La importancia de conocer la historia de la empresa familiar para generar un sentido de pertenencía y trascendencia

La importancia de la empresa familiar en el desarrollo económico de un país es un hecho indiscutible, aún más si son analizadas las consecuencias de sus actividades empresariales en el desarrollo integral de una sociedad. Generalmente en la empresa familiar se cuenta con el compromiso moral de mantenerse unidos, leales y solidarios y que trascienda de generación en generación.

Se debe procurar inculcar capacidades y transmitir la mentalidad empresarial que permita el surgimiento y desarrollo de nuevas formas de creación de patrimonio multigeneracional.

Dice el dicho que no hay que olvidar a dónde vas, ni tampoco de dónde vienes. Eso también sucede con las empresas familiares. La empresa y la familia, dos entes diferentes pero interconectados, tienen relojes biológicos y destinos diferentes. ¿Qué hacer para que, ante este escenario, puedan convivir en conjunto armoniosamente? Una de las claves está en el pasado: recordar la historia de la empresa familiar, y crear con ella una cultura para las siguientes generaciones.

Cualquier negocio tiene una historia que contar, algo que conecte a la marca con los miembros de la familia, clientes y el mercado. Como dueño de un negocio en la era de las redes sociales, tienes una gran oportunidad de comunicar los valores y la oferta de valor de tu empresa familiar.

En México se considera que la familia es base de la sociedad, a partir de la cual se estructuran organizaciones más complejas. Por lo tanto, la familia tiene una estrecha relación con las empresas porque ambas requieren un enfoque evolutivo, que se refiere al crecimiento y a la madurez que tienen que desarrollar, ya que de cierta forma una genera a la otra.

El proceso de recopilar y documentar la historia de la empresa familiar tiene un claro propósito: facilitar que todos los miembros de la familia empresaria recuerden de dónde vienen y cuál es su historia en común para, así, transmitir su cultura familiar a las siguientes generaciones.

Cada familia tiene su propia narrativa, su forma de hacer las cosas y sus valores, mismos que se transmiten a través del ejemplo y las anécdotas que pasan de generación en generación. Esto conforma la cultura de la empresa familiar, un poderoso conjunto de experiencias que generan una cultura que se vive muy en el subconsciente colectivo y que conduce el comportamiento de todos los miembros de la empresa de la familia. Con la narrativa, es posible redactar un libro o un escrito con todas las vivencias, anécdotas y enseñanzas que los fundadores o líderes de la familia; e incluso la familia misma, han atravesado para llegar al punto en el que se encuentran actualmente.

Elaborar un libro sobre la vida de la empresa familiar es un proceso que implica la reflexión interna de cada uno de los miembros. Cada uno debe meditar acerca de la visión o la perspectiva del proyecto empresarial (es decir, la empresa), y quien debe poner el ejemplo en este sentido es la generación fundadora. La principal intención de hacer esto es estimular la asociación positiva entre los miembros, a través de los elementos comunes que unen a la familia. Dichos elementos están impresos en el código genético de cada individuo: son los valores de la familia, que se transmiten a través de la historia de la familia empresaria.

Cada familia empresaria es una compleja estructura arquitectónica, compuesta de tres círculos (Empresa, Familia, Propiedad), que se sostiene sobre la base de la misión y la visión de la familia fundadora. Los materiales que mantienen unida dicha estructura son la cultura y los valores. De allí podemos entender el papel crucial que juega el fundador de la empresa: es el líder visionario que construye, imprimiendo el sentido de pertenencia e identidad a los miembros de la familia empresaria y de sus colaboradores.

Cada ladrillo
necesita una visión

“Incluso un ladrillo quiere ser algo. La idea y el arquitecto hacen la diferencia”, decía Luis Kahn, el célebre arquitecto. En una empresa familiar cada miembro es un ladrillo que quiere ser algo, que quiere aportar algo a la fortaleza de la estructura y, si solamente faltase un ladrillo, el tiempo y la intemperie se harían cargo de derrumbar la estructura por muy grande que sea.

Dirigir un proceso orientado a sacar, de todos los miembros de la familia empresaria, los mejores recuerdos del pasado y la historia común, brinda una excelente oportunidad de mantener una visión estimulante sobre la empresa y de reforzar el compromiso de la familia con el proyecto empresarial. Es un formato que tiene un enorme potencial para convertir a los valores de los fundadores en un modo de vida para las generaciones posteriores que, sin duda alguna, se verán involucradas en la empresa familiar.

El compromiso activo de los propietarios de la empresa familiar es el que garantiza el buen rendimiento de esta. Las familias crecen de una manera muy rápida, y cada generación debe voluntariamente reafirmar su compromiso con el proyecto empresarial. Esta necesidad se manifiesta en el relevo generacional y, por ello, es importante contar con familiares que vivan de manera integral los valores de la familia.

Empresa y familia,
dos sistemas distintos

La mejor forma de inculcar los valores es a través de los elementos que contiene la historia común. Durante la evolución de la empresa familiar, la familia, siendo un sistema, y la empresa, siendo otro, pueden tener distintos destinos. De hecho, se requiere de un gran esfuerzo para conseguir que los destinos coincidan y, en gran medida, parte de este proceso define las opciones de continuidad de la empresa familiar.

Según el profesor John Davis, las familias crecen mucho más rápido que las empresas. Con el tiempo, será cada vez más difícil mantener unidos los dos sistemas. Tener un punto de encuentro, un recuerdo del pasado que los une, siempre ayudará a crear y fortalecer los vínculos con la empresa familiar y el legado común. La clave para que los destinos coincidan es buscar la narrativa compatible. Para conseguirlo, hay que comenzar desde el punto de encuentro, que inicia con el fundador de la empresa familiar. Casi siempre, la historia del fundador-emprendedor está cargada de un fuerte simbolismo que constituye los valores y la cultura de la empresa familiar. Gracias a su gran poder motivador, la historia es capaz de despertar y captar la atención de las próximas generaciones y, por ello, es elemental para construir el futuro del proyecto.

El libro sobre la vida de la empresa de la familia es la suma de los procesos y valores que definen las buenas prácticas de la familia empresaria. Es el resumen de los elementos e historias que en forma narrativa que despiertan asociaciones positivas entre los miembros de la empresa familiar. Lo que obtendrán no es un simple libro monográfico, es mucho más que eso: un protocolo escrito que pone palabras al deseo común de continuar un legado, cuyo valor nutre de vitalidad y esperanza a toda la familia empresaria. Y siempre ten presente que: Para sobresalir en el mercado actual, debes definir el valor de tu empresa familiar en términos humanos más que de negocios. La principal fortaleza por transmitir en la historia de la empresa familiar es la resiliencia: “este concepto se refiere a la reserva de recursos, tanto familiares como empresariales, que permiten a las empresas familiares hacer frente a las dificultades y que se caracteriza por la creatividad individual y colectiva para resolver los problemas y sacar adelante el negocio”. (Danes, 2006).

Una empresa familiar no tiene que recurrir a los libros de historia para motivar a sus miembros y las generaciones futuras, basta con recordar su propia historia y ver hasta dónde han llegado y la que están por escribir las nuevas generaciones.

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