‘Así vamos a vivir, con el miedo tenemos que salir’: mayor movilidad en Culiacán a pesar de la violencia sostenida
Las vistas de un Culiacán caótico y arremolinado de personas vuelven en el último periodo del año, tiendas con buen flujo de personas y plazas comerciales llenas en sus fines de semana, todo esto mientras en sus calles sigue corriendo sangre y pólvora.
El contraste de movilidad del periodo de septiembre, cuando inició la guerra, a noviembre de 2024 con el mismo pero de 2025 es tangible y optimista para el sector comercial.
Sin embargo, este aumento de movilidad no se debe a la pacificación de la zona, sino a la normalización de la violencia.
“Nos estamos enseñando a vivir con esta vida, con el miedo y con todo tenemos que salir, tenemos que comer... normalizamos la violencia, va ser normal esto” dijo, una ciudadana.
Entre septiembre y noviembre de 2025, los niveles de violencia en Sinaloa mostraron apenas una ligera variación respecto al mismo periodo del año anterior.
En estos tres meses se registraron 500 asesinatos, 574 desapariciones y mil 530 robos de vehículos, cifras que representan una leve disminución frente a los 507 homicidios, 658 desapariciones y mil 666 robos de autos ocurridos en el mismo lapso de 2024.
Las cifras estadísticas de noviembre del 2025 se realizaron a modo de proyección basándose en promedios diarios de cada delito.
Aunque los números reflejan una tendencia marginal a la baja, lo que destaca es que la movilidad social aumentó: más personas volvieron a las calles, reactivando la vida nocturna, los comercios y las actividades cotidianas.
Sin embargo, esa aparente normalización contrasta con la persistencia de delitos graves que, pese a la reducción estadística, siguen marcando el pulso de la inseguridad en la entidad
“La violencia sigue peor, pero ya lo tenemos normalizado, tanto en las escuelas como en el trabajo. Ya es normal que pasen cosas, en el centro incluso y hasta la muerte de gente inocente” dijo una estudiante.
Casos como la masacre de a fiesta de la colonia Lázaro Cárdenas donde asesinaron a cuatro personas e hirieron a otros cuatro incluyendo a un a menor, o la desaparición de familias enteras como el caso de Abraham Mejía quien fue plagiado junto a su hijo en el campo El Diez, para después aparecer sin vida en la misma zona.
En ese marco de violencia desmedida y con alcances más profundos en la sociedad, es que la misma se muestra acostumbrada al ritmo de los hechos y busca una alternativa para sobrellevar su vida a pesar del contexto.