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Violencia

Cuatro meses en resistencia: banderos de Culiacán luchan en la calle a punta de versos, viento y percusiones

Diversos testimonios concuerdan en que la ganancia oscila entre los 300 y 600 pesos por integrante de cada banda; se tuvieron que adaptar a un nuevo ritmo de vida
21/01/2025 16:01

El retumbar de la tambora y la melodía del clarinete guían los pasos de los culichis que transitan por la ciudad; música alegre en una tierra donde prevalece el miedo.

Los artistas ya tienen cuatro meses en las calles buscando un aliciente económico que les ponga comida en sus mesas y ese empuje anímico de no dejarse tumbar por la situación desfavorable.

Con la ola de violencia que comenzó en septiembre, toda reunión familiar, fiesta o celebración pasó a ser cancelada o postergada, el trabajo de los músicos se acabó de la noche a la mañana y con el antecedente de la pandemia por el Covid-19 tuvieron que regresar a las calles, pero ahora el riesgo no venía de un virus sino de plomo y amenazas.

Un tarolero asegura que hasta el momento el ambiente se mantiene seguro para ellos en la calle.

“Que bueno que no ha habido todavía... si hemos visto mucho pánico a veces... había aquí mucho parabrisero y a ellos sí les llamaron la atención que no vinieran ellos... no sé por qué... pero a nosotros nos dijeron que siguiéramos trabajando, no se metieron con nosotros”.

Lo que antes alcanzaba para llevar un estilo de vida más holgado se ha convertido en una lucha diaria por la supervivencia.

Diversos testimonios concuerdan en que la ganancia promedio diaria oscila entre los 300 y 600 pesos por integrante de cada banda, dependiendo del tamaño de cada plantilla.

Es por eso que ahora el ingreso económico de decenas de familias depende de la voluntad de los choferes y transeúntes que se detienen a escuchar estas melodías en medio de la guerra que se asentó en Sinaloa.

Así como la vida de todos los culiacanenses, la de estos músicos ha cambiado de tal manera que sus rutinas se adaptaron al nuevo ritmo de la ciudad.

“La rutina que agarramos diaria es de 7 de la mañana a 10 de la mañana, tres horas nada más... y también nos venimos en la tarde, nos ponemos de acuerdo y empezamos desde las 3 de la tarde a 6”.

Son más de cuatro meses desde que en Sinaloa las actividades económicas y sociales se han paralizado, cuatro meses de un duelo interminable a causa de cientos de fallecidos y desaparecidos.

Son los músicos los testigos callejeros de esta tragedia y sólo se limitan a acompañar la danza de la violencia con los sonidos alegres de la música de banda, al más puro estilo sinaloense.