El País vive momentos estelares en su historia. Tiene la primera mujer como Presidente y está inmerso, desde 2018, en un cambio de régimen o transición a la democracia. No es poco, si vemos la regresión que actualmente padecen otros países en el mundo.
Se ha rencauzado el desarrollo nacional, con buenos augurios de consolidar su progreso en beneficio de los más débiles de la sociedad. Se viene buscando, por parte del actual régimen, abatir la franja de pobreza heredada del régimen neoliberal. Liberar a “los de Abajo” de sus penurias, al igual que a la sociedad en su conjunto, ha sido prioridad gubernamental desde el pasado sexenio.
Impulsar el progreso con bienestar como estrategia es lo que está permitiendo reducir la pobreza en el territorio nacional. A la vez, se han construido obras de infraestructura de gran calado, como presas y carreteras, el Tren Maya, los aeropuertos Felipe Ángeles y Felipe Carrillo Puerto, la refinería Dos Bocas y el Corredor Transístmico, entre otras magnas obras. Esto ha acelerado la economía y ha permitido otorgar una serie de beneficios por medio de los programas del Bienestar, que han aliviado por lo menos en parte la situación de penuria de amplios sectores sociales, otrora marginados. A la atención de la agenda ciudadana se le ha otorgado mucha importancia, diríamos que ha sido una cuestión prioritaria por parte del gobierno de la cuarta transformación.
Con el Plan México, presentado por la Presidenta Claudia Sheinbaum, se plantea construir un segundo piso a la regeneración de la economía del País, fomentando la industrialización, la integración armoniosa de las regiones, sin perder de vista beneficiar a los más amplios núcleos sociales. Se tiene proyectado el retorno de los trenes, como parte de las grandes arterias de comunicación a lo largo de México. Con esto se están creando condiciones materiales para construir un país próspero para todos, no sólo para unos cuantos como sucedía en el pasado.
Los ciudadanos han otorgado su respaldo político a esta transformación en marcha. Por este camino, están ciertos, su liberación será objetivamente palpable, con hechos que reafirmen lo que se dice, sin el mínimo dejo de demagogia, porque el pueblo ahora exige que se le hable con la verdad. En el discurso de la Presidenta Claudia Sheinbaum está cancelada rotundamente la demagogia, la política se practica como debe ser: con la mayor transparencia.
Esta es una máxima infalible en el partido político Morena, porque el pueblo está muy al tanto de lo que se hace y se deja de hacer en el partido en el que confía y tiene puestas sus expectativas. Por lo que observamos, dicho partido viene cumpliendo al pie de la letra con la confianza que su electorado le ha entregado. Los ciudadanos tienen la certeza de que están bien representados, tanto por el gobierno como por el partido político que impulsa la cuarta transformación.
A nivel internacional, el ambiente que prevalece, a partir de la elección del Presidente Donald Trump, ha sido de incertidumbre por algunos aspectos de su política exterior, que esperamos se vayan superando. El pueblo mexicano confía en que su Presidenta sabrá encauzar la política exterior con eficacia y flexibilidad, como lo ha venido demostrando, y que sabrá convencer al Presidente Trump de que el camino de la cooperación y el entendimiento son la base para una buena vecindad. Hay una multiplicidad de intereses comerciales entre nuestros países, una agenda fronteriza común que debe abordarse en un plan de buena vecindad y respeto mutuo entre ambos países.
México es un país con una economía emergente, con indicadores alentadores en lo que respecta a su desarrollo. Se ven buenas expectativas y, pese a algunos nubarrones que puedan presentarse, no hay nada que detenga su futuro. Por el contrario, todo indica buenos augurios. Este país cuenta con un gran potencial económico, con recursos naturales y humanos suficientes para plantarse en el mundo, impulsando la cooperación con Estados Unidos y otras potencias económicas del mundo. Una mayor integración económica con el resto de los países de América Latina también se abre como un panorama promisorio.
Sinaloa es el granero de México y este lugar lo tiene bien ganado con el reconocimiento de todo el País. Esto se debe básicamente a la laboriosidad de los moradores de este bello estado, a su geografía única y privilegiada en el mapa de la República. Tenemos abundante agricultura, pesca, ganadería y ricos yacimientos mineros, pero, sobre todo, un pueblo extraordinariamente trabajador y emprendedor, lo que llena de orgullo.
Los pueblos se distinguen por la idiosincrasia de sus habitantes y esta entidad reúne un cúmulo de cualidades que la hacen única entre las 32 que conforman la República; capaz, además, de disipar cualquier tormenta que se presente en el horizonte, lo afirmamos convencidos.