Si pensábamos que esta nueva administración municipal haría las cosas bien y respetaría los derechos de los mazatlecos a la participación ciudadana, a la transparencia y a la rendición de cuentas, nos equivocamos rotundamente.
Como lo informó el Observatorio Ciudadano de Mazatlán la semana pasada, esta administración municipal ha ocultado sistemáticamente la información relacionada con los contratos que ha celebrado con sus proveedores.
Además, también ha celebrado contratos violando los procedimientos legales correspondientes, adjudicándolos directamente a un proveedor cuando debería haber hecho una licitación pública.
¿Por qué esta administración municipal oculta esa información? La respuesta es muy sencilla. Si la proporciona adecuadamente, como es su deber, queda expuesta a que cualquier ciudadano solicite acceso a esa información, la analice y descubra alguna transa.
Es por eso por lo que, quienes mandan realmente en el Palacio Municipal, ocultan información que, de caer en manos de organismos como el Observarorio Ciudadano de Mazatlán, puede dar origen a denuncias por faltas administrativas (ya presentada) y denuncias penales.
Obviamente que esos sujetos no quieren que se exhiban los negocios que están haciendo con el dinero público, asignando contratos por adjudicación directa a sus cuates y a empresas controladas por ellos o sus familiares.
En esos contratos se inflan los precios para que alcance para pagar los moches que les piden a los proveedores.
Un botón de muestra es lo que hicieron en diciembre del año pasado, adjudicando directamente un contrato para compra de medicamentos para el hospital municipal en lugar de cumplir la ley y llevar a cabo una licitación pública.
Si nuestros flamantes servidores públicos municipales tenían tiempo suficiente para llevar a cabo una licitación pública para buscar mejores precios y calidad, ¿por qué hacer una adjudicación directa?
Es claro que lo hicieron porque alguien cobró un moche. Como quien dice, hicieron sus negocios en lo oscurito. Y cínicamente presumen que no son iguales. Son peores porque prometieron honestidad.