Un buen profesor

    Podríamos nombrar otros muchos filmes inspiradores, o series, que muestran cómo los maestros se ganan a un alumnado difícil y problemático: Con ganas de triunfar, La sociedad de los poetas muertos, La historia de Ron Clark, Cadena de favores, La sonrisa de Mona Lisa, Estrellas en la tierra, La lengua de las mariposas, Profesor Holland, Merlí, por citar algunos.

    rfonseca@noroeste.com / rodifo54@hotmail.com

    La pedagogía magisterial se centra mucho en teorías, técnicas, métodos, disciplina, contenidos y procedimientos; sin embargo, nadie enseña al novel y principiante maestro cómo irrumpir en el salón de clase y ganarse a sus alumnos.

    Abundan las películas que muestran el desconcierto y balbuceo de los maestros principiantes, o de los mentores que son trasladados ante un grupo rebelde o escuela problemática. Quién no recuerda al joven actor Sidney Poitier en la película titulada en español “Al maestro con cariño” (To Sir with love) y el famoso tema musical cantado por Lulú (canción más vendida en 1967, en Estados Unidos).

    Podríamos nombrar otros muchos filmes inspiradores, o series, que muestran cómo los maestros se ganan a un alumnado difícil y problemático: Con ganas de triunfar, La sociedad de los poetas muertos, La historia de Ron Clark, Cadena de favores, La sonrisa de Mona Lisa, Estrellas en la tierra, La lengua de las mariposas, Profesor Holland, Merlí, por citar algunos.

    En todas estas historias descubrimos a maestros con una enorme vocación pedagógica, que se interesan por sus alumnos -aún cuando éstos se manifiesten reacios, rebeldes, apáticos, displicentes- y los impulsan a conquistar horizontes aparentemente inaccesibles. Claro que son importantes sus conocimientos, habilidades y competencias, pero lo fundamental es el acercamiento, apertura, empatía, entrega y dedicación a sus alumnos.

    En las memorias que escribió el maestro irlandés-estadounidense, Frank Mc Court, que tituló “El profesor”, citó algunas de las cualidades de un buen educador: “En el aula del instituto eres sargento instructor, rabino, paño de lágrimas, ordenancista, cantante, erudito de poca monta, administrativo, árbitro, payaso, consejero, controlador de vestuario, director de orquesta, apologista, filósofo, colaborador, bailarín de claqué, político, psicoterapeuta, bufón, guardia de tráfico, sacerdote, madre-padre-hermano-hermana-tío-tía, contable, crítico, psicólogo, el último asidero”.

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