"'Baila' Samantha su vals en el cielo"
Fue una fiesta típica en un lugar atípico: el Panteón Jardines del Humaya. En ese lugar hubo globos, sonó la banda, decenas de personas se dieron cita y con ellos arreglos florales, así lo habría querido Samantha para sus 15 años, uno de sus sueños antes del cáncer.
La señora Lolis Cruz y el señor Santos Alarcón no dejaron pasar la oportunidad de organizar una fiesta con el impulso de los compañeros de Samantha, los de la Secundaria Gabriel Leyva Solano, donde era parte de la escolta, la banda de guerra y el equipo de voleibol.
En diciembre del 2014 expresó molestias en su pierna derecha y dolores de cabeza. "Cosa normal", decían sus maestros al suponer que podía ser por "malpasadas", por el calor y por el deporte, pero no era así.
En la fiesta sonaba el Niño Perdido y sus compañeras se tomaban fotos junto a un altar, ahí había globos de gas, rosas de varios colores, eran rojas, amarillas y blancas. También llegó su novio y sus maestras de la secundaria.
Ahí, en el altar, Mitzu Guadalupe, Rubí Guadalupe, Vianey y su tío Diego dejaron sus regalos como padrinos de los 15 años, los tradicionales ramo, cojín, rosario y la muñeca, que tenía un vestido como el que Samantha soñaba: de colores azul y dorado.
Los regalos estuvieron antes en el templo San Juan de los Lagos, donde se ofreció una misa en su honor, como lo marca la tradición católica.
Samantha soñó con ser una persona destacada, tenía distintas profesiones en mente como Médico Forense y Arquitectura, aunque no se decidió por alguna, pues apenas este año estaría decidiendo en qué preparatoria estaría.
En la fiesta se elevaron globos blancos y al mismo tiempo la banda hizo sonar “Te Vas Ángel Mío”, una pieza que no se bailó en el Panteón, pero que sus padres la dedicaron para que Samantha bailara desde el cielo.
Samantha Alarcón Cruz murió el 10 de marzo del 2015, un tumor a un costado de la médula ósea le arrebató la vida, el cual le fue detectado apenas en enero de ese año y por el grado de avance la terapia no fue suficiente.
Con honores
A Samantha la escolta le hizo honores y la banda de guerra tocó Tres de Diana, la melodía que sirve de reconocimiento, en su escuela la despidieron en marzo del año pasado y la recordaron ayer en una fiesta típica y en un lugar atípico: en el Panteón Jardines del Humaya.