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Salud mental

Ante regreso a clases, niños y jóvenes presentan fobia social, cuadros depresivos y hasta pensamientos suicidas, señala especialista

La directora de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular y especialista en psicoterapia Infanto-Juvenil, Tania González Lozano, detalló que dentro de los pacientes que atiende se han incrementado los casos de niños y jóvenes que presentan cuadros con depresión, ansiedad y trastorno del sueño, y hasta intentos suicidas

Derivado del encierro por la pandemia y la falta de socialización que han presentado niños y jóvenes con las clases presenciales, estos mismos han registrado cuadros depresivos, ansiedad, fobia social y hasta pensamientos suicidas, señaló Tania González Lozano, maestra en Evaluación y Psicoterapia Infanto-Juvenil y directora de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular.

En su trabajo dando atención psicológica dijo que en el último año ha tenido un incremento en atención en niños y jóvenes, detectando así distintas problemáticas derivadas del aislamiento social.

Detalló que de los jóvenes que atiende existe un porcentaje que tiene ideas suicidas o ha tenido algún intento de suicidio.

“Ellos llegan con diagnóstico de depresión asociado a episodios de ansiedad”, dijo.

La especialista dijo que los indicadores que podrían haber tenido estos jóvenes se agudizaron con el encierro, ya que señaló que los problemas que pudieran tener en el entorno familiar o personalmente se agudizaron con la dinámica del aislamiento.

“Sí había indicadores de ansiedad, se potencializaron, rasgos depresivos se potencializaron”, comentó.

Cuando existe un aislamiento como el que se tuvo durante los momentos más fuertes de la pandemia, dijo, esto trae consecuencias como la disminución de sus habilidades socioemocionales.

“Ya es como que no saben cómo interactuar, no tienen como que esta noción de cómo interactuar, de repente ya no querían ni contestar el WhatsApp de los compañeros”, comentó.

Mencionó un ejemplo de una joven que durante un semestre no prendía la cámara y a duras penas medio se conectaba a las clases y no tenía contacto con sus amigos.

“Es como que ya no sé cómo comunicarme, no optaba por medios electrónicos, realmente fue una función de ya no tener este tipo de habilidades de a pesar de que la tuvieran antes, sí estaban careciendo de ella”, expresó.

Explicó que los cuadros depresivos que tenían los jóvenes no les daban para tener la motivación de interactuar con alguien más.

Regreso a clases

En cuanto al regreso a clases presenciales después de un largo periodo en modalidad virtual, dijo que “será un reto complejo, porque primero tienen que nivelar académicamente a los jóvenes, porque muchos traen un desfase en contenidos académicos”.

“Sí es un reto, aunque puede beneficiar de manera escalonada para el tema de que no sientan de una el repentino regreso a un escenario, como lo es un aula”.

Explicó que hay niños que van a llegar a primaria teniendo solo un semestre en preescolar, y ni siquiera asocian cómo es estar en una aula con 25 o 30 niños.

La psicóloga considera que esto es algo bueno, pero que tendría que ser paulatinamente.

“Finalmente, volver es difícil, volver a lo que estaba después de lo que hemos vivido, pero sí creo que puede ser bueno en términos de beneficio tanto mental como emocional”, señaló.

Sobre el rendimiento escolar y lo que la pandemia ha causado en el modelo de estudio, dijo que aunque sí se tenía este factor, muy pocos reprobaron año, pero aun así sí se presentaron uno o dos casos en los que los jóvenes perdieron el ciclo escolar, así como otros que van a tener que recursar algunas materias.

A muchos de estos jóvenes les ha costado volver a un entorno de sociabilidad, “me decían... ‘oye, es que mis papás quisieron ir a Forum’, pero a la media hora volvían al carro porque empezaban a tener síntomas de ansiedad como manos sudorosas, palpitaciones aceleradas, entre otros”.

En otros casos en donde ya se empieza con el modelo híbrido en las escuelas, los estudiantes presentan actitudes como no querer contacto o acercamiento con nadie o no querer hablar, explicó.

Aquí dijo, se podría utilizar un método de anticipación al escenario al que están próximos a enfrentarse, como lo es un regreso a las aulas.

“Es prepararlos un poquito en el escenario mental y que tuvieran elementos para aventarse, pero fuera de poquito a poquito, porque exponerse a lugares muy concurridos es un mayor reto”, dijo.

Miedo al contagio

Detalló que también detectó algo de fobia hacia el contagio de coronavirus, ya que algunos de ellos vivieron la pandemia en sus entornos al tener un familiar enfermo o hasta alguno de ellos perder madre o padre por este virus.

“Sí tienen miedo a enfermarse a lo mejor no en punto extremo, pero sí en este pensamiento de: ‘es que si salgo me puedo contagiar’”, comentó.

Dijo que esto se presenta mayormente en menores que han tenido que enfrentar situaciones como éstas.

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