Herencias de 2021 para 2022

01/01/2022 04:01
    Para el 2021 que termina y ante el inicio del 2022, se nos podría hacer la misma pregunta: ‘¿y dónde está tu hermano?’, a lo que deberíamos saber responder y comprometernos por tantos hermanos nuestros con problemas de los que nos hemos desligado y sobre las cuales no podemos responder ‘¿soy acaso guardián de mi hermano?’.

    “¿...Y dónde está tu hermano...?”, preguntó el Señor a Caín luego de que había asesinado y sepultado a Abel (Génesis, cap. 4, vers. 8 a 10) a lo que Caín contestó “¿...soy yo acaso guardián de mi hermano?”, y el castigo fue no sólo por haber asesinado a su hermano, sino también por su respuesta al desligarse completamente de alguna responsabilidad respecto a su propio hermano.

    Pero en la Biblia prácticamente se repite la misma pregunta y la misma responsabilidad en cuanto a nuestros hermanos, pues todos somos hijos de Dios. En el Génesis, cap. 38, vers. 31 a 34, Jacob pregunta a los hermanos de José a quien habían vendido a unos caravaneros, a lo que contestaron con evasivas e inventaron que tal vez las fieras lo habían devorado.

    Para el 2021 que termina y ante el inicio del 2022, se nos podría hacer la misma pregunta: “¿y dónde está tu hermano?”, a lo que deberíamos saber responder y comprometernos por tantos hermanos nuestros con problemas de los que nos hemos desligado y sobre las cuales no podemos responder “¿soy acaso guardián de mi hermano?”.

    1. Hermanos son tantos desaparecidos y cuerpos no identificados en las morgues, los enterrados en las fosas comunes así como los restos encontrados en fosas clandestinas. Igualmente son nuestros hermanos los familiares de quienes desconocen en donde están sus hijos y parientes y sufren la angustia de no saber si viven o están muertos.

    La falta de un sistema nacional de identidad que permita identificar a todos los ciudadanos, sistema que no se ha podido establecer porque no se tiene confianza en que los gobernantes hagan buen uso de él. Además, aunque muchos casos vienen de sexenios anteriores, durante este régimen se ha acrecentado el número de asesinatos, desapariciones y de cuerpos que han saturado las instalaciones de conservación de cadáveres, gracias a la política de “abrazos, no balazos”.

    2. Nuestros hermanos están también en los miles de migrantes, nacionales o extranjeros, en caravanas por caminos y carreteras o en los refugios oficiales o de ciudadanos voluntarios; también son nuestros hermanos los niños huérfanos o abandonados por sus padres migrantes, en refugios en Estados Unidos y en México. Son nuestros hermanos los migrantes muertos en camiones accidentados o asfixiados en “pipas” y tráileres manejados por “coyotes” que cobran por llevarlos “al paraíso” de Estados Unidos; son nuestros hermanos los muertos en los desiertos de Arizona o a manos de los policías y “voluntarios”, dispuestos a dar caza a quienes hayan logrado escabullirse en la frontera, así como en los que están presos en las cárceles norteamericanas.

    Este fenómeno migratorio se ha acrecentado por los gravísimos errores del actual Presidente que, queriendo quedar bien como benevolente, exhortó a los ciudadanos de otros países a venirse a México para cruzar a E.U.A. y porque tuvo que aceptar que México fuera “país seguro” obligado por Trump.

    3. Son hermanos nuestros que esperan nuestra ayuda y nuestro apoyo los huérfanos en los orfanatorios, los ancianos y discapacitados en los asilos o abandonados en las calles o en sus casas; y quienes piden ayuda en los cruceros de la ciudad, hombres, mujeres y niños sin trabajo o sin poder trabajar.

    Urge atender a los desempleados o que no tienen ingresos suficientes para vivir decentemente.

    4. México ya debe de haber rebasado los 4 millones de contagiados y los 300 mil muertos oficiales por Covid-19, lo que indica una letalidad de 7.3 por ciento, una de las más altas del mundo, y todo ello sin considerar los contagios y muertes no contabilizados porque se dieron en los hogares, tanto urbanos como rurales, pero que se evidenciaron en panteones, clínicas y hospitales privados.

    Este problema se recrudeció en México por no reconocer a tiempo la gravedad del caso y no promover las medidas de protección y contención por las autoridades sanitarias, empezando por el Presidente y su gabinete, que se negaron a utilizar el cubrebocas, a guardar sana distancia y a permanecer en sus casas resguardados y protegidos. ¿Cuántos enfermos y muertos se le tendrían que adjudicar a las autoridades por su lenidad e irresponsabilidad?

    En la misma forma son nuestros hermanos los niños con cáncer y sin medicamentos adecuados y los enfermos que no han tenido lugar en los hospitales y clínicas oficiales saturadas ante el Covid-19.

    Es una ardua tarea la que nos ha dejado el 2021 pero se empieza por reconocer que todos son nuestros hermanos y que tenemos responsabilidad por ellos como compromiso de vida para este 2022. ¡Feliz Año!