Una conocida frase atribuida al filósofo chino Lao Tsé, dice: “La gratitud es la memoria del corazón”. En efecto, a una persona agradecida todos la aprecian; en cambio, una persona egoísta, prepotente, orgullosa y malagradecida no encuentra cabida y todos se alejan de ella, como si fuera la más perniciosa peste.
Por ello, es encomiable el reconocimiento que brindaron el Congreso y Gobierno del Estado a prestigiados decanos y precursores del fotoperiodismo en Sinaloa que se mantienen en activo. El día 6, el Congreso del Estado reconoció los 50 años de entrega del fotógrafo Alejandro Escobar, alias “El Morro”. El 7, Día de la Libertad de Expresión, el Gobierno del Estado rindió homenaje a maestros y decanos de la fotografía periodística de todo el estado.
En verdad, tenemos mucho que agradecer a todos esos pioneros (se reconoció también a una dama entre los galardonados) que plasmaron con sus cámaras las estampas históricas que configuran el rostro del México y del Sinaloa actual, y del que nos antecedió.
Se ha repetido hasta la saciedad que “una imagen vale más que mil palabras”, pero en el caso que nos ocupa cobra mayor trascendencia esta máxima; porque el trabajo cotidiano de estos fotoperiodistas nos ha dejado sin palabras. Ante la desnuda y transparente realidad que ofrecen sus cámaras hemos pasado de la sorpresa a la angustia, de la belleza a la estupefacción; del gozo estético al hecho aberrante y bochornoso; del elogio y aplauso al mérito ciudadano a la justificada condena de las desapariciones, asesinatos y violencia. Nada permanece oculto a la mirada fina, curiosa e indiscreta de las cámaras de estos atrevidos y pacientes fotoperiodistas.
Una vez más, agradecemos su generosidad, esfuerzo, constancia, dedicación, entrega, desvelos, sacrificio y desinterés. ¡Enhorabuena!
¿Soy agradecido? ¿Reconozco méritos y virtudes?
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