"Augusta Piña de Machado, conocida por todos como Doña Chata, deja un legado de 57 años de sabor"

A la edad de 92 años, fallece Augusta Piña de Machado, conocida por todos como Doña Chata, dejando un legado de sabor al fundar junto a su esposo, José Antonio Machado López, la empresa Productos Chata hace 57 años.

A la edad de cinco años, Augusta Piña llegó de Otatillos, Badiraguato, para comenzar su historia en Culiacán; Héctor Muñoz Escobar refiere en su libro “Empresarios y Personajes Sinaloenses”, que en la escuela Agustina Ramírez, ahora renombrada cómo Ángel Flores, Augusta aprendió las enseñanzas de amor a la familia, al trabajo y al constante esfuerzo.

En el año de 1962, la señora “Chata” comenzó su legado, con un abarrote pequeño, donde comercializaba de manera local fruta, verdura, carne y lo que los clientes más procuraban, los productos regionales, que ella preparaba con su particular sazón, cómo el chilorio, la machaca, el chicharrón y los tamales.

Doña Augusta Piña recordó cómo comenzó a preparar la primera tina de chorizo, que batía a mano y le agregaba las especias; ajo, chile, pimienta; que luego molía en un metate que siempre guardó, según el libro de Muñoz Escobar.

El gusto de la sazón particular de “Doña Chata” se fue extendiendo, al pasar los años, el negocio creció y cuando se fundó el primer supermercado de los Zaragoza, les comenzaron a entregar productos; así mismo sucedió con la tienda Ley, sucursal de Rubí, en el año de 1966.

De ser un simple abarrote, el comercio dio un salto en 1974, para ser una planta de productos regionales, que denominaron “Chata”, en honor a las recetas con la sazón particular de doña Augusta Piña.

Algunos de los productos Chata.

Actualmente, la empresa Chata destaca por su presencia internacional, por su crecimiento, ya que exporta sus productos hacia Estados Unidos, Canadá, Guatemala y Japón, entre otros países.

La señora Augusta Piña de Machado será recordada como una persona trabajadora, que compartió sus recetas con el mundo, y que fundó la empresa Chata, que ahora es referencia a nivel internacional en inocuidad e innovación en la preparación y comercialización de alimentos 100 por ciento mexicanos, con nuevas tecnologías aplicadas a los empaques, materias primas selectas y su certificación TIF 169, lo cual garantiza la calidad de cada uno de los productos que ahí se elaboran.