El sueño danés...

08/09/2024 04:01
    El sueño danés no es producto de la casualidad, sino el alineamiento de una práctica política enfocada a conseguir el bien común, honestidad en el ejercicio gubernamental, convicción comunitaria y una ciudadanía colaborativa, elementos que se conjugan para sostener el grado del estado de bienestar que simboliza a Dinamarca y que, por otro lado, tal combinación de factores está muy fuera de nuestra realidad e idiosincrasia.

    Los que ya andamos pegándole a la ancianidad cronológica recordamos que en el año 1976, cuando iniciaba su gestión presidencial José López Portillo, el mismo que con cinismo nos dijo que defendería al peso como un perro, nos advirtió que debido a la boyante producción petrolera del País tendríamos que aprender a administrar la abundancia, misma que jamás se tradujo en mejora del nivel de vida de la población, pero sí, de la mafia política. Cínico y lo que le sigue, así recuerdo a este personaje.

    Traigo a colación lo anotado, movido por el impudor en el que incurrió el Presidente López Obrador al referirse al sistema de salud pública, asegurando que nos deja el mejor sistema del mundo, el cual rebasa, y por mucho, al que ofrece Dinamarca.

    Creo que los daneses jamás se imaginaron que su país Dinamarca formaría parte de la conversación política de los mexicanos, gracias a que el Presidente de México, quien formalmente, insisto, sólo formalmente, concluye su mandato el último día del llamado mes patrio, ha asegurado que como parte de su legado presidencial nos deja el mejor sistema de salud en el mundo, superando por mucho, al que mantiene el país de raíces vikingas, actualmente organizado bajo el régimen político de monarquía constitucional.

    Dinamarca es un país habitado por cerca de 6 millones de personas, las cuales gozan de un estado de bienestar, no sólo soportado por su sistema de salud pública, sino también por un sistema de educación pública de calidad, totalmente gratuito en todos sus grados, un índice de criminalidad sumamente bajo, ingresos laborales significativos y un bajísimo índice de pobreza.

    La tierra del escritor Hans Christian Andersen, autor de los cuentos infantiles La Sirenita y El patito feo, entre otros, también se caracteriza por los bajos indicadores de corrupción, lo cual, deriva en plena confianza en sus autoridades, tanto así, que por ejemplo, sin chistar, los trabajadores con altos salarios llegan a pagar hasta el 53 por ciento del impuesto sobre la renta y un gravamen al consumo con tasas de hasta el 25 por ciento, todo lo cual, se refleja en la excelencia de los servicios gubernamentales que reciben, como es el caso del sistema de salud, al cual, Dinamarca aporta el 11 por ciento de su Producto Interno Bruto, en tanto que en nuestro País la contribución está por el orden del 5 por ciento; asignaciones que en buena parte se traga la corrupción que impera en las esferas gubernamentales y en los propios centros de atención clínica y hospitalaria.

    Todos estos datos son la razón por la cual los servicios de salud que reciben los daneses continuarán siendo, por muchos años, una ilusión para todos nosotros y su realidad, es un contundente mentís al dicho de Andrés Manuel, quien ahora dice que fue una volada dentro de su Informe, en los términos siguientes: “Ya es una realidad que en 23 estados el sistema de salud universal y gratuito para personas sin seguridad social, conocido como IMSS-Bienestar. Este sistema de salud pública ya es más eficaz en el mundo. Dije que iba a ser el mejor, que iba a ser como en Dinamarca. No, no es como en Dinamarca, es mejor que en Dinamarca”. Descarado cinismo, similar al de Jolopo.

    El sueño danés no es producto de la casualidad, sino el alineamiento de una práctica política enfocada a conseguir el bien común, honestidad en el ejercicio gubernamental, convicción comunitaria y una ciudadanía colaborativa, elementos que se conjugan para sostener el grado del estado de bienestar que simboliza a Dinamarca y que, por otro lado, tal combinación de factores está muy fuera de nuestra realidad e idiosincrasia, pero tal vez rezándole al santo patrono de Dinamarca, Canuto IV el Santo, se nos pueda realizar el milagro. ¡Buenos días!

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    osunahi@hotmail.com