlos Manuel Merino Campos en Tabasco recibió protección de políticos y funcionarios corruptos, que se volvieron cómplices y se beneficiaron de sus actividades.

El ejecutor de esta trama fue Hernán Bermúdez Requena, que en lugar de proteger a los tabasqueños como era su responsabilidad como Secretario de Seguridad Pública, eligió establecer una alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación y buscó una banda local, que fue la Barredora, para que sirviera de franquicia local para llevar a cabo actividades delictivas como el robo de combustible, la venta de drogas o la extorsión.

Debido a que todo el aparato de seguridad de Tabasco se puso al servicio de la Barredora, sus integrantes no eran molestados por los policías, por lo que podían operar con total impunidad, pero también los elementos de seguridad los ayudaban a combatir y eliminar a sus competidores, complicando la operación de otras organizaciones criminales en la entidad.

Así que esta banda fue ampliando sus ingresos, integrando más operadores y sumando más municipios a su cobertura geográfica, de forma que, en su momento de mayor expansión, antes de que se diera a conocer la vinculación de Hernán Bermúdez Requena con la organización, la misma llegó a tener presencia en 38 municipios de cuatro diferentes entidades federativas: Tabasco, Chiapas, Veracruz y Campeche.

En Tabasco se registró su presencia en Centla, Cárdenas, Huimanguillo, Comalcalco, Paraíso, Nacajuca, Jalpa de Méndez, Cunduacán, Centro, Jalapa, Teapa, Jonuta, Macuspana y Tacotalpa. En Chiapas operaban en Amatán, Catazajá, Huitiupán, Ixtapangajoya, Juárez, La Libertad, Ocosingo, Ostuacán, Palenque, Pichucalco, Reforma, Sabanilla, Salto del Agua, Tila, Benemérito de las América y Mezcalapa. En Veracruz contaban con Minatitlán, Coatzacoalcos, Agua Azul, Moloacán, Acayucan y Las Choapas. Mientras que en Campeche llegaron a Palizada y Ciudad del Carmen. Tal como lo muestra el siguiente mapa:

Incluso hay notas que señalan su posible presencia en Puebla, aunque se cree que se trata de otra organización que utiliza el mismo nombre, pero el hecho de que algunos de los mandos de la Barredora hayan sido arrestados en esta entidad, hace que persista la duda.

Sin embargo, el debilitamiento de la Barredora es patente, comenzando con el arresto de Hernán Bermúdez Requena, así como de otros mandos centrales de la organización como Ulises Pinto Madera o Leonardo Arturo Leyva, además de muchos mandos operativos, a lo que debemos sumar una gran presión mediática para las autoridades de Tabasco y Chiapas, que hacen complejo que las redes de protección que tenía la Barredora permanezcan.

Pero también, al romper su alianza con el CJNG, dicha organización comenzó a ganar terreno en Tabasco, provocando escaladas de violencia y generando un retroceso en el ámbito de influencia de la misma.

Por ende, en el futuro de esta organización criminal se pueden vislumbrar tres posibles escenarios:

La desaparición en el mediano plazo, ya que los golpes constantes, así como la pérdida de protección pueden provocar que dicha organización se desintegre o al menos se convierta en una banda de menor tamaño, como lo fue en antaño.

Desgaste lento, lo que le permitirá resistir en el tiempo, sin crecer, pero también sin desaparecer, en un escenario similar al del Cártel Santa Rosa de Lima en Guanajuato.

Mutación, es decir, que se fragmente en bandas más pequeñas con nuevos nombres, que cambie su vocación o que busque establecer alianzas con otras organizaciones para hacerle frente al CJNG, por ejemplo, con el Cártel de Sinaloa en su facción de la Mayiza.

Siendo los escenarios 2 y 3 los más probables, sin embargo, tenemos que esperar la evolución del fenómeno criminal en Tabasco y en las otras tres entidades en donde la Barredora tenía presencia para poder tener un panorama más claro.

Víctor Manuel Sánchez Valdés (@victorsanval) es profesor investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila, especialista en seguridad pública y doctor en políticas públicas por el CIDE. Correo de contacto: victorsanval@gmail.com.