¿Optimismo
o pesimismo? (2)

BUHEDERA
    ‘En 1755, el terremoto de Lisboa causó un tsunami y varios incendios en el Día de Todos los Santos. La coincidencia con la fecha del calendario cristiano tuvo un gran impacto sobre los teólogos de la época. El evento a su vez desilusionó profundamente a Voltaire y provocó un sismo en la corriente filosófica contemporánea, regida por el optimismo de Leibniz. Las descripciones y crónicas del terremoto volvían una tarea casi imposible explicar bajo una lente optimista los horrores de este desastre’.

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    Cándido o el optimismo

    Voltaire (1759)

    Wikipedia: “En el texto, Leibniz está representado por el filósofo Pangloss, tutor del protagonista. A pesar de observar y experimentar una serie de infortunios, Pangloss afirma repetidamente que «tout est au mieux» («todo sucede para bien») y que vive en «le meilleur des mondes possibles» («el mejor de los mundos posibles»). Voltaire simplifica y ridiculiza las ideas de Leibniz fuertemente en los discursos de este personaje. Por ejemplo, en el capítulo 4, Pangloss afirma que «los males particulares hacen el bien general; de manera que mientras más males particulares hay, mejor va todo».

    Igualmente, por medio de las desgracias que ocurren a los personajes, la obra es un muestrario de los horrores del mundo del Siglo 18. Algunos de estos horrores mencionados en la obra son el terremoto de Lisboa de 1755 y el comienzo de la guerra de los Siete Años.

    Contexto histórico

    Cándido se inscribe en el contexto del Siglo de las Luces en Francia y aparece unos años después de la publicación de la Monadología de Leibniz, publicada en 1720, que defendía una interpretación optimista del mundo. La obra ataca esta filosofía leibniziana y menciona dos grandes catástrofes recientes que marcaron el siglo: el terremoto de Lisboa de 1755 y el comienzo de la guerra de los Siete Años en 1756. Ambas de estas desgracias son citadas comúnmente por investigadores como razones principales de la composición de la obra.

    En 1755, el terremoto de Lisboa causó un tsunami y varios incendios en el Día de Todos los Santos. La coincidencia con la fecha del calendario cristiano tuvo un gran impacto sobre los teólogos de la época. El evento a su vez desilusionó profundamente a Voltaire y provocó un sismo en la corriente filosófica contemporánea, regida por el optimismo de Leibniz. Las descripciones y crónicas del terremoto volvían una tarea casi imposible explicar bajo una lente optimista los horrores de este desastre. Voltaire, por su parte, rechazaba los preceptos de Leibniz, convencido de que «el mejor de los mundos posibles» seguramente sería mejor que este.

    Voltaire entonces se empeña en defender esta posición y escribe el Poema sobre el Desastre de Lisboa en 1756 y, tres años más tarde, Cándido. En ambos, Voltaire ataca la concepción optimista del mundo con su famoso estilo sarcástico e irónico. Después de la publicación del Poema sobre el Desastre de Lisboa, Voltaire lo envía a Jean-Jacques Rousseau. Este le responde con una carta en la que busca justificar la Divina Providencia. Rousseau, en sus Confesiones, sugiere que este cuento filosófico sería la respuesta a su carta que Voltaire le prometió y que nunca envió.

    El año anterior a la aparición de la obra, Voltaire participaba en la redacción de la Enciclopedia de Diderot y D’Alembert, proyecto central de la Ilustración. Sin embargo, debido a la revocación de su privilegio real, este proyecto se detiene. Así, Voltaire encuentra, a través de Cándido, una manera de continuar la transmisión ideológica de la Ilustración. Este objetivo sería completamente alcanzado, pues, a diferencia de la Enciclopedia -destinada a una élite cultivada y próspera-, esta obra alcanzó toda la población literaria de Francia.

    Voltaire y Cándido

    François Marie Arouet, también conocido como Voltaire, escribe en esta obra el curso de su vida. Por razones obvias, no es una autobiografía. Sin embargo, si se analiza la evolución psicológica del héroe Cándido y se compara con la evolución de su autor, se puede concluir que este último refleja en el libro su carrera como filósofo, desde Mondain, que fue su primera obra, en la que hace gala de bastante optimismo, hasta Cándido, su última obra, donde demuestra su pesimismo moderado. Este pesimismo se basa en la tesis de Voltaire Il faut cultiver notre jardin (Hay que cultivar nuestro jardín.) Con esto se refiere a que el mundo tal cual nunca cambiará, y que es imposible cambiarlo, pero si nos preocupamos de lo que nos rodea más íntimamente, podemos hacer por lo menos nuestra vida más próspera”.

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