Creyentes asisten al Santuario de Nuestra Señora de Quilá por motivo del día de la Candelaria

Comparten el motivo por el cual asisten a venerar a esta figura religiosa

A las 12:00 horas fue la segunda misa del Santuario de Nuestra Señora de Quilá, donde varios creyentes se amontonaban para poder tocar a la Virgen.

El lugar estaba rodeado de flores en tonos rosa, que hacían a juego con la decoración inicial, donde en una vitrina de vidrio, estaba vestido el emblemático personaje.

Jorge Mario León Cárdenas, vicario en la parroquia, contó que la Virgen de Quilá es una de las identidades de Sinaloa, pues se tiene a alguien con quien poder corresponder e identificarse.

“Hace 61 años el primer Obispo de la Diócesis de Culiacán nombró a esta iglesia como santuario diocesano, cambiando el nombre en su momento de la” parroquia de Nuestra Señora de Loreto” a “Santuario de Nuestra Señora de Quilá”, comentó.

“Además de no ser la única advocación de la Virgen María, así como conocemos la Virgen de Guadalupe, La Virgen del Rosario, pues la Virgen de Quilá pues es la única virgen que como tal podemos decir que es la nuestra”, mencionó León Cárdenas.

Múltiples creyentes asistieron para poder agradecer a la Virgen por un milagro, como María de Jesús Flores Camacho, una madre de familia que dijo casi se moría al tener a uno de sus hijos hace 61 años.

“Hace 61 años el primer Obispo de la Diócesis de Culiacán nombró a esta iglesia como santuario diocesano, cambiando el nombre en su momento de la” parroquia de Nuestra Señora de Loreto” a “Santuario de Nuestra Señora de Quilá”, comentó.

“Además de no ser la única advocación de la Virgen María, así como conocemos la Virgen de Guadalupe, La Virgen del Rosario, pues la Virgen de Quilá pues es la única virgen que como tal podemos decir que es la nuestra”, mencionó León Cárdenas.

Múltiples creyentes asistieron para poder agradecer a la Virgen por un milagro, como María de Jesús Flores Camacho, una madre de familia que dijo casi se moría al tener a uno de sus hijos hace 61 años.

“Año con año, es una promesa de que hice hace 61 años que me vi muy grave, yo ya me había muerto. Entonces mi suegra le pidió a Dios y a la Virgen que me aliviara, y gracias a Dios estoy, ya tengo 85 años”, recordó Flores Camacho.

Otra practicante de la doctrina, es Uberta Burgo, que todos los años desde niña, visita Quilá para poder agradecer lo que esta figura religiosa le ha otorgado.

“Está muy bonito, venimos de muy lejos a verla, más pa’ allá de Navolato, de un campo pesquero. A las cinco para alistamos para venirnos a las seis. Todos los años venimos, porque nos gusta venir”, comentó.

Afuera de la iglesia, están también los otros religiosos que sentados en sillas junto a mesas, degustan de la comida que venden y comparten como en un día común, lo que harán después.

“Año con año, es una promesa de que hice hace 61 años que me vi muy grave, yo ya me había muerto. Entonces mi suegra le pidió a Dios y a la Virgen que me aliviara, y gracias a Dios estoy, ya tengo 85 años”, recordó Flores Camacho.

Otra practicante de la doctrina, es Uberta Burgo, que todos los años desde niña, visita Quilá para poder agradecer lo que esta figura religiosa le ha otorgado.

“Está muy bonito, venimos de muy lejos a verla, más pa’ allá de Navolato, de un campo pesquero. A las cinco para alistamos para venirnos a las seis. Todos los años venimos, porque nos gusta venir”, comentó.

Afuera de la iglesia, están también los otros religiosos que sentados en sillas junto a mesas, degustan de la comida que venden y comparten como en un día común, lo que harán después.

Periodismo ético, profesional y útil para ti.

Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.


Suscríbete
Regístrate para leer nuestro artículo
Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


¡Regístrate gratis!